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Sagradas50 diosas de todo el mundoPrimera edición: junio, 2019D. R. © 2019, Valeria Hipocampo, por ilustraciones y textoD. R. © 2019, prólogo de M. R.D. R. © 2019, derechos de edición mundiales en lengua castellana:Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. de C. V.Blvd. Miguel de Cervantes Saavedra núm. 301, 1er piso,colonia Granada, delegación Miguel Hidalgo, C. P. 11520,Ciudad de Méxicowww.megustaleer.mxPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright.El copyright estimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del Derecho de Autor y copyright. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores.Queda prohibido bajo las sanciones establecidas por las leyes escanear, reproducir total o parcialmente esta obra por cualquier medio o procedimiento así como la distribución de ejemplaresmediante alquiler o préstamo público sin previa autorización.Si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra diríjase a CemPro(Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor, https://cempro.com.mx).ISBN: 978-607-318-044-3megustaleermexico@megustaleermexComposición digital: Newcomlab S.L.L.
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Los dioses están siempre presentes, pero no se les ve; no se dejan ver… sino en raros y preciosos instantes cuando una realidad deslumbrante aparece en su brevedad, como una manifestación de algo infinito.– María Zambrano, El Hombre y lo Divino
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w Prólogo vMás allá del tiempo invertido en ilustrar y escribir, este libro haimplicado para mí un largo recorrido rastreando los orígenes demi perpetuo interés por los símbolos y el imaginario de lo feme-nino. Mi estilo gráfico, siempre repleto de mujeres y elementosusualmente relacionados a la feminidad, ha sido el sitio dondevierto un lenguaje que, aunque difícilmente podría expresarcon palabras, gira siempre alrededor de las mismas ideas: deli-cadeza, nostalgia, sabiduría, sutileza, liviandad; las mismas quehan hallado su refugio y santuario en la hoja de papel, el grafitoy los colores.Estas cualidades han sido también depositarias del paradigmafemenino y a la larga se han vuelto una forma de imponer unaúnica y deseable manera de asumir la feminidad. Sin embargo,en este infinito camino que supone pensar y crear mi propioimaginario visual, he descubierto que las formas de represen-tar y honrar lo femenino son antiguas y complejas, pero tambiénsencillas y vigentes. Hacer este libro me ha dado la oportuni-dad de confrontar mi estilo visual con historias y mitos antiquísi-mos donde las mujeres escapan a toda forma de domesticacióny certezas; dan vida y dan muerte, son madres y se niegan a serlo,viven rodeadas de flores y sedientas de sangre. Pues en el deli-cado y a la vez absoluto mundo de lo femenino, caben todas lastramas y deseos. Llevar todos estos mitos al papel, algunos muy olvidados y otrosfresquísimos en el imaginario colectivo, ha sido una forma decontinuar tejiendo, inventando y narrando no sólo nuestros orí-genes, sino indagando diversas maneras de asumir la feminidada partir de honrar el pasado. Además, esta experiencia ha sidopara mí una bellísima forma de volver a sacralizar todo aquellode lo femenino que podemos hallar en lo cotidiano.
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w INTRODUCCIÓN vEn casi todas las mitologías, las diosas reúnen las característicasde lo femenino en su concepción fundamental: desde la fertili-dad implícita en los órganos reproductivos hasta el impulso deproteger a su prole y la seguridad del hogar, propio de las hem-bras madres. Si bien esta forma básica del género es clara enlas comunidades más primitivas, como demuestran los vestigiosarqueológicos más antiguos del África u Oceanía, con el pasodel tiempo sus funciones y sus atributos se fueron complicandocon símbolos, atributos y abstracciones en la medida en que losgrupos humanos que las discurren también evolucionaron. Así vemos, por ejemplo, que entre los nórdicos apareció una dei-dad tan gélida como el entorno y que, a falta de una presencia social acogedora, como sería de esperar, la giganta Hel, hija del dios Loki y de una hechicera inmortal, encargada del inframundo llamado Helheim, situado bajo una de las raíces de Yggdrasil. Más temida que la griega Perséfone, quien fuera robada por Hades para aliviar su tenebrosa soledad, Hel era una joven hermosa en la mitad de su cuerpo, pero un horrendo cadáver putrefacto y nau-seabundo en la otra. Tal visión doble ilustraba el contraste entre la vida y la muerte que permanece alojado, con el miedo, en el inconsciente colectivo desde la noche de los tiempos. Otras representaciones, mucho más complejas, pertenecen a mitolo-gías fundadas en una dualidad esencial. Recordemos a la tremenday benévola Kali, del superpoblado panteón hinduista, cuyas casi inabarcables advocaciones causan calamidades tremendasy recompensan con todo lo contrario a sus fieles. Correspon-dientes a mitologías ya impregnadas de fundamentos filosófi-cos, otras, como Kali misma, simbolizan enfrentamientos entrevalores opuestos: luz y oscuridad, bien y mal, destrucción yconstrucción, esterilidad y fertilidad, nacimiento y muerte, sufri-miento y alegría, etcétera.
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El interesantísimo principio de la dualidad es también insepa-rable de la filosofía mesoamericana. Baste recordar la regen-cia del Señor-Señora del Universo, dios mexica de la creacióny la fertilidad, Señor-Señora de nuestra carne y nuestra fecun-didad: Tonacatecuhtli representa, por consiguiente, la dificul-tad de ilustrar “lo femenino” que supondrían indispensable endiosas difíciles de encontrar “en estado puro”. Ni qué decir dela imposibilidad de entender “lo femenino” mediante la monu-mental y prestigiada Coatlicue, Cihuacóatl o Cicóatl, madre delos dioses, la del faldellín de serpientes y pechos caídos, porta-dora de calaveras y mazorcas, adornada con el collar de manos ycorazones humanos, acaso para simbolizar la vida. Madre de loscuatrocientos urianos, de Huitzilopochtli y de la desmembradaCoyolxauhqui. Honrada al igual que la importantísima “NuestraSeñora Tonantzin”, antecedente nada menos que de la Guada-lupana, cuyo santuario sería construido en el sagrario de la temi-ble y amada deidad de los aztecas.La significación de entidades dotadas con fisonomías, cualida-des y sexualidad que podríamos clasificar de femeninas, en todasu plenitud o al menos en su obviedad, tienen en Afrodita elparadigma de la sensualidad, el erotismo y el amor. Hera es laesposa fiel, perseguidora eterna del marido lujurioso y venga-dora de las amantes de Zeus que engendran hijos con él, auncontra su voluntad; o Deméter, la más alta patrona de las cose-chas unida a la desgracia sufrida por su hija Perséfone. Demé-ter, por consiguiente, también aparece implicada en los oscurosmisterios de Eleusis.En todos los casos es el destino directo del Hombre y el estadodel mundo los que están en juego y lo que, en esencia, se enreday compromete con la presencia de las diosas. No ocurre así conentidades secundarias, como las hermafroditas que, aunquepresentes en ocasiones, no destacan en las grandes mitologías.Recordemos que inclusive las diosas nacen mujeres, pero, comobien observara Simone de Beauvoir, “la cultura las hace muje-res” con sus defectos, obligaciones, restricciones y cualidades.
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Por ellas se pueden inferir creencias, costumbres, supersticiones,limitaciones y miedos al paso de las edades. Gracias a las diosas, también, entendemos que los cambios esta-cionales y biológicos están ceñidos a las emociones, a las pasio-nes, a los contrastes entre la luz y la oscuridad o al universo y almovimiento de las estrellas. Más allá de los ritos de fertilidad, las más prestigiadas deida-des, como la egipcia Isis, transitan por entre los mundos de éstey del otro lado. Isis resucita a su esposo Osiris, asesinado y des-tazado, y con uno de sus fragmentos engendra a su hijo y here-dero Horus. Honrada durante milenios, no sólo beneficiaba a sus fieles, tam-bién ayudaba a los muertos en su travesía hacia su nueva resi-dencia en el Oeste. Sanadora, presencia indispensable en losritos funerarios, Isis es personaje infaltable en los textos sagra-dos, especialmente en pasajes vinculados con encantamientos ylos misterios arcanos, vinculados a la resurrección.Las diosas, en todas sus modalidades, son indispensables paraconocer la evolución de las culturas en su totalidad. Sin sus atri-butos y transformaciones sucesivas nos sería imposible enten-der no sólo las complicaciones del Hombre, sino la vida misma.M.R.**Socióloga, investigadora y autora de múltiples publicaciones.