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RENEGAD0S
BORN IN THE USA
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NEW YORK
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MU´SICA————————————————————————————————
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Here everybody has a neighbor, everybody has a friendEverybody has a reason to begin againMy father said «Son, we're lucky in this town it's a beautiful place to be bornIt just wraps its arms around you, Nobody crowds you, nobody goes it alone.You know that flag flying over the courthouse Means certain things are set in stoneWho we are, what we'll do and what we won't»It's gonna be a long walk homeBRUCE SPRINGSTEEN, «LONG WALK HOME»
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Somos un pueblo, todos juramos lealtad a las barras y las estrellas, todos defendemos a Estados Unidos de América… ¿Participamos en una política de cinismo o participamos en una política de esperanza? No hablo de un optimismo ciego, de la ignorancia casi deliberada que cree que el desempleo simplemente desaparecerá si no pensamos en él, o que la crisis del sistema de salud se resolverá solo con obviarla. No es eso de lo que hablo. Hablo de algo más significativo. Es la esperanza de los esclavos sentados alrededor del fuego entonando cantos de libertad. La esperanza de los inmigrantes partiendo a orillas lejanas. La esperanza de un joven teniente de navío patrullando con valentía el delta del Mekong. La esperanza del hijo de un molinero que se atreve a desafiar las probabilidades. La esperanza de un niño flaco con nombre raro que cree que Estados Unidos también tiene un lugar para él.La esperanza ante la dificultad. La esperanza ante la incertidumbre. ¡La audacia de la esperanza! Al final, ese es el mejor regalo que nos ha dado Dios, la piedra angular de esta nación. Una fe en lo no visto. Una fe en que días mejores están por venir.BARACK OBAMA, DISCURSO DE APERTURA, CONVENCIÓN NACIONAL DEMÓCRATA DE 2004
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UNA AMISTAD IMPROBABLE1LA HISTORIA DE ESTADOS UNIDOS DE AME´RICA45EL TODOPODEROSO DO´LAR157INTRODUCCIO´NXLUCHANDO CON FANTASMAS191I´NDICE
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UN AMOR SIN MIEDOS215THE RISING249DISCURSO ANOTADO DE BARACK OBAMA.PANEGE´RICO POR JOHN LEWIS286APUNTES DE GRABACIO´N DEBRUCE SPRINGSTEEN PARA RENEGADES292DISCOGRAFI´A DE A´LBUMESDE ESTUDIO DE BRUCE SPRINGSTEEN296AGRADECIMIENTOS299SOBRE LOS AUTORES300TRADUCCIO´N DE ORIGINALES302CRE´DITOS DE LAS FOTOGRAFI´AS317
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«AMAZINGGRACE»73LA PIEL ESTADO-UNIDENSE123
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as buenas conversaciones no siguen un guion. Al igual que una buena canción, están llenas de sorpresas,improvisaciones y desvíos. Puede que estén enmarcadas en un tiempo y en un lugar específicos, que reflejen tuestado mental del momento y el estado actual del mundo. Pero las mejores conversaciones también tienen unacualidad atemporal, que te devuelve al reino de la memoria y te impulsa hacia tus sueños y esperanzas. Compartirhistorias te recuerda que no estás solo, y tal vez te ayuda a comprenderte un poco mejor a ti mismo.Cuando Bruce y yo nos sentamos por primera vez a grabar Renegades: Born in the USA, en el verano de 2020, no sabíamoscómo resultarían nuestras conversaciones. Lo que sí sabía era que Bruce es un magnífico narrador, un bardo de laexperiencia estadounidense, y que ambos teníamos muchas cosas en mente, entre ellas algunas cuestiones fundamentalessobre el preocupante giro que había tomado nuestro país. Una pandemia histórica no daba indicios de aplacarse. Habíamuchísimos estadounidenses que estaban sin trabajo. Millones de personas se habían lanzado a las calles para protestar porel asesinato de George Floyd, y el entonces ocupante de la Casa Blanca no parecía tener intenciones de unir al pueblo, sinode destruir algunos de los valores básicos y fundamentos institucionales de nuestra democracia.Casi un año después, el mundo tiene mejores bríos. Gracias a los asombrosos avances científicos y al esfuerzo incansablede todos los trabajadores de la salud en primera línea, la pandemia ha cedido (aunque no se ha acabado) y la economíaexperimenta una recuperación estable aunque desigual. El asesino de George Floyd ha sido declarado culpable y condenado,y mi amigo y exvicepresidente, Joe Biden, es el presidente de Estados Unidos.Sin embargo, a pesar de todo el cambio que hemos experimentado como nación y en nuestras propias vidas desde queBruce y yo nos sentamos juntos por primera vez en las sesiones de grabación, las condiciones subyacentes que animaronnuestra conversación no han desaparecido. Estados Unidos permanece más polarizado que en cualquier otro momento quepodamos recordar; no solo en torno a temas como el control policial, el cambio climático, los impuestos y la inmigración,sino acerca de las definiciones mismas de la fe y la familia, sobre qué constituye la justicia y qué voces merecen serescuchadas. Aún batallamos, en menor y mayor grado, con el legado de la esclavitud y de Jim Crow,1y con el flagelo delracismo. El abismo entre ricos y pobres sigue creciendo, con demasiadas familias luchando por salir adelante. Incluso elviolento ataque al Capitolio, un golpe a nuestro orden democrático transmitido en tiempo real para que todo el mundo loviera, es tema de disputa, con una gran parte del país que finge que no sucedió o que sugiere que la ira de la turba estaba de alguna manera justificada.1.Expresión peyorativa para referirse a los afroestadounidenses, que surge a mediados del siglo . Poco después se utilizaría este nombre para denominar a las leyes de segregación racial, de carácter estatal y local, que estuvieron vigentes en algunos territorios hasta los años sesenta de la pasada centuria. (N. de los T.)INTRODUCCIÓNX
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Por ello las conversaciones que Bruce y yo sostuvimos en 2020 se sienten tan urgentes ahora como entonces.Representan nuestro esfuerzo continuo por descifrar cómo hemos llegado hasta aquí y cómo podemos contar una historiamás unificadora que comience a cerrar la brecha entre los ideales y la realidad estadounidenses.No se nos ocurrió ninguna fórmula sencilla para resolver los conflictos actuales de Estados Unidos. A pesar de lodiferentes que son nuestros entornos, por mucho que hemos intentado en nuestro trabajo dar voz a los miles de personasque hemos conocido a lo largo del camino, ni Bruce ni yo pretendemos captar todos los puntos de vista y actitudesdivergentes que conforman este país nuestro, enorme y estridente.Pero, al menos, intentamos demostrar que es posible abordar temas difíciles con convicción, y también con una grandosis de humildad. Y, de hecho, desde que el pódcast salió al aire, personas de todos los estados y ámbitos sociales se hancomunicado con nosotros para decirnos que algo de lo que escucharon caló en ellos, ya fuese la impronta de nuestros padresen nosotros; la incomodidad, la tristeza, la ira y los momentos ocasionales de gracia que han surgido mientras vivimos ladivisión racial de Estados Unidos, o la alegría y la redención que nuestras respectivas familias nos han brindado. La gentenos decía que escucharnos les hacía pensar en su propia infancia. En sus propios padres. En sus propias ciudades natales.También nos hacían preguntas a Bruce y a mí, querían saber un poco más sobre las historias que contamos, y eso fue loque condujo a este libro. En las páginas siguientes podréis leer nuestras conversaciones íntegras. Pero también encontraréistextos de discursos, fotografías personales y letras de canciones escritas a mano que registran algunos de los momentosnarrados en el pódcast y que constituyen pautas a lo largo de las encrucijadas y veredas que cada cual ha transitado.Nuestro mayor deseo es que estas conversaciones os inspiren a salir y comenzar las vuestras, con un amigo, un familiar,un colega del trabajo o alguien que conozcáis de pasada. Alguien cuya vida se cruce con la vuestra pero cuya historia nuncahayáis escuchado verdaderamente. Apostamos a que si prestáis suficiente atención, con el corazón abierto, os sentiréisanimados a ello. Porque, en estos momentos en que es fácil hablar sin escucharnos, o sencillamente limitar nuestrasconversaciones a aquellos que piensan como nosotros, el futuro depende de nuestra capacidad para reconocer que todossomos parte de la historia estadounidense y que, juntos, podemos escribir un capítulo nuevo y mejor.BARACK OBAMAXI
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uando el presidente Obama sugirió que hiciéramos un pódcast juntos, lo primero que pensé fue «Bueno, soy ungraduado de bachiller de Freehold, New Jersey, que toca la guitarra... ¿Qué hay de malo en esta idea?». Patti me dijo:«¡¿Estás loco?! ¡Hazlo! ¡A la gente le encantaría escuchar vuestras conversaciones!». El presidente y yo habíamospasado algún tiempo juntos desde que nos conocimos en la campaña electoral de 2008. Durante ese tiempo tuvimosalgunas largas y reveladoras conversaciones. Fueron el tipo de charlas en las que hablas con el corazón y te marchas con unacomprensión verdadera de la forma en que tu amigo piensa y siente. Tienes una noción de la manera en que se ve a sí mismoy su mundo. Así que seguí el consejo de Patti y el generoso ejemplo del presidente y, antes de que nos diéramos cuenta,estábamos sentados en mi estudio de New Jersey (que la E Street Band había desocupado poco antes), improvisando juntos,como buenos músicos.Empezamos por el principio: nuestra infancia, con sus semejanzas y sus diferencias. Hawái, New Jersey... bastantediferente; padres ausentes... bastante parecido. Luego, dejamos que la conversación se extendiera, como lo hace la vidamisma. Exploramos la forma en que comienzas a conformar una identidad, a partir de una postura, una foto, una piezamusical, una película, un héroe cultural. Examinamos cómo luchas para encontrar tus fortalezas, tu potencia, tumasculinidad. Ahondamos en cómo eso configura tu arte, tu política y la manera en que vivirás la vida. Charlamos de todaesa vida y la manera en que la vives; del mundo tal como es y los esfuerzos que hemos hecho, yo a través de mi música yBarack a través de su política, para convertirlo en el tipo de lugar que creemos que podría ser.Hubo serias conversaciones acerca del destino del país, de su ciudadanía, y las fuerzas corruptas, horrendas y destructivas que están en juego y que quisieran acabar con todo. Estos son tiempos de vigilancia en los que nuestra esencia se pone a prueba. Las conversaciones sobre quiénes somos y en quiénes queremos convertirnos pueden servir quizá como un pequeño plano guía para algunos de nuestros compatriotas. Encontramos muchas cosas en común. El presidente es un tipo desenfadado y de trato fácil. Hará todo lo posible para que te sientas cómodo, como lo hizo conmigo para que pudiera tener la confianza de sentarme frente a él a la mesa. Al final del día, reconocimos nuestras similitudes en la conducta moral de nuestras vidas. Se trata de la presencia de una promesa, un código según el cual nos esforzamos por vivir. La honestidad, la fidelidad, la franqueza respecto de quiénes somos y cuáles son nuestras ideas y metas, una dedicación al ideal estadounidense y un amor permanente por el país que nos hizo. Ambos somos criaturas que llevamos el sello «Born in the USA». No existe otro país que pueda haber inventado la mezcla que conforma a un Barack Obama o a un Bruce Springsteen, por lo que nuestra lealtad a sus instituciones, sueños y ambiciones permanece inquebrantable. Por ello estamos aquí. Con la guía de nuestras familias y amistades más profundas y con la brújula moral inherente a la historia de nuestra nación, seguimos adelante, guiando y protegiendo lo mejor de nosotros mientras vigilamos con ojo compasivo las luchas de nuestra aún joven nación. Como ya dije, estos son tiempos traicioneros en los que hay mucho en juego; todo está en juego. Esta es la hora deconsiderar seriamente quiénes queremos ser y qué tipo de país dejaremos a nuestros hijos. ¿Permtiremos que lo mejor de nosotros se nos escurra entre las manos o nos enfrentaremos unidos al fuego? En las páginas de este libro no hallaréis lasrespuestas a esos interrogantes, pero sí encontraréis a un par de tipos haciendo lo posible para que nos hagamos mejorespreguntas. Buen viaje, señor presidente, y gracias por escoger a un compañero de travesía y llevarme consigo en el camino.BRUCE SPRINGSTEENXII
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Ese tema llegó a dominar muchas de mis conversaciones el año pasado, con Michelle, con mis hijas y con los amigos. Y uno de esos amigos fue el señor Bruce Springsteen.En apariencia, Bruce y yo no tenemos mucho en común. Él es un hombre blanco de un pequeño pueblo de Jersey. Yo soy un hombre negro de raza mixta nacido en Hawái con una infancia que me llevó por todo el mundo. Él es un icono del rock and roll. Yo… no soy tan guay. Y, como me gusta recordarle a Bruce cada vez que puedo, él me lleva más de diez años. Aunquese mantenga estupendo.Pero a lo largo de los años, lo que hemos descubierto es que compartimos una misma sensibilidad. Sobre el trabajo, la familia y Estados Unidos. A nuestra manera, Bruce y yo hemos estado en travesías paralelas intentando entender a este país que tanto nos ha dado a ambos; intentando narrar las historias de su pueblo; anhelando una manera de conectar nuestras propias búsquedas de significado, verdad y comunidad con una historia integral de Estados Unidos.Y lo que descubrimos en estas conversaciones fue que aún compartimos una creencia fundamental en el ideal estadounidense. No como una ficción adornada y barata, ni como un acto de nostalgia que ignora todas las maneras en que no hemos alcanzado ese ideal, sino como una brújula para el arduo trabajo que todos tenemos por delante, como ciudadanos, para hacer de este país y del mundo un lugar más igualitario, más justo y más libre.Además, Bruce sencillamente tenía unas historias magníficas que contar. Así que añadimos un participante a la conversación: un micrófono. Y durante unos cuantos días, en la finca en la que vive con su fantástica mujer, Patti, junto a algunos caballos, un montón de perros y mil guitarras, a unos pocos kilómetros del lugar donde creció, Bruce y yo hablamos.
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l igual que para la mayoría, el año 2020 suscitómuchísimas emociones en mí. Durante tres años, habíacontemplado un país que parecía cada vez más furiosoy dividido con el paso de los días. Luego llegó unapandemia histórica, seguida de una respuesta gubernamentalnegligente que ocasionó múltiples privaciones y pérdidas amillones de personas y nos obligó a todos a cuestionarnos qué eslo que de verdad importa en la vida. ¿Cómo llegamos hasta aquí?¿Cómo podríamos encontrar el camino de regreso a una historiaestadounidense más unificadora?
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4RENEGADOSBARACK OBAMA: Es bueno verte, amigo mío. Lo que nos trae aquí hoy son las conversaciones que hemos sostenido a lo largo de los años. Ambos hemos tenido que ser narradores. Hemos tenido que contar nuestras propias historias y se han convertido en parte de un relato estadounidense más amplio. La historia que contamos ha tenido repercusión.Intentaba recordar la vez en que nos conocimos, y es probable que fuera en 2008. Durante la campaña electoral. BRUCE SPRINGSTEEN: Correcto. BARACK OBAMA: Viniste a hacer un concierto con nosotros en Ohio. Tu familia estaba contigo y recuerdo que pensé: «Es muy discreto, incluso hasta un poco tímido». Y eso me gustó de ti. Así que me dije: «Espero tener la oportunidad de hablar con él en algúnmomento». Pero como estaba en medio de la campaña, siempreíbamos con prisa. Entonces, como recordarás, tuvimos una charla agradable, pero no fue una conversación profunda. BRUCE SPRINGSTEEN: No.BRUCE SPRINGSTEEN:Una pregunta: ¿Cómo quieres que te llame?BARACK OBAMA:Barack, hombre. Venga, tío. BRUCE SPRINGSTEEN:¡Solo me aseguro! Quiero decirlo bien. BARACK OBAMA: Bueno, estamos sentados aquí, en el gran estado de New Jersey con uno de sus hijos pródigos…BRUCE SPRINGSTEEN: Así es. BARACK OBAMA: The Boss, mi amigo: Bruce Springsteen. Y estamos en un estudio; solo para daros una idea, tenemos unas… ¿Cuántas guitarras tienes aquí?BRUCE SPRINGSTEEN:Estamos ahora mismo en una casa con unas mil guitarras…BARACK OBAMA:No las he contadotodas. Pero hay guitarrasportodas partes. Hay un ukelele, un banjo…BRUCE SPRINGSTEEN:Así que, si nos inspiramos para hacer música, tenemos…BARACK OBAMA:Se sabe que yo canto.BRUCE SPRINGSTEEN:… los instrumentos a mano.CAPI’TULO 1OPUESTA, ARRIBA: Junto a Jay-Z y Bruce Springsteen, decenas de músicos actuaron y grabaron una canción en apoyo a la campaña electoral de Barack Obama en 2008, entre ellos Arcade Fire, Puff Diddy, Stevie Wonder, Jeff Tweedy, John Legend, Moby, Common, The Decemberists, Roger Waters, Patti Smith, Pearl Jam, Joan Báez, Michael Stipe y Usher. En octubre de 2008, se lanzó el tema oficial de la campaña titulado «Yes, We Can». OPUESTA, ABAJO: Ticket de entrada para el mitin de campaña Change Rocks en Filadelfia, 2008. SIGUIENTE: Fin de un concierto en la gira Darkness Tour de 1978.
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7UNA AMISTAD IMPROBABLEBARACK OBAMA: Otra ocasión tuvo lugar en Nueva York cuando tú y Billy Joel os subisteis al escenario e hicisteis un concierto entero. Esa fue la primera vez en que fui consciente de todo el ejercicio que haces entus espectáculos.Dabas brincos enelpiano. Estabasempapado, tío. Y pensé: «Ese hombre podría hacerse daño ahí». Pero yo ya era un fan tuyo; y habíamos comenzado a poner algo de tu música en los mítines. Entonces, simplemente te llamamos y te dijimos: «Oye, ¿estarías dispuesto a hacer algo?».BRUCE SPRINGSTEEN:Tuve experiencias maravillosas tocando enesos mítines y en esas presentaciones contigo. Porque me distealgo que nunca había logrado por mi cuenta. Y fue la diversidad que había en el público. Estaba tocando para rostros blancos y ros-tros negros, mayores y jóvenes. Y ese fue el público que siempre soñé para mi grupo. Uno de los mejores eventos en los que hetocado fue cuando Jay-Z y yo actuamos en Columbus. Creo quecanté «Promised Land». Fue un público fabuloso. Todo tipo de gente: obreros, ancia-nos y jóvenes. Muchas personas que no sabrían diferenciarme del hombre que fue a la luna y que probablemente me escuchaban por primera vez.BARACK OBAMA: Pero fue igual para Jay-Z. Te garantizo que en esa multitud había un montón de blancos de avanzada edad que nohabían escuchado una canción suya en la vida. Y tuve que decirle: «Cambia algunas letras aquí, hermano». Necesitábamos la versión apta para toda la familia de algunos de sus temas. BRUCE SPRINGSTEEN:Fue ahí cuando lo conocí… Un gran tipo. Solo toqué tres o cuatro temas, pero fue una actuación muy emocio-nante. Ese es el público de mis sueños, el público para el que siem-pre me imaginé tocar. Además, hay mucho del lenguaje de mis letras que emana de la fe cristiana, del evangelio, de la Biblia. Había un lenguaje común que atravesaba las barreras culturales.BARACK OBAMA:Así es. La gente lo siente. Por eso, cuando tocasalgo como «The Rising», con un coro detrás, o «Promised Land»…Pudiste haber sido predicador, Bruce. Tal vez no cogiste tu lla-mada.BRUCE SPRINGSTEEN: Fue un regalo poder estar allí. Tengo muy bue-nos recuerdos de mis actuaciones en esos mítines. Yo te venía obser-vando desde que eras senador. Me salías en la pantalla y pensaba:«Sí, ese es el idioma que quiero hablar, que intento hablar». Sentíaque coincidía interior y profundamente con tu visión del país.
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THE PROMISED LANDOn a rattlesnake speedway in the Utah desert / I pick up my money and head back into town / Driving ’cross the Waynesboro county line / I got the radio on and I’m just killing time / Working all day in my daddy’s garage / Driving all night chasing some mirage / Pretty soon, little girl, I’m gonna take charge / The dogs on Main Street howl / ’Cause they understand / If I could take one moment into my hands / Mister, I ain’t a boy, no I’m a man / And I believe in a promised land / I’ve done my best to live the right way / I get up every morning and go to work each day / But your eyes go blind and your blood runs cold / Sometimes I feel so weak I just want to explode / Explode and tear this whole town apart / Take a knife and cut this pain from my heart / Find somebody itching for something to start / There’s a dark cloud rising from the desert floor / I packed my bags and I’m heading straight into the storm / Gonna be a twister to blow everything down / That ain’t got the faith to stand its ground / Blow away the dreams that tear you apart /Blow away the dreams that break your heart / Blow away the lies that leave you nothing but lost and brokenhearted DEL A´LBUM DARKNESS ON THE EDGE OF TOWN (1978)
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10RENEGADOSBARACK OBAMA: Era como si estuviésemos luchando por lo mismo. Cada unoensumedio ydeformas diferentes.Así que,cuandohablas de conectar esos dos lugares: «Aquí es donde quiero que esté el país y aquí es donde está», tengo que tener los pies donde de ver-dad se halla. Pero quiero impulsar y empujar a la gente hacia donde podría estar. BRUCE SPRINGSTEEN: Sí, en nuestra pe- queña esquina, con lo que hacemos, es- tamos trabajando en el mismo edificio.BARACK OBAMA: Es exactamente así. Yhemos tenido varias de esas interaccio-nes a lo largo de estos años: actuaste en el concierto inaugural, visitaste la Casa Blanca; yo me postulé para las reelec-ciones, y volviste a hacer otras cosas.BRUCE SPRINGSTEEN:Tuvimos una o dos cenas agradables.BARACK OBAMA: Tuvimos una estupenda cena en la Casa Blanca en la que cantamos…BRUCE SPRINGSTEEN: Yo toqué el piano y tú can-taste.BARACKOBAMA:Bueno, de eso no sé. Pero todoscantamos algunos temas de Broadway. Y de laMotown. Y algunos clásicos. BRUCE SPRINGSTEEN:Cierto. BARACK OBAMA: Y hubo libaciones de por medio. Y me dije: «Bueno, no es tan tímido como pensaba, solo tiene que relajarse un poco». BRUCE SPRINGSTEEN: No sé si diría que esto es cierto para la mayoría de la gente de mi oficio, pero la timidez no es inusual. Si no fueras callado, no habrías buscado tan desesperadamente una manera de hablar. La razón por la que has perseguido con tanta urgencia tu trabajo, tu lenguaje y tu voz es porque no has tenido ninguna. Y, una vez que te das cuenta de eso, de alguna manera sientes el dolor de no tener voz. BARACK OBAMA:Entonceslaactuaciónseconvierteenelinstru-mento, el mecanismo…BRUCE SPRINGSTEEN:Se convierte en el mecanismo a través del cual expresas la totalidad de tu vida, toda tu filosoía y código de vida; así fue como sucedió conmigo. Y, antes de eso, me sentía bastante invisible, y había mucho dolor en esa invisibilidad. BARACK OBAMA:¿Ves?, por cosas como las que acabas de decir ahora fuepor lo que nos hicimos amigos. Porque después de algunos tragos, yquizá entre canciones, tú decías algocomo eso y yo decía: «Ah, lo que dice tiene sentido». Esas son aguas profun-das. Y creo que simplemente comenza-mos a confiar el uno en el otro y a tenerese tipo de conversaciones con regula-ridad, y cuando me fui de la Casa Blancatuvimos la oportunidad de pasar mástiempo juntos. Y resulta que congenia-mos muy bien.BRUCESPRINGSTEEN:La verdad es quecontigo me sentía como en casa. BARACK OBAMA:Y lo otro que pasó fue que Michelle yPatti congeniaron. Y Michelle estaba muy compla-cida con tus ideas sobre tus defectos como hombre.Después de irnos de una cena o de una fiesta o dealguna charla, me decía: «¿Ves cómo Bruce entien- de sus faltas y ha aprendido a lidiar con ellas…?».BRUCE SPRINGSTEEN: ¡Ja! Lo siento por eso. BARACK OBAMA:«…deuna maneraenquetú no?Deberías pasar más tiempo con Bruce. Porque él ha hecho el esfuerzo». Así que también tenía un pocola impresión de que necesitabaentrena-miento para ser un marido adecuado.BRUCE SPRINGSTEEN:Ha sido un placer para mí. BARACK OBAMA: Tratabadeexplicarle:«Mira,melleva diez años. Ya ha pasado por algunas de estas cosas. Yo aún estoy en modo de entrenamiento». Pero a pesar del hecho de que venimos de lugares muy diferentes y de que obviamente hemostenido trayectorias profesionales distintas, los problemas con los que tú has luchado han sido los mismos con los que he luchado yo. Las mismas alegrías y las mismas dudas. Hay mucho que coincide.LA RAZÓN POR LA QUE HAS PERSEGUIDO CON TANTA URGENCIA TU TRABAJO, TU LENGUAJE Y TU VOZ ES PORQUE NO HAS TENIDO NINGUNA. Y, UNA VEZ QUE TE DAS CUENTA DE ESO, DE ALGUNA MANERA SIENTES EL DOLOR DE NO TENER VOZ. BRUCE SPRINGSTEENARRIBA: Una noche en Camp David, 2015. OPUESTA: Celebrando el cambio, 2008.
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13UNA AMISTAD IMPROBABLEBRUCE SPRINGSTEEN:¡No creo que sea algo que uno elija! Creo que es algo innato. Tuve una crianza muy muy rara, ¿sabes? Crecí en un pueblo pequeño, muy provinciano. El gran pueblo de Freehold,New Jersey. BARACK OBAMA:¿Población? BRUCE SPRINGSTEEN:Unas diez mil personas. De ellas, mil seiscien-tas trabajaban en la ábrica de alfombras de Karagheusian, mipadre también. Mi madre era el sostén de la familia. Mi padre tra-bajaba cuando podía, pero estaba bastante enfermo mentalmente. Desde joven sufría de esquizofrenia, cosa que en aquel tiempo no comprendíamos, y dificultaba mucho la vida en la casa y le impedía mantener un trabajo fijo. Así que nuestra casa era diferente a las demás, diría yo.BARACK OBAMA:En la supericie, mi infanciaparece completamente diferente. BRUCE SPRINGSTEEN:Cierto. BARACK OBAMA:Nací en Hawái… Hawái está muy lejos de Freehold, New Jersey. BRUCE SPRINGSTEEN:¡Está lejos de todas partes!BARACK OBAMA: Sí, en medio del Pacífico. Y soyproducto de una mujer de Kansas, adolescen- te cuando me tuvo y alumna universitaria cuan- do conoció a mi padre, un estudiante africano de la Universidad de Hawái. Mis abuelos, por otra parte, son básicamente escoceses-irlandeses. Y los irlandeses fueron outsidersdurante mucho tiempo.BRUCE SPRINGSTEEN: Sí. Mis abuelos eran irlande-ses de la vieja escuela. Y eran muy provincianos, gente de campo bastante retrógrada. Todos vivíamos en la misma casa: mis padres, mis abuelos y yo.BARACK OBAMA:¿Tus abuelos por parte de madre o de padre? BRUCE SPRINGSTEEN: Mis abuelos por parte de padre. Me crio la parte irlandesa de mi familia, y eran tan excéntricos como pueden serlo BRUCE SPRINGSTEEN:Bueno, lo político viene de lo personal.BARACK OBAMA: El músico busca una forma de canalizar el dolor y lidiar con él, con los demonios y las preguntas personales; es tam-bién lo que hace el político al entrar en la vida pública.BRUCE SPRINGSTEEN:Pero tienes que tener dos cosas a tu favor, que son muy diíciles. Una, tienes que tener el egotismo… BARACK OBAMA:La megalomanía…BRUCE SPRINGSTEEN:La megalomanía de creer que tienes una vozdigna de ser escuchada por el mundo entero. Pero, por otro lado, tienes que sentir una tremenda empatía por los demás.BARACK OBAMA:Es un truco diícil de lograr. Em- piezas con el ego, pero luego, en algún momento, te conviertes en un recipiente de los sueños yesperanzas de la gente. Te conviertes simple-mente en unconducto.Hoyestamosconver-sando después de haber pronunciado las pala-bras de duelo por mi amigo John Lewis, uno de los gigantes del movimiento por los derechosciviles y alguien que quizá fue tan responsablecomo cualquiera de hacer que Estados Unidossea un lugar mejor, más libre y más generoso, y que nuestra democracia viva acorde con su pro-mesa. Cuando conocí a John él había ido a hablar a Harvard, donde yo estudiaba en la facultad de Derecho. Tras su presentación, me acerqué a él y le dije: «Usted es uno de mis héroes. Usted meayudó a tener una idea de, al menos, quién quería ser en este lugar inmenso, complicado, conflic-tivo, multirracial, multiétnico y multirreligioso llamado Estados Unidos». Porque cuando me metí en política no pen-saba en ser presidente. Fue un recorrido. ¿Cómo reconcilio todas las partes diferentes que hay en mí? ¿De qué modo encajo?BRUCE SPRINGSTEEN:Llegar de esa forma es llegar como un outsider…BARACK OBAMA:Esto va a ser interesante, porque voy a tener quedescubrir por qué tú pensabas que eras un outsider. Sé los motivos por los que yo lo era. Pero un buen chico de Jersey no tiene por qué ser un outsider. ¿Sabes a qué me refiero?MICHELLE ESTABA MUY COMPLACIDA CON TUS IDEAS SOBRE TUS DEFECTOS COMO HOMBRE […] ME DECÍA: […] «DEBERÍAS PASAR MÁS TIEMPO CON BRUCE. PORQUE ÉL HA HECHO EL ESFUERZO». ASÍ QUE TAMBIÉN TENÍA UN POCO LA IMPRESIÓN DE QUE NECESITABA ENTRENAMIENTOPARA SER UN MARIDO ADECUADO.BARACK OBAMAOPUESTA: Los días de la facultad de Derecho, Cambridge, Massachusetts, circa 1991. Le habían terminado de quitar las vendas a Obama después de haberse partido la nariz jugando a baloncesto.
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14RENEGADOSPero mis abuelos me permitían libertades que los críos no de-berían tener, porque mi abuela había perdido a su hija, la hermana de mi padre, en un accidente de tráfico a los cinco años. Había una gasolinera en la esquina de McLean Street, a dos calles de donde vivíamos. Ella estaba allí en un triciclo y la arrolló un camión. Yo fui el niño siguiente, el niño redentor. Me daban licencia total para hacer lo que me viniera en gana. BARACK OBAMA: ¿Y qué hacías? O sea, ¿andabas por ahí acabando con Freehold? ¿Correteando desenfrenado? BRUCE SPRINGSTEEN: ¡Exactamente! Con cinco años. BARACK OBAMA:¿Calle arriba y calle abajo? Aterrorizando a la po- blación…BRUCE SPRINGSTEEN:Me daban demasiadas liberta-des. Me levantaba más tarde que los demás chicos.Me acostaba más tarde que los demás chicos. Noencajaba. No… me gustaban… las reglas. Si eresun chico como yo y la escuela te impone una seriede reglas, no estás preparado para ellas. Me dije:«Vale, ¿qué es lo que quiero hacer?». Y solo cuandodescubrí la música y encontré una forma de proce-sar mi propia identidad, y una manera de hablar yde tener algún impacto en cómo ser escuchado,comencé a sentirme en casa donde vivía.BARACK OBAMA:Cuando escuchaba tu música, per-cibía esa sensación de sublimación afectiva, yfue un recordatorio de que, en muchos sentidos, en Estados Unidos todos hemos empezado de alguna manera como outsiders. ¿Cuáles eran los orígenes de los habitantes de Freehold?BRUCE SPRINGSTEEN:La costa estaba llena de irlandeses e italianos, y luegoestaban los afroestadounidenses del sur, que los llevaban todos losveranos en autobuses para trabajar en los campos de patatas en lasafueras del pueblo. Así que crecí en un barrio bastante integrado.Tuveamigos negros cuando era muy joven. Pero había muchasreglas…los irlandeses estadounidenses. Y desde muy pequeño me inculca-ron ser diferente a los demás.BARACK OBAMA:Sí. Tengo el recuerdo de cuando mi abuelo me lle-vabaalaplayadondeibaajugaralasdamasyabebercerveza.Todavía me acuerdo de aquellas botellitas de cerveza Primo con la imagen del rey Kamehameha. Los turistas iban y me veían, yo ten-dría unos tres, cuatro o cinco años, y le preguntaban: «¿Eshawaiano?». Y mi abuelo les decía: «Sí, es el bisnieto del rey Kame-hameha», y ellos tomaban fotos. BRUCE SPRINGSTEEN:Me gusta eso. BARACK OBAMA:Es una historia agradable en el sentido de que mi abuelo disfrutaba tomándoles el pelo. Pero es también una historia sobre el hecho de que yo no era ácilmente identi-ficable. Me sentía como un outsider. Había una prueba visible de que no era como los demás.BRUCE SPRINGSTEEN:¿Y en qué ciudad estabas?BARACK OBAMA:Honolulu, Hawái, que es unajoyita en medio del océano, conformada portodos esos inmigrantes de lugares diversos. Hay japoneses y chinos, portugueses que llegaroncomo marineros, y están los hawaianos nativos que, como muchos pueblos indígenas, se encuen-tran diezmados por las enfermedades. O sea, hay unaculturabasequeeshermosaypoderosa.Pero de niño miraba a mi alrededor y ninguna de esas personas se parecía realmente a mí.BRUCE SPRINGSTEEN:Mis primeros recuerdos de Freehold tienenbastante que ver con las imágenes de Norman Rockwell. Comoniñodeun pueblo pequeño estás inmerso en él: los desfiles del día de los caídos, las marchas de los veteranos de guerras extranjeras, la legión estadounidense, las banderas. Cuando eras pequeño, te daban una de esas banderitas del desfile del día de los caídos y la agitabas en el aire. Y creo haber tenido la impresión de pertenecer a algo muy especial, una sensación de que éramos un país bende-cido de algún modo. Había ocurrido una gran guerra. La ganamos. Luchamos por la libertad de otros. Arriesgamos vidas estadouni-denses en otras tierras. Éramos los buenos. Mi padre fue camio-nero en la batalla de las Ardenas. Y existía esa sensación de que, de todos los países del mundo, Dios miraba a Estados Unidos conespecial favor. Cuando era niño, eso tuvo un impacto profundo y fue inolvidable.ARRIBA: Chapoteando. Hawái, 1966. OPUESTA: (en el sentido de las agujas del reloj, desde la parte superior izquierda): La madre de Obama, Ann Dunham, y su madre, Madelyn Dunham, hacia 1958; «el bisnieto del rey Kamehameha», Hawái, 1966; retrato de los primeros años, Hawái, en torno a 1961; Obama y su madre en su graduación, Hawái, circa 1967; Obama y sus primeras ruedas, Hawái, en torno a 1964; el padre de Obama, Barack Obama, en sus años universitarios, Hawái, hacia 1960; Ann Dunham en la universidad, sobre 1961; (centro) los abuelos maternos de Obama, Stanley y Madelyn Dunham, Hawái, circa 1945.
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MY HOMETOWNI was eight years old and running with a dime in my hand / Into the bus stop to pick up a paper for my old man / I’d sit on hislapinthatbigoldBuick andsteeraswedrovethroughtown / He’d tousle my hair and say son take a goodlookaroundthis is your hometown / This is your hometown / This is yourhometown / This is your hometown / In ’65 tension was running high at my high school / There was a lot of fights between the black and white / There was noth-ing you could do / Two cars at a light on a Saturday night in the back seat there was a gun / Words were passed in a shotgun blast / Troubled times had cometo my hometown / My hometown / My hometown / My hometown/NowMainStreet’swhitewashed windows and vacant stores / Seems like there ain’t nobody wants to comedownhereno more / They’re closing down the textile mill across therailroad tracks / Foreman says these jobs are going boys and they ain’t comingback to your hometown / Your hometown / Yourhometown/Yourhometown/Last night me and Kate we laid in bed / talking about getting out / Packing up our bags maybe heading south / I’m thirty-five we got a boy of our own now/Last night I sat him up behind the wheel and said son takeagoodlookaround/This is your hometownDEL A´LBUMBORN IN THE USA (1984)
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21UNA AMISTAD IMPROBABLEy la ábrica de alfombras de Karagheusian. En el pueblo todo elmundo trabajaba en alguna de ellas. Y por entonces se estabanmarchando. Cuando caminabas por la pequeña calle principalveías los negocios tapiados. El suceso que dio inicio a los disturbios raciales que tuvimos en el pueblo fue un tiroteo en un semáforo. Un coche lleno de chi-cos blancos con una escopeta disparó a un coche lleno de chicos negros. Un amigo mío perdió un ojo. Y luego el pueblo comenzó a apagarse. La canción fue algo que simplemente salió, ya sabes. A finales de los setenta y en los ochenta supe que ese era el tema sobre el que quería cantar; esa era la persona que sería y aquello sobre lo que escribiría. Eso era lo que tenía sentido para mí. Quería quedarme en casa. Quería vivir aquí. Quería estar de alguna mane-ra rodeado de la gente que conocía y contar mi historia y la de ellos. «My Hometown» tiene un elementogeneracional porque hay un niño sentadoen las piernas de su padre y este le dice:«Este es tu pueblo natal, y todo lo que hay en él».BARACK OBAMA:Lo bueno y lo malo. BRUCE SPRINGSTEEN: Así es. Eres parte delflujo general de la historia y, como tal, loque sucede en el presente y lo que ha suce-dido es en parte tu responsabilidad. Estás atado, históricamente, a lo bueno y a lomalo que ha acontecido, no solo en nuestra pequeña ciudad, sino en el país, y, como jugador activo de este momento, tienes algo de poder para reconocer estas cosas y tal vez hacer algo al respecto, de alguna manera. BARACK OBAMA:A qué casas podías ir…BRUCE SPRINGSTEEN:Exacto, y a quién no podías tener en tu casa.BARACK OBAMA:Eso es. BRUCE SPRINGSTEEN:Y en qué casas no debías estar. BARACK OBAMA:Eso fue incluso antes de que comenzaras a salir con chicas o…BRUCE SPRINGSTEEN:Así es. Eres un chaval en tu bicicleta. Y eres cons-ciente de todas esas reglas tácitas. Freehold era el típico pueblopequeño estadounidense de los años cincuenta, provinciano, catetoy racista. Fue un pueblo que sufrió mucho lalucha racial a finales de los sesenta. El día delos disturbios de Newark hubo revueltas enFreehold, una población de unas diez milpersonas. Llevaron a los policías estatales yhubo un estado de emergencia.BARACK OBAMA: ¿Qué edad tenías cuando eso sucedió?BRUCE SPRINGSTEEN:Tenía diecisiete, estaba en el instituto. BARACK OBAMA: Mencionas la palabra «cateto». Ese término tiene unaseriedeconnotacionesespecíficas,¿sabes?,delamismamanera en que dentro de la comunidad afroestadounidense pode-mos decir ciertas cosas sobre nosotros mismos; tienes que sentir cierta comodidad y amor por una comunidad para poder descri-birla con ese tipo de términos. Si uno de afuera dice eso, podrías meterte en una pelea.BRUCE SPRINGSTEEN:¡Por supuesto!BARACK OBAMA:¿Qué piensas sobre eso?BRUCE SPRINGSTEEN: Bueno, esa era la gente que yo quería, con todas sus limitaciones, todas sus bendiciones, todas sus maldiciones,todos sus sueños y pesadillas. Y era igual que muchos otros pueblos pequeños estadounidenses de la década de los cincuenta, y fuedonde crecí. Escribí «My Hometown» en 1984. Fue una evocación de mi niñez. El pueblo en el que crecí estaba atravesando tiempos muy duros. Cuando era niño había tres ábricas: 3M, Brockway Glass ANTERIOR (P. 18): Bruce Springsteen al bate en Freehold, 1965. ANTERIOR (P. 19): Los años de la adolescencia, hacia 1963.ARRIBA: A partir de finales del siglo xix, las cosechas de verano atraían a trabajadores agrícolas a New Jersey, muchos de ellos inmigrantes blancos pobres y negros sureños. Pasaban el invierno en Florida trabajando en las plantaciones de cítricos y después se trasladaban al norte para cosechar patatas y otros cultivos, con poca o ninguna protección laboral. OPUESTA: (en el sentido de las agujas del reloj, desde la parte superior izquierda) Durante la primera mitad del siglo xx, la fábrica de alfombras de Karagheusian definió Freehold, New Jersey. Si vivías en el pueblo y no trabajabas allí, tenías a algún familiar que lo hacía. Fundada a principios del siglo xx por dos hermanos inmigrantes que escaparon de la persecución en su país natal, Armenia, la fábrica proporcionó su alfombrado de renombre mundial al recién construido Radio City Music Hall; los padres de Bruce, Douglas y Adele Springsteen, el día de su boda; Bruce y su hermana Pamela, circa 1953; los abuelos maternos de Bruce, Antonio Zerilli y Adelina Sorrentino, en su boda; el abuelo paterno de Bruce, Frederick Springsteen, frente a su tienda en Freehold, circa 1935; la familia de Bruce, incluidos sus abuelos paternos. Bruce está delante, acostado en el suelo al lado de su primo, a mediados de la década de 1950. SIGUIENTE: De los más de ciento cincuenta disturbios y rebeliones que barrieron el país durante el «largo y cálido verano de 1967», el levantamiento de Newark, de cinco días de duración, fue uno de los más graves. Después de que un taxista negro fuera brutalmente golpeado y arrestado por la policía, estallaron tensiones acumuladas durante años. Más de setecientaspersonas resultaron heridas y veintiséis murieron; manzanas enteras se quemaron hasta los cimientos, con un impacto indeleble para la ciudad.
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25UNA AMISTAD IMPROBABLEBARACK OBAMA: No significa que no podamos tener una conversa-ción después. BRUCE SPRINGSTEEN:Pero hoy no. Aquellas tensiones se habíanvueltomuy reales en1967 y1968.Elinstitutode secundaria deFreehold era un centro sin segregación racial, y estaba mayorita-riamente lleno de chicos de clase obrera, quizá había algunos a los que les iba mejor, pero no tanto. Y había muchas peleas entre los estudiantes negros y los blancos. Después de primaria, si la gente no queríaenviara sushijosalas escuelas integradas, ibanalosinstitutos católicos. BARACK OBAMA: Y así era en casi todas las ciudades del país. BRUCE SPRINGSTEEN:Mis padres querían que fueraauna escuela católica, creo que era Trenton cuan-do aquello. Les dije: «¿Trenton? ¿Voy a pasar-me una maldita hora en autobús todos los días?».BARACK OBAMA: Total,¡noibasa iraclasedetodas formas, así que no importaba!BRUCE SPRINGSTEEN:¡Exacto!BARACK OBAMA:¡Porque ibas a ser una estrella de rock and roll! Lo que plantea una pregunta inte-resante. Justo por entonces empiezas a tomarte la música en serio, y poco después comienzas a montar tu grupo.BRUCE SPRINGSTEEN:Cogí la guitarra en 1964yno la solté en todo el bachillerato. Entoncesestaban los Rolling Stones y los Beatles, peropoco después también apareció Sam & Dave yla Motown, y aprendías a componer de los grandes compositores de la Motown.BARACK OBAMA:O sea que, aunque no había artistas afroestadouni-denses que te ayudaran a descubrir el rock and roll, sí que huboartistas «influenciados» por los afroestadounidenses que te abrie-ron esa puerta.Todavía hoy me encanta interpretar esa canción. Es más que un acto de nostalgia. Todo el mundo en el público la reconoce. Y la gente siempre canta ese verso conmigo: «Mmmmyyyyyy hooomm-me-town». Y la ciudad de la que hablan no es Freehold, ni Ma-tawan, no es Marlboro ni Washington, ni el puñetero Seattle. Es todo. Es todo Estados Unidos, ¿sabes?BARACK OBAMA:Sí. BRUCE SPRINGSTEEN: Es una buena canción. BARACK OBAMA: Es una gran canción. Entonces, ¿qué pasó inmedia-tamente después de esos disturbios en Freehold? Porque lugares como Newark, Detroit… esos nunca se recuperaron, ¿no?BRUCE SPRINGSTEEN: Asbury Park sufrió a causa de los disturbios. Hacía tiempo que se les veía venir y estaban justificados. La población negra de esa ciudad estaba completamente subrepre-sentada en el Gobierno local. Asbury no se recuperó en mucho muchotiempo. Es evidente que ha resurgido en los últi-mos diez años, pero la mayoría de esos pro-blemas siguen sin resolverse en el oeste de la ciu-dad. Así que uno se preguntaría: «¿Cuánto cam-bió de verdad aquello?». No estoy tan seguro.¿Qué vi que mejoró en Freehold? No mu-cho. Eso sí, fue un suceso a menor escala. Lacalle principal de Freehold no pasa de tres man-zanas.BARACK OBAMA:Se destruyen algunas tiendas, se producen algunas detenciones, pero las entra-ñas de la ciudad no sienten el impacto. ¿Tu fami-lia hablaba sobre eso? ¿Lo comentabas con tus amigos? BRUCE SPRINGSTEEN:No era tanto que lo hablara, sino que lo estaba experimentando. En el instituto hubo un momento en que mis ami-gos negros no me hablaban. Le decía a alguno: «Oye» y me contes-taba: «No puedo hablar contigo ahora mismo». BARACK OBAMA:Es interesante que haya dicho «ahora mismo». Te estaba dando una señal: «Ahora mismo, tienes que… Debemosdejarlo estar». BRUCE SPRINGSTEEN: Así es.ESTÁS ATADO,HISTÓRICAMENTE, A LOBUENO Y A LO MALO QUEHA ACONTECIDO, NO SOLOEN NUESTRA PEQUEÑACIUDAD, SINO EN EL PAÍS,Y, COMO JUGADOR ACTIVODE ESTE MOMENTO,TIENES ALGO DE PODERPARA RECONOCER ESTASCOSAS Y TAL VEZ HACERALGO AL RESPECTO, DEALGUNA MANERA.BRUCE SPRINGSTEENOPUESTA: En el verano de 1970 estallaron protestas en la pequeña ciudad turística de Asbury Park. Aunque tradicionalmente los centros turísticos empleaban a los residentes negros del pueblo, ese año los puestos de trabajo iban en su mayoría a adolescentes blancos de los pueblos vecinos. La juventud negra local se hartó y el 4 de julio comenzaron las revueltas. SIGUIENTE: Un Bruce Springsteen de dieciséis años toca con su primer grupo, The Castiles, en la tienda de surf Ferndock, en Asbury Park, New Jersey, circa 1965.
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