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Lugares asombrososTravesías insólitas y otras maneras extrañas de conocer el mundoPrimera edición: octubre, 2019D.R. © 2019, Luisito ComunicaD.R. © 2019, derechos de edición mundiales en lengua castellana:Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. de C. V.Blvd. Miguel de Cervantes Saavedra núm. 301, 1er piso,colonia Granada, delegación Miguel Hidalgo, C. P. 11520,Ciudad de Méxicowww.megustaleer.mxD.R. © 2019, Luisito Comunica, por los textos y las fotografías de interioresD.R. © Penguin Random House Grupo Editorial / Diego Medrano, por el diseño de cubiertaD.R. © 2019, Raymundo Ríos Vázquez, por el diseño de interioresD.R. © 2019, Kellan Hendry (@kellansworld), por la fotografía de portadaD. R. © 2019, Christopher Esqueda (@esquedachris), por la fotografía de solapaPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright.El copyright estimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizadade este libro y por respetar las leyes del Derecho de Autor y copyright. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores.Queda prohibido bajo las sanciones establecidas por las leyes escanear, reproducir total o parcialmente esta obra por cualquier medio o procedimiento así como la distribución de ejemplaresmediante alquiler o préstamo público sin previa autorización.Si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra diríjase a CemPro(Centro Mexicano de Protección y Fomento de los Derechos de Autor, https://www.cempro.com.mx).ISBN: 978-607-318-699-5Composición digital: Newcomlab S.L.L.El papel utilizado para la impresión de este libro ha sido fabricado a partir de madera procedente de bosques y plantaciones gestionadas con los más altos estándares ambientales, garantizando una explotación de los recursos sostenible con el medio ambiente y beneficiosa para las personas.megustaleermexico@megustaleermex
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ÍndiceIntroducción 5LUGARES ABANDONADOSFukushima, Japón 9Ordos, China 23Chuquicamata, Chile 33Epecuén, Argentina 43Bodie, Estados Unidos 53Isla Coiba, Panamá 63LUGARES MÍSTICOSVaranasi, India 75Templo de las Ratas, India 85Calle de las brujas, Bolivia 95Altar a la Santa Muerte, México 105LUGARES ALOCADOSYuanyang, China 117Dead Horse Bay, Estados Unidos 129Cementerio de trenes, Bolivia 137Tolar Grande, Argentina 147LUGARES EMBRUJADOSAokigahara, Japón 159El Coyotepe, Nicaragua 171Castillo de Bran (Castillo de Drácula), Rumania 181Hotel Eden, Argentina 193Cementerio del manicomio de Bohnicky, República Checa 205LUGARES PERTURBADORESRuta de la Muerte, Bolivia 219Jasenovac, Croacia 229Osario de Sedlec, República Checa 241Chernóbil, Ucrania 251Epílogo 277Agradecimientos 279
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Introducción¿Cuál es nuestra urgencia por descubrir vida en otros planetas cuan-do ni siquiera hemos terminado de comprender lo compleja que esla vida en este mundo? El ser humano tiene costumbres y creenciastan diversas que bien pudieron haber sido ideadas por seres de otragalaxia. Desde religiones y sectas, hasta dimensiones después de lamuerte, cada idea ha dejado una huella en el planeta; algunas mani-festadas a través de construcciones y vestimentas, otras por mediode sangre y tragedia. A lo largo de cada una de las páginas que estás por leer, quierollevarte conmigo de la mano a algunos de los sitios más extrañosque nos rodean: unos curiosos, otros perturbadores. Quiero que reflexiones sobre lo hermoso que es nuestro mundo, al tiempo que te sientas aterrorizado de vivir aquí. ¿Qué no de eso se trata la vida?¿De sorprendernos constantemente por lo que fue y será?Este será un viaje diferente. Los destinos que estamos por recorrerno están en amigables guías de turismo. Me atrevo a decir, incluso,que las autoridades no desean dar a conocer la mayoría de estossitios. ¿Posiblemente no los saben apreciar con los mismos ojos defascinación que nosotros? ¿O prefieren mantenerlos ocultos porotras razones? Prepárate para ver el mundo como nunca antes. Ten la certeza deque he recorrido paso a paso esta larga travesía, y de que he redac-tado cada página de este libro ansiando que llegara este momen-to..., momento de al fin estar ante tus curiosos ojos lectores. Solo una advertencia antes de comenzar: el grado de tolerancia adiferentes gustos e ideologías debe ser máximo; no hay espacio eneste avión para mentes cerradas y prejuiciosas. ¿Estás listo? Que co-mience una aventura más.
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LUGARES
ABANDONADOS
1. Fukushima, Japón2. Ordos, China3. Chuquicamata, Chile4. Epecuén, Argentina5. Bodie, Estados Unidos6. Isla Coiba, Panamá
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FUKUSHIMA
Japón9
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Lugares abandonadosDebemos ser muy cuidadosos con cómo nos referimos a este lugar. Descubrí que llamarlo simplemente “Fukushima” y generalizar todo el territorio, afecta no solo mediáticamente, sino a toda la actividad económica que sus habitantes intentan sacar a flote. Años después de la tragedia, las consecuencias no paran y los locales no quieren más que ver a su hogar renacer.
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reo que estoy empezandomuy rápido con esto. Tal vez nisiquiera tienen la más mínimaidea de qué se trata este sitio. Vámo-nos unos pasitos atrás. Les explico:Todo comenzó con un terremotocon magnitud sísmica de 9.0 Mw. Laescala de magnitud de movimientosísmico Mw es considerada la másprecisa al día en que escribo esto.¿Qué significa? Básicamente quieredecir que estuvo MUY FUERTE. El terre-moto a su vez ocasionó un tsunamique afectó a las costas de la prefec-tura de Fukushima, al centro del país. La inmensa ola arrasó con gran partede ciudades, lo que dejó a decenas demiles de personas sin hogar. Y, comosi esto no fuera lo suficientemen-te destructivo, el tsunami ocasionó un derrame de energía nuclear; elmás peligroso en el planeta desdeel accidente de Chernóbil, en Ucra-nia. La planta nuclear de Fukushimautilizaba un sistema de enfriamientobasado en la tecnología de los esta-dounidenses. Cómo funciona: partede la ingeniería que crea la energíanuclear se coloca al nivel del mar, ycon el movimiento de las olas su tem-peratura se regula, lo que evita que laplanta pueda llegar a explotar. El problema parece ser que no se con-sideró la posibilidad de un tsunami…y, lamentablemente, llegó uno. La oladesbordó algo de radiación dentro delagua y ocasionó que mucha más seesparciera por acción del viento, lo quelevantó una alerta a nivel internacionalpara tomar acción inmediata. ¿Cómosé todo esto? Además de leer bastantesobre el tema, tuve el privilegio de ha-blar con un científico exempleado dela compañía de luz que sufrió el acci-dente, el maestro Yoshikawa, quien meexplicó los hechos, con ayuda de la tra-ducción de mi buen amigo Fernando.11El maestro ha armado una maqueta súper pro para explicar con precisión el funcionamiento de la planta. Realmente le apasiona el tema.El maestro Yoshikawa explicando los hechos.El 11 de marzo de 2011 Japón vivió tres tragedias a la vez; cada una peor que la anterior. 1Fukushima
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Lugares abandonados0112Una vez aclarado todo esto, ahora sí: ¿Por qué afecta a la economía de la comunidad que internacionalmente conozcamos como Fukushima a este sitio? Simple y sencillamente: Fuku- shima es toda una prefectura. ¿Qué es una prefectura? Es como Japón divide a su país. Al día en que redacto esto, Japón cuenta con 47 prefectu-ras; si nos queremos poner técnicos, son jurisdicciones territoriales. En toda la prefectura de Fukushima hay cerca de dos millones de habitantes, y una extensión territorial de alrede-dor de 15,000 kilómetros cuadrados, de los cuales las zonas afectadas de manera crítica por la radiactividad no representan ni el diez por ciento. Así que, al referirnos constantementecomo Fukushima a las áreas de de-sastre, estamos afectando a la indus-tria de la pesca, el ganado y cultivo provenientes de la prefectura entera. Mis guías me platican que, hasta la fecha, ocho años después, a muchí-simas personas les aterra el consumir productos que vengan de Fukushima. Y tras haber convivido durante varios días con comerciantes locales, pue-do afirmar que admiro su dedicación y constancia para sacar a su hogar adelante. ¿Cómo deberíamos llamar-les entonces? Para no complicarnos con nombres de ciudades japone-sas, pienso que “zonas afectadas de Fukushima” sería un buen punto de partida para comenzar a diferenciar.Después de haber hecho esta trave-sía, sumándolo con mi experiencia en Chernóbil, puedo decir que WOW, la radiactividad funciona de una ma-nera muy extraña. Puedes estar muy cerca de una zona que en teoría se-ría peligrosa, y estar enteramente a salvo. Pero después te alejas unos cuantos kilómetros para encontrarte con que MADRE SANTÍSIMA, ¡QUÉ ALTOS NIVELES DE RADIACIÓN!Les doy un cla-rísimo ejemplo: la ciudad en la que Él es Takuma, un local que nos recibió excelentemente y pasó buen tiempo dándonos la vuelta por Fukushima. Tipazo; tiene un puesto de pastelillos con forma de dinosaurio, creo que con eso ya les digo suficiente.Viviendas afectadas por el tsunami de 2011.
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13me hospedé, que de hecho es la ciudad donde viven y tienen sus ne-gocios Go y Takuma, mis guías, se encuentra a tan solo 20 kilómetros de la planta nuclear que tuvo el ac-cidente. Es completamente segura, con niveles de radiación de menos de 0.6 microsiéverts por hora. Siévert es la unidad más precisa a la fecha para medir radiación, se lee en inglés como “sivert”, y para que un lugar sea peligroso para habitar (recalco, para HABITAR y hacerse una vida ahí den-tro), debe tener niveles mayores a 1.0 microsiéverts por hora, aunque las interpretaciones varían; hay quienes afirman que hasta 2.0 o 3.0 no repre-senta un riesgo verdadero. Así que 0.6 microsiéverts no es nadapeligroso. Existen más comunidadesque se encuentran a 10 kilómetros omenos que, de igual manera, son per-fectamente seguras; pero si nos va-mos hacia la dirección contraria, nostopamos con ciudades a 30 o 40 ki-lómetros de distancia de la planta quehasta la fecha no pueden ser habita-das. Esto por la dirección en que elviento sopló los días próximos al acci-dente, llevándose una buena parte de la radiación hacia el norte y oeste de la planta. Qué locura, ¿no? Unopuede estar muy cerca de la planta,en dirección hacia el sur y no tiene unsolo problema, pero al norte tienesque apartarte kilómetros y kilómetrospara ver señales de vida constante.Para poder abarcar mis días visitando zonas afectadas de la prefectura de Fukushima pienso que es correcto dividir mi experiencia en dos partes: el tsunami y el accidente nuclear. Ambas requieren de una preparación emocional e implican medidas de precaución completamente diferen-tes que los japoneses han implemen-tado desde los incidentes. Me gusta pensar que los dos sucesos han mar-cado una evolución de los métodos preventivos; eso es algo que me dejó esta travesía en concreto: la ense-ñanza de que, sin importar qué tan desgarrador pueda ser un suceso, siempre se le puede encontrar un lado positivo.TSUNAMIFue Lili, una buena amiga que hicepor Instagram unos meses atrás, laque despertó mi curiosidad por ira visitar las zonas afectadas por eltsunami en Fukushima. Ella es unamexicana que lleva cerca de una dé-cada viviendo en Japón. Estando enMéxico, se enamoró de Tsukasa, unjaponés que estaba haciendo obrasde servicio social en la capital delpaís. Ahora viven con sus dos bellashijas en una pequeña ciudad llama-da Soma, en Fukushima, donde tie-nen un kínder. “Tienes que venir a ver cómo vive la gente por aquí; mu-cho comercio local y productividad”,me decía. Me dio a entender que ellaquiere mostrar “a cuantas personaspueda” que Fukushima es muchomás de lo que suelen decir las noti-cias. Así que, estando en Asia, planeéuna desviación hacia Japón para ir a visitarla.Central nuclear de FukushimaAltoMedioBajoMuy bajoNiveles de radiaciónJapón1Fukushima
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Lugares abandonados0114Desde la ciudad de Tokio, tomamos untren bala a la ciudad de Fukushima. Encompañía de mis amigos Fernando yCucho, una vez en la ciudad rentamosun automóvil para poder conducir has-ta Soma, a unas dos horas de distancia.Una vez que entramos a Soma, las pre-cauciones que hay que tomar son evi-dentes. Seguido hay letreros que deli-mitan aquellas secciones que, por sualtura y ubicación, están en riesgo deinundación. También hay monumen-tos alrededor de la ciudad que marcanlos niveles a los que el agua llegó a es-tar durante las semanas próximas a latragedia. En cuestión de métodos deprevención, existen muros y plantacio-nes de árboles que se planea que enun futuro crezcan lo suficiente comopara poder amortiguar el impacto deuna gran ola; algo así como paredessumamente resistentes fabricadas connaturaleza. Ocho años después, la so-ciedad se ve más que viva.Llegamos con Lili y Tsukasa. Nos reci-ben en su jardín de niños, que es de lomás adorable. Una lástima haber idoen fin de semana, pues nos toca verlas instalaciones sin niños y siempreme ha intrigado el sistema de edu-cación en Japón; deseaba verlo conmis propios ojos, pero es bueno tenerun pretexto para regresar. Una vezentablada la conversación, descubroque el kínder es propiedad de la fa-Este tipo de monumentos marcan los niveles a los que el agua llegó cuando sucedió el tsunami.Las carreteras en la prefectura de Fukushima, secas y nubladas, marcando el final del invierno.Las carreteras son bastante tranquilas; el ritmo de vida es muy fluido y auténtico.
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15milia de Tsukasa desde hace décadas,y casi pudo dejar de serlo el día dela tragedia… Gracias a su ubicación,y a que se encuentra ligeramente más alto que las demás construccio-nes, arriba de un pequeño monte, sesalvó de la inundación. Todas las casas, desde el kínder hasta la orilla del mar,se perdieron por completo. Tsukasa, con un dominio del español que me pareció sorprendente, me pla-tica sobre el día en que todo ocurrió. Me dice que la labor que más recuer-da con cariño fue haber dado clases comunitarias de danza y deportes en los centros de refugio. Mientras los padres se preocupaban por haber perdido todo, él intentaba distraer a los niños haciéndolos sentir como si estuvieran en un campamento de ve-rano lleno de diversión y actividades. Un gran tipo; siempre es un placer poder sumar a grandiosas personas a mi lista de amigos.Después de devorar un exquisito platode ramen, producto de uno de los mu-chos restaurantes locales, me llevan apasear por diferentes zonas. Y, wow…Mientras que en algunos lados nadaparece haber sucedido y ya el pasadoTsukasa y yo, mientras dábamos el recorrido por la zona.está más que superado, no hace fal-ta adentrarse mucho para encontrar-se con sitios que dan la impresión dehaber sido congelados en el tiempo.Casas destruidas, con pertenenciasaún dentro, dejadas en completoabandono; ropa, utensilios de comi-da, muebles… No sé si creer que laspersonas no tuvieron suficiente razónpara regresar por sus pertenencias, o silos objetos dejaron de tener un dueño.Un vistazo al kínder de Lili y Tsukasa.1Fukushima
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Lugares abandonados0116Tsukasa me cuenta la historia sobreuna de sus alumnas que no pudo salircon vida del caos. Me platica, con lavoz quebrada, que fue su abuelo quienle estaba sujetando la mano, entre olas y ruidos de dolor, hasta que nopudo más y la tuvo que dejar ir. Mecuesta trabajo imaginar las coloniasenteras de casas que están en el olvido. ¿Dónde está toda la gente que las so-lía habitar? ¿Será que decidieron irse aotro lugar, lejos de todo recuerdo delpasado? ¿O será tal vez que esas per-sonas simplemente ya no están?La pesca solía ser la actividad princi-pal en la economía de estas comu-nidades de Fukushima, y, aunque sigue siendo bastante importante, el consumo de pescado proveniente de esta región ha disminuido notable-mente. “Cuando se levantó la alerta de tsunami muchas personas se ale-jaron del mar todo lo que pudieron. Los pescadores pensaron diferente; ellos se metieron al mar hasta donde fue posible”, me cuenta Lili. La estra-tegia de los pescadores, en un inten-to por rescatar sus barcos, fue evitar la ola sobrepasándola. A la mayoría le funcionó; el problema fue que des-pués no tenían dónde colocar sus Me platican historias sobre pescadores.Colonias enteras dejadas en el abandono.Los puertos de Fukushima hoy; fructíferos, pero no recuperados al 100%.
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17barcos en perfecto estado, pues el muelle quedó destruido. “Nadie vio venir lo grande y destructiva que fue la ola. Todos sabían que sucedería, pero nadie sabía a qué grado llegaría”. Hoy en día la pesca en Fukushima se ha retomado, y a pesar de la conta-minación por radiación en algunas partes del océano, esta ha disminui-do o se ha ido cada vez más hacia el fondo. Es por ello que muchas compañías pesqueras tienen permiso de vender pescado que se ha saca-do de ciertas profundidades, sin irse tan abajo. Sin embargo, muchos de los consumidores alrededor del país sienten algo de desconfianza por los productos al leer la etiqueta que por regulación debe decir, claro y explíci-to “PRODUCTO DE FUKUSHIMA”.ZONA DE EXCLUSIÓNAdmito que siempre había tenido cu-riosidad de caminar por estas calles.Presenciar todo al momento y conesa calidad de color que solo tus pro-pios ojos te pueden aportar. Ver tantosbienes materiales dejados atrás, por-que era la única solución que los habi-tantes tenían para mantenerse a salvo,me ha hecho reiterar que no hay nadamás valioso que la vida, y que el instin-to por sobrevivir no priorizará jamás alos bienes y riquezas. Al final, seremosnosotros como llegamos al mundo,sin nada que nos cubra o nos adorne,contra las adversidades.Solo puedo imaginar la mezcla deconfusión y frustración que sintieronlos antiguos habitantes de la ahoraconocida como “zona de exclusión”cuando se enteraron de que debíandejar sus hogares. Todo ese futuro queellos creían estar construyendo, todosesos recuerdos y momentos presen-tes que les daban una razón para vivir,de la nada, arrebatados de sus testa-mentos. Y es que la radiación es unenemigo misterioso; no es palpable,ni es visible; ni siquiera cuenta con un aroma. Pero ahí está, y solo con el paso del tiempo se marchará. Imagínense haber sobrevivido ya a unterremoto y a un tsunami. Tu hogar estábien y tu familia está completa. Al pa-recer, tu ciudad fue de las afortunadasque se salvó del completo desastre, y en eso alguien toca a tu puerta: “Señor, debe marcharse de su hogar”. “¿Porqué? El sismo no me afectó, y elTsukasa y su hija mayor afuera del templo más representativo de Soma. La leyenda cuenta que este templo ha salvado de olas inmensas a los habitantes de la comunidad durante cientos de años, y curiosamente el agua no llegó hasta él. Aquellos que siguieron la leyenda y se fueron a refugiar en sus instalaciones, se salvaron de la tragedia.1Fukushima
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Lugares abandonados0118tsunami no llegó hasta aquí. Estamosperfectamente a salvo”. “Sí… Bueno…El viento arrastró algo hasta aquí queusted no debería estar respirando”.“Está bien, comprendo… Permítamenada más le hablo a un camión demudanzas para llevarme lo más quese pue…”. “No, señor. Todo debe que-darse aquí. Puede estar contaminado”.“Bueno, entonces subiré a mi auto-móvil para partir…”. “No lo creo, señor.El automóvil también debe quedarse.Podría estar contaminado, y no que-remos esparcirlo al resto del país”. Y así, en un abrir y cerrar de ojos, justo cuando tu mente te convencía de que habías sido de los pocos afor-tunados, todo te es arrebatado. No te queda más que comenzar desde cero. Desgarrador, ¿cierto?Le pido a mis guías, Takuma y Go,que me lleven a conocer las zonascompletamente abandonadas. Desdeque vamos en la carretera, los letrerosnos marcan los límites territoriales. Deacuerdo a lo que me comenta mi ami-go Fer, quien me ayuda a traducir, elletrero indica que, desde este punto,ya está estrictamente prohibido de-tenernos. Al contar con altos nivelesde radiación, únicamente se puedepasar por estos tramos a bordo de unvehículo en movimiento. TampocoLas casas aún tienen muebles y ni siquiera sus dueños tienen permitido acceder a ellas.
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19se permite transitar con las ventanasabiertas, ni descender; y vaya que selo toman en serio: hay policías prác-ticamente cada 500 metros, supervi-sando la zona y asegurándose de quenadie se quiera escabullir. Los accesos a muchas de las callesestán clausurados con rejas, y curio-samente muchos de los semáforosque dan hacia ellas continúan en fun- cionamiento. Aclarado esto, pido dis-culpas por lo movidas que están al-gunas de las fotos que incluiré comomaterial de apoyo para mi narración;yo sé que comprenden, bros.Pasamos por casinos y centros de videojuegos; gasolineras y grandes supermercados. Todos los lugares tienen esa misma tonalidad marrón que anuncia el óxido y el deterioro. Los negocios que más me logran sorprender son las agencias de automóviles. ¿Será que hay coches que se queda-ron en pleno trayecto en una tarde que prometía ser promedio y repe-titiva? También pasamos por algu-nas tiendas de electrónicos. ¿Qué encontraríamos ahí, si pudiésemos entrar? ¿Habrá televisores de la épo-ca en que la pantalla plana era una novedad y teléfonos celulares de aquellos tiempos en que el internet inalámbrico apenas comenzaba a ser veloz? ¿O la gente habrá saqueado al máximo antes de retirarse con los corazones e ilusiones rotas?La zona ha estado en completo abandono desde hace ocho años. Hogares, negocios y automóviles yacenaquí, atrapados en el tiempo.La cantidad de autos que tuvieron que ser dejados atrás es impactante; tan solo me puedo imaginar cómo se verían las calles con tráfico.1Fukushima
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Lugares abandonados0120Otra medida de seguridad que ha llamado bastante mi atención, es la existencia de medidores de radiación en la mayoría de los espacios públi-cos. Incluso están presentes en las zonas más habitadas, para brindar tranquilidad a los habitantes. Se ven en carreteras, parques y centros co-merciales. Admito que sí te permite respirar más calmado el estar viendo constantemente un número que te asegure un bajo nivel de radiación. “¿Y tÚ por qué nunca te fuiste?”, lepregunté a cada uno de mis guías loca-les. “Porque aquí es mi hogar, y quiero estar aquí para cuidarlo. Quiero quecuando aquellos que se marcharon re-gresen a visitar, se encuentren con unsitio completamente renovado, que lesdé la bienvenida de vuelta, momentá-nea o indefinidamente”, me respondióuno de ellos. Si les soy sincero, despuésde haber pasado días entre zonas deexclusión y desastre, lo que más me haimpactado son las zonas renacientes deesta prefectura: el ponerle un rostro ynombre a la determinación, el observarde cerca piezas importantes que sonparte de un esfuerzo colectivo. Si bien un desastre natural puede des-truir en horas lo que al humano le hacostado años, lo más difícil de destro-zar es el espíritu y la buena cara a lasadversidades; el optimismo y las ganaspor salir adelante. Agradezco a Lili y aTsukasa por haberme recibido tan cá-lidamente, abriéndome las puertas desu hogar y sitio de trabajo. Admiro a Go, quien ha puesto una academia deballet en su ciudad, y sueña con quela próxima estrella internacional de ladanza sea originaria de esta comunidadahora renaciente. Y respeto a Takuma,quien ha sido lo suficientemente opti-mista poniendo un negocio tan alegrey divertido como un restaurante de pa-necillos en forma de dinosaurio, en unlugar que los medios de comunicaciónnos han hecho creer que está lleno demelancolía y recuerdos negativos. Espor personas como ellos que el plane-ta tiene una esperanza, y es aceptandoel pasado, respetándolo, pero superán-dolo, que una sociedad logra cosecharéxitos mucho más valiosos.La manera de llegar hasta la ciudad de Fukushima, capital de la prefectu-ra, desde Tokio, es tomando un tren en Tokyo Central Station. Hay de di-versos tipos, te recomiendo tomar el tren bala, que te llevará a tu destino en tan solo unas horas. Una vez ahí, deberías rentar un auto o contratar a un chofer para llegar hasta las zonas que deseas. Muy difícilmente existirá un transporte público que te lleve a sitios tan específicos como los que seguramente querrás visitar.¿Cuánto se gasta? Calcula unos cuantos cientos de dólares en pasajes y hospedaje. Querrás ir más de un día, así que considera eso.Medidores de radiación colocados en espacios públicos de las zonas cercanas al área de desastre.
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21¿Dónde hospedarse? Existen hoteles en la ciudad de Fukushima, así como en muchas ciudades más cercanas a la planta nuclear. Hospedarte en Soma o Hisanohamachi será de lo más cercano y seguro. Ni de chiste encontrarás un hotel lujoso, pero hay hospedaje lo suficientemente cómodo que ofrece la experiencia de todo business man japonés.¿Qué llevar en la maleta? La realidad es que no tienes que ser tan precavido con lo que lleves o no; hay supermercados y centros comerciales grandes en las ciudades que se pueden habitar. Así que no te estreses, no vas a un campo en medio de la nada. El comercio aquí es bastante completo.¿Dónde comer? Deléitate con un tazón de ramen o unos tokoyaki de algún restaurante local. No te dejes engañar por el título de “Fukushima”; existen calles llenas de bares y restaurantes, incluso puedes darte una buena noche de fiesta si así lo deseas. Aquí hay vida, y mucha.Recomendaciones: Este no es un destino para todos. Se requiere de fortaleza emocional y fí-sica. Las caminatas son largas y los tiempos para encontrar los puntos exactos pueden llegar a ser tediosos. De igual manera, es algo que se debe hacer con sumo respeto. Jamás pier-das de tu mente el hecho de que estás visitando lugares que solían re-presentar un hogar para decenas de miles; hogar que les fue arrebatado de la noche a la mañana. Apoya al comercio local, convive con los habi-tantes y escucha cualquier indicación que se te da.Moneda: Yen japonés.Reglamentación y visado: Dependiendo del país de donde pro-vengas, es posible que requieras dealgún visado o permiso de turista.Tips del viajero¿Qué visitar? Las zonas afectadas por el tsunami y radiación, así como los museos que conmemoran los hechos, será algo que no querrás perderte.1Fukushima
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ORDOS
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Lugares abandonados¿Qué es lo primero que te viene a la mente cuando escuchas la palabra “China”? Seguramente piensas en ciudades sobrepobladas, cielos de color grisáceo, gente viviendo en espacios reducidos y alguna compañía que posiblemente fabricó la ropa que estás usando. Pero tal vez no repares en que China es uno de los países con mayor extensión territorial del planeta. El reparto de su población es desproporcionado: mientras existen ciudades repletas de edificios de 30 pisos que alojan a miles de familias, tambiénhay MUCHÍSIMOS lugares DESHABITADOS.
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hina está consciente de quesu población no hace más que crecer. Pronto ciudadescomo Beijing y Shanghái podrían notener la infraestructura suficiente parani un alma más. Así que están constru-yendo ciudades COMPLETAMENTE NUEVAS desde cero. Igual que tú cuando jue-gas con tus Legos en el suelo de tucuarto…, justo así, PERO EN LA VIDA REAL. Existen ya varias ciudades que Chinaha inventado “de la noche a la maña-na”, y ORDOS es un ejemplo de ello.¿Por qué este sitio llamó tanto miatención? Como construir una ciu-dad e intentar llenarla en solo unosaños NO ES FÁCIL, el resultado REAL es que MUYpoca gente ha decidi-do iniciar una vida en este lugar, loque da como resultado una ciudadENORME, MUY MODERNA E IMPRESIO-NANTEprácticamente vacíííííaaaaa.Calles llenas de fuentes preciosassin nadie para observarlas, parquesde diversiones sin un visitante e im-pactantes parques con grandes es-culturas SOLOS. Caminar por Ordoses ALUCINANTE. Si a esto le sumas queestamos en la zona de MongoliaInterior, donde el clima y la cultura son bastante diferentes, ES UNA EXPE-RIENCIA IRREAL.Lo difícil no es ubicar Ordos en el mapa y llegar ahí (de hecho, es mu-cho más grande que Beijing), sino encontrar a un local que te guíe. Créeme, NECESITASun guía. La aven-tura comenzará en cuanto aterrices. El aeropuerto es MUY GRANDEy mo-derno: pantallas interactivas, cápsulaspara dormir, cómodas salas de espe-ra… Sin embargo, muy poca gente lasutiliza. Cuando salgo del aeropuer-to veo a Mary, la guía que contraté.“¿Qué te trae por Ordos? ¿Cómo teenteraste de que existimos?”. Real-mente se ve impresionada. No pare-ce que suela trabajar para turistas oc-cidentales. Me comenta que quienessuelen visitar Ordos son hombres denegocios asiáticos que han sido en-viados ahí para arreglar pendientes obuscar oportunidades de inversión.25Ordos: moderno y desolado. Olvídate de Beijing y sus filas interminables en los aeropuertos, la contaminación y los olores fuertes… Tu percepción de China cambiará en minutos…2Ordos
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Lugares abandonados0126No es realmente “un sitio ideal paraturistear”. Me invita a que salgamosdel aeropuerto hacia la “vida real”, yWOW, la experiencia se torna muchomás interesante: hay shows noctur-nos de luces por doquier, fuentesinmensas, carreteras en perfecto es-tado… Pero muy poca gente.Mary nos lleva a mí y a Cucho, mi buen amigo que viaja conmigo, al hotel: un enorme Marriott con todo tipo de servicios. ¿Y qué creen? So-mos LOS ÚNICOShuéspedes. El perso-nal demuestra excesiva amabilidad, y es que están ahí para recibirnos únicamente a nosotros. Parece la es-cena de una película de miedo en la que dos jóvenes occidentales están por desaparecer para siempre… Nues- tra habitación está bastante lejos, considerando que somos los únicos clientes. Caminar por un hotel so-litario de noche es extraño, sientes que alguien te observa a lo lejos. Un pensamiento me perturba: “Si algún demente decidiera entrar a mi habita-ción para matarme asfixiándome con un peluche de Hello Kitty… ¿alguien alguna vez se enteraría?”. Decido ce-rrar bien mi puerta y acallar mi men-te. Pero entonces pienso: “¿Por qué me han dado la habitación pobreto-na y básica que he reservado en lugar Todas las mesas están preparadas para recibir personas, pero… no hay nadie más aquí.
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27de ascenderme a su más lujosa suite como muestra de agradecimiento? Tal vez solo preparan las habitacio-nes que se necesitarán para ese día y todas las demás están infestadas de insectos…”. ¿Te imaginas? Podría suceder.Al día siguiente, después de devorar un desayuno delicioso servido solo para nosotros, llega la guía: “Va a ser un día genial”, nos dice. Y le creo. Esta aventura ya ha sido lo suficientemen-te interesante, pero me intriga saber qué más hay. Mary comenta que existen diversos distritos en la ciudad y que nos va a llevar al más nuevo y sorprendente de todos: Nueva Kang-bashi. En automático traduzco en mi mente “más nuevo y sorprendente” como “el que no está tan solitario”. Siento una emoción particular. Me dejo llevar.En el camino hacia Nueva Kang-bashi puedo observar decenas de inmensos conjuntos habitacionales prácticamente finalizados sin un solo habitante. Todo está tan nuevo, mo-derno, lujoso y vacío…; para mí es una nueva definición de abandono. Lo que sí veo son algunos automóvi-les en la carretera: vaya, no estamos solos en esta inmensa ciudad. Mary me platica que hay ya casi un millón de habitantes; sin embargo, un mi-llón de personas en un espacio dise-ñado para cerca de treinta millones sigue siendo muy poco.Nuestra primera parada es la pla-za principal de Nueva Kangbashi, donde están situadas las oficinas de gobierno. Todo es enorme, impac-tante, perfecto y… vacío. Como hace mucho frío, razono sobre la impor-tancia de vivir en una sociedad para generar calor entre todos.Este es un lago artificialcongelado... Nos hace ver la MILLONARIA inversión que se hizo para construir esta ciudad.Mary, nuestra guía. El otro muchacho es Cucho, un buen amigo.2Ordos