Texto: Sandra Elmert. Ilustraciones: Sònia Gonzàlez Arévalo. © de esta edición: RBA Libros, S.A., 2018.Diagonal, 189 – 08018 Barcelona.rbalibros.comCubierta: Lookatcia.com. Composición: El Taller del Llibre, S.L. Primera edición: octubre de 2018.RBA MOLINOREF.: ODBO350ISBN: 978-84-272-1599-3Composición digital: Newcomlab S.L.L.Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escritodel editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas por la ley. Pueden dirigirse a Cedro(Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org)si necesitan fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra(www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).Todos los derechos reservados.
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ÍNDICE
Louisa May Alcott. Un espíritu juvenil y reivindicativo 8Dolors Aleu. Una pionera en materia de higiene10Concepción Arenal. Mujeres al poder 12Hannah Arendt. Una luchadora contra el mal 14Anna Atkins. La importancia de una imagen 16Julie d’Aubigny. La cantante esgrimista 18Jane Austen. Una mujer con sentido y sensibilidad 20Simone de Beauvoir. Una escritora comprometida 22Aphra Behn. Una mujer de novela 24Gertrude Bell. La dama del desierto 26Sarah Bernhardt. La dama de las camelias 28Enid Blyton. La niña eterna 30Charlotte Brontë. El pájaro que volaba en libertad 32Maria Callas. La divina 34Clara Campoamor. La gran valedora de la igualdad 36Rosalía de Castro. La poeta de la naturaleza38Víctor Català. La reina del drama rural 40Catalina la Grande. Una mujer decidida y con carácter42Coco Chanel. La mujer que gritó: ¡Adiós, corsé!44Agatha Christie. La reina del misterio46Cleopatra VII. La última reina de Egipto 48Charlotte Cooper. La raqueta de oro50Cristina de Suecia. La reina sin reino 52Marie Curie. La mujer radioactiva 54Alexandra David-Néel. Una mujer en la cima del mundo 56Emily Dickinson. La mujer de blanco 58Dido. Una reina de leyenda 60Marlene Dietrich. El ángel azul 62Isak Dinesen. La hermana leona 64Isadora Duncan. La bailarina del mar66Amelia Earhart. La reina del cielo 685
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6Egeria. Una viajera solitaria e intrépida 70Ana Frank. El símbolo del recuerdo 72Indira Gandhi. La madre de la India 74Ava Gardner. Una mujer bella y libre 76Judy Garland. La chica que volaba sobre el arcoíris 78Artemisia Gentileschi. La pintora de la fortaleza femenina 80Tomoe Gozen. La mujer samurái 82Rita Hayworth. La diosa del amor 84Audrey Hepburn. La chica que desayunaba con diamantes 86Katharine Hepburn. Una extraña criatura 88Hipatia de Alejandría. Un faro del saber 90Noor Inayat Khan. La princesa espía 92Isabel de Brasil. La redentora de los esclavos 94Isabel I de Castilla. La reina católica 96Isabel I de Inglaterra. Una reina gloriosa 98Frida Kahlo. La pintora rebelde100Helen Keller. Una activista muy especial102Dolores Ibárruri. La pasionaria104Lady Godiva. La jinete desnuda106Hedy Lamarr. La actriz inventora108Élisabeth Lebrun. La retratista de Versalles110Doris Lessing. La mujer enamorada de las palabras y los gatos112Rita Levi-Montalcini. La gran científica de las células114Ada Lovelace. La primera programadora de la historia116Rosa Luxemburgo. La rosa roja118Alma Mahler. El alma de la música120Miriam Makeba. Mamá África122Maruja Mallo. La pintora transgresora124Mata Hari. La bailarina espía126Gabriela Mistral. La maestra criolla128María Moliner. La académica sin sillón130Marilyn Monroe. La diosa mortal132Maria Montessori. Una profesora de ensueño134Federica Montseny. La gran oradora136 Diane Nash. La defensora de la no violencia138Nefertiti. La señora de las dos tierras140
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7Hellé Nice. La reina del Bugatti azul142Florence Nightingale. La dama de la lámpara144Anaïs Nin. Una vida en plena libertad146Georgia O’Keeffe. La pintora de las flores148 Emmeline Pankhurst. La hermana sufragista150 Emilia Pardo Bazán. La aristócrata rebelde152Rosa Parks. La heroína del autobús154Anna Pávlova. El cisne de la danza156Édith Piaf. La gran diva francesa158Mariana de Pineda. La defensora de la libertad160Christine de Pizan. La arquitecta de una ciudad de mujeres162Pocahontas. La traviesa164Eanne-Antoinette Poisson. Madame de Pompadour166Beatrix Potter. La amiga de la naturaleza y los animales168 Mercè Rodoreda. La sonrisa eterna170Hildegart Rodríguez. La mujer del futuro172Eleanor Roosevelt. Una mujer comprometida174Safo de Lesbos. La décima musa176Santa Teresa de Jesús. La mística178Murasaki Shikibu. La primera novelista moderna180Anne-Louise Germaine de Staël. Una dama de salón182Gerda Taro. Una fotógrafa revolucionaria184Elizabeth Taylor. La chica de los ojos color violeta186Sojourner Truth. El despertar de la verdad188Victoria I. La abuela de Europa190Edith Wharton. Una mujer de letras192Maria Winkelmann. Una estrella en la sombra194Mary Wollstonecraft. La primera de un nuevo género 196Virginia Woolf. Una mujer con habitación propia198Margarida Xirgu. La Xirgu200María Zambrano. La mujer sin sombrero202Ban Zhao. Una mujer de letras en la corte204Wang Zhenyi. La mujer de los eclipses 206
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LOUISA
MAY ALCOTT
Louis May Aco (1832-1888). Escritor estadounidens, s comprometió co e ovimient  favo d  abolici d  esclavitu y co a sufragista y ublicó Mujercita, ovel o  qu s convirtió e un autor d éxit.un espíritu juvenil y reivindicativo¿Te gusta leer? Seguro que prefieres los libros que tratan sobre cosas que te pasan o podrían pasarte. Louisa escribió historias que no son exactamente cuentos, sino que hablan de los temas que los niños y las niñas encuentran al hacerse mayores. Si nunca has leído ninguno de sus libros, un buen comienzo es Mujercitas.Louisa, cuando no estaba estudiando o en las clases que les impartía su padre a ella y a sus hermanas, escribía diarios. Pronto empezó a inventar pequeñas historias que publicaba en los periódicos y atrajo la atención de algunos editores. Ya era bastante conocida por sus novelas y cuentos cuando su editor le comentó que nece-sitaba un relato dirigido a mujeres jóvenes, y Louisa escribió Mujercitas. El libro narra la vida de Meg, Amy, Jo y Beth, cuatro hermanas que se enfrentan al paso a la edad adulta y a la necesidad de cumplir con lo que la sociedad espera de ellas, algo especialmente complicado en el caso de Jo, que quiere ser escritora y afirma que nunca se casará. Louisa dijo que se había basado en sus propias herma-nas para crear la historia y que la independiente y testaruda Jo la representaba a ella misma. Este libro tuvo su continuación en Aquellas mujercitasy Hombrecitos, este último basado en la vida de sus sobrinos. Nunca se casó y fue siempre fiel a lo que pensa-ba, a pesar de que en aquella época las mujeres no podían opinar sobre casi nada. Louisa se implicó en la lucha por los derechos de la mujer, reclamó el voto femenino y, además, apoyó la abolición de la esclavitud.Louisa fue una autora de éxito que escribió muchas novelas y nunca renunció a sus creencias, y también apoyó con su fuerte carácter las causas en contra de la esclavitud y en favor del derecho de las mujeres a votar.
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DOLORS
ALEU
Dolor Ae (1857-1913). Médic catalan, fu  rimer uje icenciad e Medicin d Españ y  segund qu s doctoró.una pionera en materia de higieneMuchos niños y niñas de la época en la que vivía Dolors Aleu no se solían lavar las manos ni ducharse. Tampoco comían fruta ni verdura cada día. ¿Y tú? ¿Cuántas veces te cepillas los dientes o te das un baño? ¿Crees que es importante? Dolors te diría que sí, y mucho.Esta mujer paciente y tenaz se convirtió en la primera licenciada en Medicina de España, aunque no fue fácil, puesto que no paraba de encontrar impedimentos en su camino: tenía que ir a la universidad con escolta, cuidó de una tía enferma duran-te varios años y no pudo examinarse porque no llegaban los permisos. Sin embargo, Dolors estaba decidida a convertirse en doctora, y lo consiguió, además con muchos sobresalientes. Estableció su consulta en el paseo de Gracia de Barcelona, y se es-pecializó en ginecología y pediatría. Siempre recomendaba a las mujeres que no se pusieran corsé, una prenda incó-moda de aquella época que les oprimía el tórax y les provocaba desmayos. Ade-más, las animaba a estudiar para crear una sociedad mejor y les aconsejaba hábi-tos de higiene y alimentación saludables. Desde su época de estudiante, Dolors había señalado que algunas enfermeda-des, como el cólera, se propagaban más rápido en aquellos ambientes en los que había suciedad y sectores de la población con una dieta pobre, por lo que recomen-daba a sus pacientes hábitos mínimos de higiene como lavarse las manos y la cara, entre otros.Dolors fue una mujer valiente que ejerció su profesión en una época en que las mujeres no podían estudiar y tenían muchos menos derechos, y que luchó por la igualdad con su ejemplo.
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CONCEPCIÓN
ARENAL
Concepci Arena (1820-1893). Escritor y activist socia, combatió o rejuicio sobr  valí ntelectua y ora d  uje y fu  rimer español e asisti   universida.mujeres al poderHubo una época en España en la que las mujeres no podían estudiar ni votar. Aun-que no solo eso: también se pensaba que sus capacidades intelectuales y físicas eran inferiores a las de los hombres y que su espíritu se corrompía fácilmente. ¡Me-nuda injusticia! Afortunadamente, hubo mujeres valientes que demostraron que to-dos aquellos prejuicios eran absurdos. Entre ellas destacó Concepción Arenal, la primera española en asistir a la universidad, ¡aunque tuvo que hacerlo disfrazada!Concepción quería ser abogada, pero la universidad no permitía entonces elacceso a las mujeres. Testaruda, decidió que iría, y a los veintiún años se cortóelpelo, se puso una levita, una capa y una chistera, y, así, disfrazada de hombre, pudo asistir a clase. Aunque la descubrieron, Concepción había logrado enriquecer sus conocimientos y había conocido al que después se convertiría en su marido: un hombre que la entendió y la contempló desde el plano de la igualdad, y al que acompañaba, siempre de incógnito, a sus tertulias masculinas o a escribir en el pe-riódico. Tras la muerte de su marido, Concepción se volcó en labores de ayuda social: visitó las cárceles de mujeres y denunció los abusos e inmoralidades que se come-tían en ellas. Concepción participó en numerosas tertulias masculinas, algo que también rompía los esquemas de la sociedad, y escribió artículos periodísticos y li-bros en los que daba a conocer sus ideas, como el derecho de las mujeres a recibir una educación en igualdad de condiciones que los hombres.Mediante sus escritos y su activismo social, Concepción Arenal exigió a los go-bernantes la reforma de las leyes para conseguir una sociedad más justa y la igual-dad de derechos entre mujeres y hombres, por lo que se la considera una de las pioneras del movimiento feminista en España.
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HANNAH
ARENDT
una luchadora contra el mal¿Cómo te sentirías si tus amigos dejaran de apoyarte porque no están de acuerdo contigo? Hannah perdió a muchos de sus amigos por su manera de pensar, pero ella nunca se calló y denunció todo aquello que creía incorrecto, empezando por su vida en Alemania, que hasta el momento había transcurrido entre libros de filosofía, pero dio un giro radical con la llegada de Hitler al poder. Hannah, que se consideraba judía liberal y ya era una reconocida pensadora gracias a su libro Orígenes del totalitarismo, tuvo que exiliarse en París debido al inicio de la persecución de los judíos por parte de los nazis. Casi todos sus amigos, la mayoría alemanes, le dieron la espalda y aceptaron sin criticar el nuevo régimen. En Francia colaboró con organizaciones que ayudaban a niños judíos que huían del horror de los campos de concentración. Hannah también terminó en uno de ellos, donde pasó varios días encerrada. Sin embargo, nunca perdió la esperanza y pudo escapar aprovechando un descuido de los guardias. La reputación de Hannah la siguió hasta los Estados Unidos, donde se refugió, y pronto empezó a trabajar para diferentes periódicos, cubrió el juicio a uno de los artífices del Holocausto, y sus artículos conformaron un ardiente reportaje sobre el horror de los métodos nazis. Aunque la ironía con que estaban escritos no gustó a muchos, con ella Hannah abrió el camino para hablar explícitamente del genocidio judío.En el fondo, Hannah nos anima a pensar en cómo nos relacionamos en la vidacotidiana, cómo utilizamos nuestra voluntad, nuestra libre elección. Esta mujerllena de vitalidad y optimismo siempre creyó que, si lo deseamos, juntos somoscapaces construir una sociedad más justa en la que todas las personas seaniguales.Hanna Arend (1906-1975). Flsof y eric olític aleman, s convirtió e un d a ente á nfluente de sigl xx y e un d a rincipale voce contr o otalitarismo y e Holocaust.
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ANNA
A
TKINS
la importancia de una imagenImagina que eres una científica que estudias las plantas y que debes dibujar cada especie nueva para clasificarla. ¡No acabarías nunca! Seguramente lo mismo pen-saba Anna Atkins, hasta que su curiosidad insaciable la llevó a conocer la técnica del cianotipo aplicado a la botánica.Su padre, un importante científico que se había encargado de Anna a la muer-te de su madre, le había proporcionado una formación científica poco habitualpara las mujeres de la época y permitía que lo acompañara a sus reuniones en laRoyal Society, una reputada asociación científica de Inglaterra. Allí, Anna se ente-raba de los últimos avances y descubrimientos científicos. Un día de 1842, sir John Herschel, astrónomo e investigador amigo de la fami-lia, hablaba del cianotipo, una técnica que produce copias del original en un lla-mativo color azul. Anna había estudiado Botánica y registraba cualquier especieque encontraba mediante unos dibujos muy detallados de la planta. Sin embargo,aquello era muy laborioso, así que decidió aplicar la técnica de Herschel en susinvestigaciones botánicas: situó las muestras encima de un papel con una soluciónquímica, las expuso al sol y las lavó; las zonas que no estaban cubiertas quedaronde color azul fuerte, mientras que las otras presentaban una imagen precisa de laplanta en azul claro. En menos de un año, preparó un libro con los cianotipos de las algas que habíarecogido en la costa. Solo hizo tres copias, una de las cuales está expuesta en elMuseo de Ciencias de Bradford.Anna publicó muchos más libros, revolucionó los métodos tradicionales y demos-tró que la fotografía podía ser de gran ayuda para la ciencia.An Akn (1799-1871). Botánic ngles, fu  rimer erson e e und e crea u ibr lustrad co fotografía e un époc e qu a cámara apena existía, y s convirtió e  rimer uje fotgraf.
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JULIE
D
AUBIGNY
Juli ’Aubigny (circ 1670-1707). Espadachin y cantant d per frances, su dote d esgrimist y s espírit ibr  embarcaro e umerosa aventura.la cantante esgrimistaSi te dicen que pienses en una cortesana del siglo xvii, lo primero que vendrá a tumente serán los rostros empolvados, las pelucas y los fastuosos vestidos. Sin embargo,a Julie —o Mademoiselle de Maupin, como fue conocida en su tiempo— esas cosasno le gustaban nada. Ella prefería vestirse de hombre y no tenía problemas a batirseen duelo con quien fuera. Su vida libre y audaz inspiraría numerosas leyendas.Julie no era la típica dama francesa. Su padre, secretario de un importante con-de, enseñaba esgrima a los pajes del rey, y ella aprendió a leer, a escribir, a pin-tar... y a luchar con la espada. Para pasar desapercibida, siempre se vestía como un niño. Se casó muy joven, pero pronto fue a París en busca de nuevas aventuras. Allí mantuvo romances con muchos hombres y mujeres, y se convirtió en una estrella de la ópera. Pero, como se aburría, de vez en cuando volvía a coger la espada y, ves-tida como un hombre, siempre se metía en líos. En una de sus rocambolescas corre-rías, sedujo a una joven. Al enterarse de la relación, los padres se escandalizaron y obligaron a la joven a ingresar en un convento. Entonces Julie se hizo pasar por monja, incendió el convento y se escapó junto a su amante. Y esta solo fue una más de otras tantas aventuras que corrió... Su voz de contralto, grave, cautivó París, y su fama la siguió hasta la corte de Ver-salles, donde se ganó una reputación de salvaje por besar a las damas disfrazada dehombre y provocar duelos que a menudo acababan con heridos y en los que ellasiempre salía victoriosa. Su afición por los duelos, que estaban prohibidos, le obligóa dejar por un tiempo la ciudad y continuar su carrera de cantante en Bruselas.Julie vivió como quiso, sin tener en cuenta géneros ni los prejuicios a su alrede-dor, y demostró que, al fin y al cabo, lo que importa es ser fiel a los dictados del corazón.
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