Shia Green
NAVIDAD
Ilustrado por
Emilia Ibáñez Lissen
Primera edición: noviembre de 2022
© 2022, Shia Green
© 2022, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.
Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona
© 2022, Emilia Ibáñez Lissen, por las ilustraciones
Diseño de cubierta: Lookatcia
para Penguin Random House Grupo Editorial
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ISBN: 978-84-272-2758-3
Compuesto en El Taller del Llibre, S. L.
Composición digital en El Taller del Llibre, S. L.
A mi hija Quiona,
gracias por ser mi ayudante
y acompañarme en este viaje tan mágico.
Shia Green
Para Pedrito,
para que te lo lean papá y mamá.
De tu tía, con cariño.
Emilia Ibáñez Lissen
ÍNDICE
1 de diciembre Una Navidad subterránea
2 de diciembre Fiesta en la casita de jengibre
3 de diciembre Una Navidad muy accidentada
4 de diciembre El Pueblo sin Árboles de Navidad
5 de diciembre La batalla campal de las sirenas
6 de diciembre Pero ¡¿quién trae los regalos?!
7 de diciembre ¡Los Reyes Magos se ponen al día!
8 de diciembre Navidad entre palabras
9 de diciembre El baile de gala de los pingüinos
10 de diciembre El extraño escaparate navideño
11 de diciembre Una Navidad monstruosa
12 de diciembre El taller de regalos mágico
13 de diciembre Gruñón odia la Navidad
14 de diciembre Seis juguetes buscan niña
15 de diciembre Clara, Fritz y el cascanueces
16 de diciembre El Concurso Anual de Hechizos
17 de diciembre El villancico de los peces
18 de diciembre Aventura bajo la mesa de Navidad
19 de diciembre Un concierto para Santa
20 de diciembre Baile en el País de los Cuentos
21 de diciembre Viaje a las navidades pasadas
22 de diciembre El caso del chocolate desaparecido
23 de diciembre La vuelta al mundo en un estornudo
24 de diciembre Una Navidad patas arriba
Una Navidad subterránea
La familia Marrón había revisado cada rincón de la madriguera, pero ya no había duda: aquel invierno se habían olvidado de recoger frutos rojos para decorar la tradicional cena navideña. Papá y Mamá Ratón revisaron la co-cina. Ratona, Ratonín, Ratonón, Lironina y Lironino buscaron entre los ju-guetes de la habitación, mientras el Tío y la Tía Lirona olfateaban por el almacén.
—Pediremos ayuda a los vecinos —decidió el Abuelo Topo—. Seguro que la familia Tejón o las hormigas han recogido adornos.
Justo en ese preciso instante, la puerta de madera que daba a las otras madrigueras tembló con fuerza.
—Hola, soy Tejonita. ¿No tendréis unas castañas? Nos las hemos olvidado…
—Por supuesto, Tejonita —dijo el Abuelo Topo.
Durante las siguientes horas, los pasillos de las madrigueras fueron un ajetreo de vecinos llevando todo tipo de frutos rojos, setas, nueces y semillas. Como los túneles eran estrechos, con una señal se organizaron para no pisar-se unos a otros: los escarabajos llevaron a las hormigas, los ratones ayudaron a las lombrices y Papá Tejón, ayudado por el Tío y la Tía Lirona, empujó a Don Sapo, que se había quedado atascado en un pasillo estrecho.
1 de diciembre
1 de diciembre
—Pero ¡Don Sapo!, ¿cómo se te ocurre bajar por este pasillo? —le decía Papá Tejón mientras empujaban.
—¡Oye, jovencito, a mí no me llames membrillo!
—¡PA-SI-LLO! —intentaba repetir Papá Tejón.
—¿Un palillo? ¿Para qué quiero un palillo? Lo que busco son mis gafas.
Justo cuando la luna salió en el prado nevado, los habitantes de las madri-gueras consiguieron tener, por fin, sus mesas preparadas. ¡Lo habían logrado!
—¡Por la comunidad del prado! —grito el Abuelo Tejón para que todos oyeran su voz ronca entre los túneles.
Después de cenar, los pequeños ratones, lirones y tejones se reunieron en la Madriguera Abandonada para jugar al escondite y saborear helados de nieve. ¡Se lo pasaron pipa!