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Título original: 100 años de PulgarcitoEdición en formato digital: octubre de 2021© 2021, Antonio Guiral, por los textos© Herederos de José Peñarroya© Herederos de Miguel Bernet© Herederos de Joan Rafart© Herederos de Josep Escobar i Saliente© Herederos de Manuel Vázquez Gallego© Herederos de Víctor Mora sobre la creación literaria de los personajes y guion© Guillem Cifré, VEGAP, Barcelona, 2021© Francisco Ibáñez© Juan López© Alfonso López© Rafael Vaquer© 2021, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U., por los textos e ilustraciones de Rafael González, Eugenio Giner, Juan García Iranzo, Ángel Nadal, Carlos Conti, Gustavo Martínez Gómez, Robert Segura, Alejandro Santamaría Estivill, Francisco Díaz, Miguel Ambrosio, Blas Sanchis, Ángel Pardo© 2021, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U., por la ediciónTravessera de Gràcia, 47-49. 08021 BarcelonaPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright.Elcopyrightestimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyrightal no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.ISBN: 978-84-02-42643-7Realización, diseño y maquetación: Gasp!Corrector: Sergio Colomino.Composición digital: Newcomlab S.L.L.
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ulgarcito, la revista, cumple 100 años en 2021. A los mayores de, pongamos, 50 años el título les sonará, seguro; es más, rápidamente asomarán en su cerebro imágenes de su niñez y adolescencia leyéndola, y rememorarán a muchos de sus personajes. La historia de Pulgarcitoes larga, y compleja. Empieza en 1921 y finaliza en 1987. Vive diversos avatares, cierra en varias ocasiones, pasa por tres editoriales (aunque, en realidad, sean la misma, al menos las dos primeras, El Gato Negro y Bruguera) y da nombre (parcial) también a otras cabe-ceras, en ocasiones colecciones compilatorias, en su mayoría revistas.Si TBOfue importante porque dio nombre a los tebeos, fue longeva, marcó inicialmente un planteamientode revista y dio vida a algunas secciones y series de gran popularidad, Pulgarcitono se queda atrás. De hecho,le pasa por delante.Como verán, el Pulgarcito“oficial”(o sea, la revista inicial) se publica entre 1921 y 1939, en 1945 y entre 1946 y 1981. Si ya en su primera etapa ofrece muestras de ser una cabecera inquieta que marca su propio camino, será en la tercera, a partir de diciembre de 1946, cuando edifique ese gran edificio que, hoy, es tan recordado (al menos, insisto, por los mayores de 50 años). Y lo es por muchas razones. Porque forma parte de nuestra memoria sentimental y de nuestro patrimonio cultural. Porque revolucionó el concepto mismo de revista de historietas. Porque en sus páginas nacieron iconos de la historieta de humor y de aventuras como Tribulete, don Pío, Carpan-ta, Zipi y Zape, doña Urraca, Mortadelo y Filemón o el inspector Dan, por poner solo algunos ejemplos. Porque durante algunos años reflejó, como no podían hacerlo otros medios de comunicación, la España de la posguerra, con un acento crítico que reflejaba nuestra cotidianeidad. En esencia, porque sus técnicos editoriales y autores concibieron un universo compacto, lleno de guiños a sus lectores (tanto infantiles como adultos), con un lengua-je popular y una nueva forma de entender la historieta humorística, sobre todo.A este Pulgarcitose añadieron, como he dicho, otras cabeceras con el epígrafe Pulgarcitoen su logotipo; mu-chas de ellas excelentes revistas que, entre 1949 y 1987, llenaron nuestros ahora huérfanos de tebeos quioscos.Este libro pretende rendir un homenaje a todas las cabeceras que llevaron el epígrafe de Pulgarcitoen su título, a sus autores, a sus técnicos editoriales, a sus criaturas, a su memoria, a su esencia, a su pasado y a su presente. No ha sido un libro fácil, créanme. Más que nada porque resumir su historia en solo 144 páginas es tarea compleja. Pulgarcitoasume muchos resortes, temas, anécdotas, complementos, tocantes a nuestra historia, a nuestra socio-logía, al cómo nos hemos formado como personas. He intentado resumir sin obviar los puntos más importantes, destacando por encima de todo lo que para mí es básico en Pulgarcito: sus autores y sus personajes. También ha costado mucho seleccionar las imágenes; Pulgarcitoy todas sus revistas poseen un banco de viñetas sencilla-mente impresionante, y el espacio y otras razones han limitado su presencia. He intentado destacar aquellas que aportan información sobre su filosofía, con unos pies de imagen que, al mismo tiempo, procuran proporcionar testimonio de esa historia.Que lo haya conseguido o no depende de ustedes, los lectores y las lectoras.Antoni GuiralPrólogo
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arcelona crecía, en especial el Eixample, acogiendo en suprecario extrarradio a inmigrantes procedentes de Valencia,Aragón, Murcia o Andalucía, en su mayoría mano de obrapara los hogares burgueses o para la ya implantada y creciente in-dustria fabril. En los hogares resonaban cantadas a viva voz cancio-nes del género chico y de revistas musicales, especialmente algunoscuplés. En 1910, Bruguera publicaba opúsculos y títulos como Can-ciones de amoro Explicación de los sueños, y perseguía su ambicióneditorial con la colección Museo Enciclopédico, donde destacabaMaravillas y rarezas del universo. Dedicado de pleno a la edición y nosin muchos esfuerzos, Bruguera amplió el negocio ese mismo año,adquiriendo algunos terrenos en el barrio de Vallcarca, anexionadoa Barcelona en 1903; el objetivo era instalar allí las dependencias ad-ministrativas y comerciales, y alojar una por entonces moderna ma-quinaria de artes gráfi cas. Y, en 1912, un ahora ya más maduro hombre de 27 años cambia el nombre de Ediciones Progreso por el de Editorial El Gato Negro.Novelas por entregasUn elegante gato negro se convierte en el logotipo de la nueva edi-torial de Joan Bruguera. Entre 1912 y 1938 la producción impresa de Editorial El Gato Negro fue sencillamente espectacular (en 1925 presentó un catálogo de 1.500 títulos); eso sí, especializada en edi-ciones populares a precios muy asequibles. Novelas clásicas, chas-carrillos, libros de chistes, parodias teatrales, cuadernos de colmos y agudezas, biografías, folletos de versos amorosos, literatura infan-“96 páginas de abundante lectura. 100 grabados”. En suma, “Algo de todo”. Así se anunciaba Maravillas y rare-zas del universo (c. 1910), ambicioso libro perteneciente a la serie Museo Enciclopédicopublicado por Joan Bru-guera antes del nacimiento de El Gato Negro.Capítulo 1El nacimiento de Pulgarcito(1921-1939)“Lleveloustesenoritoque no vale mas que un real.Compremeusteesteramitocompremeusteesteramitopa’ lucirlo en el ojal”.1´´´´´´´En las calles de la Ciudad Condal de principios del siglo XXresonaban sobre los adoquines los cascos de los caballos y el traqueteo de los tranvías; el silencio de las bicicletas era roto en ocasiones por el balar de los rebaños de cabras u ovejas en trashumancia. No sé si llevaba una violeta en el ojal, pero por esas mismas avenidas transitaba un joven barcelonés, Joan Bruguera Teixidor (1885-1933), que había decidido convertirse en editor. Empezó editando publicaciones populares a precios econó-micos y, tres años después, se asoció con el impresor Climent Oliveró e inscribió su empresa con el nombre de Ediciones Progreso.2
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5til, horóscopos, programas de mano, folletines por entregas, libros divulgativos y revistas. Sus, quizá, ediciones más recordadas serían los cuadernillos de literatura popular o folletines. Mucha literatura, pensarán, para un país que en 1920 tenía una población analfabeta de más del 52 %, que bajó al 40 % en 1930 y al 25 % en 1936, en buena medida gracias al interés que se tomaron las autoridades de la Segunda República por la educación. En todo caso, aquellas narraciones literarias, escritas en un len-guaje llano y rebosantes de grandes emociones, tragedias, acción a raudales y, en general, argumentos febriles, abordaron géneros como el de aventuras, policiaco, Oeste, piratas o hazañas popula-res de bandidos y guerrilleros. De sus autores literarios poco sabe-mos, ya que apenas firmaban sus escritos, pero pueden encontrar-se nombres como los de Ernesto Pérez Donaz, Félix P. Tomasetti o Hugo Reyd (Antoni Oller i Bertran). Y, entre los ilustradores (que sí solían estampar su firma, al menos en las portadas), el arte sintético y original de CPlá; el puntillismo barroco de Vinaixa; la intensidad y la capacidad para la caricaturización de Niel; el equilibro composi-tivo de Donaz o el camaleónico estilo de Emili Boix. Pulgarcito:para divertir a los niñosA partir de 1921, El Gato Negro destacó también por la edición de revistas periódicas. Empezó tímidamente en 1919, con una publica-ción sicalíptica (Almanaque Picaresco para 1920), y en 1921 publi-có la muy efímera revista Aleluyas de Charlot, ambas con dibujos de Donaz y Urda. Pero si hablamos de publicaciones periódicas in-fantiles, el gran referente editorial en 1921 era TBO, publicada por Joaquim Buigas, que, gracias a su éxito, sentó precedentes. Era una revista dirigida al entorno familiar, especialmente a los niños, con relatos, chistes, secciones de texto y unas primigenias historietas. A diferencia de otras cabeceras, no buscaba exactamente el habitual adoctrinamiento moral de los más pequeños, sino aportarles unas ciertas dosis de divertimento. El modelo no pasó desapercibido a Joan Bruguera, que entre finales de junio e inicios de julio de 1921 publicó el primer número de Pulgarcito.Formalmente hablando, Pulgarcitoera una revista de ocho pági-nas impresas en bicolor magenta y blanco y negro (como TBO), en un formato de 15,5 x 21 cm (más pequeña que TBO), con un PVP de 5 cts. (en 1921 TBOcostaba 10 cts.) y con el subtítulo de “Periódi-co infantil de cuentos, historietas, aventuras, entretenimiento, etc., etc.”. En la portada, algo parecido a una historieta o, mejor dicho, a un relato ilustrado con viñetas, muy probablemente dibujada por Donaz. El título, referido al personaje del cuento popular, incluía el rostro de Pulgarcito realizado por Niel. En el interior, un editorial aclaraba que la revista venía “a divertir a los niños”y enfatizaba que regalaría“cuentos muy bonitos, historietas cómicas, aventuras, via-jes, curiosidades, entretenimientos y muchas otras cosas que os handesermuyagradables”.El contenido apostaba claramente por la parte literaria, con cuentos, chistes, biografías y pasatiempos, que Dos de los muchos folletines literarios de Editorial El Gato Negro: Bandidos célebres españoles(José María, el Rey de Sierra Morena, c. 1923) y Cortacabezas, el explorador invencible (n.º 30, c. 1930, ilustración de Niel).Un distinguido felinobruno era el símbolo de Editorial El Gato Negro.
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6compartían espacio con algunas viñetas e ilustraciones. Las historietas eran, en realidad, relatos con viñetas que visualizaban una parte de la narración; los bocadillos, en Pulgarcitoy en general en la historieta europea, no llega-rían de manera regular hasta inicios de la década de los años treinta del siglo pasado.En su primer año de vida, Pulgarcitose asienta en el mercado (y a partir de ahora hablamos en presente, por aquello de meternos en situación); inicia la publicación de los almanaques anuales, aumenta su número de pá-ginas (de 8 a 16) y su precio de venta (de 5 a 10 cts.) y promueve una iniciativa que le valdrá duplicar su tirada. Sin cambiar en exceso el sumario, dedica la sección “Los héroes del Riff ” a relatar la bravura de los soldados espa-ñoles en la guerra del Rif de Marruecos y abre las puertas a sus lectores, publicándoles narraciones cortas, poemas y dibujos. En 1922, anuncia la creación de la Liga Españo-la para la Protección de las Aves, amparo que añadirá a las plantas, la lucha contra la blasfemia y el socorro a los niños necesitados, reconvertida finalmente en la Gran Mutualidad Infantil Española. Tocar el corazoncito de los niños y niñas surtió efecto: Pulgarcitoestimaba que dis-frutó de 25.000 abonados, lo que le valió llegar a tiradas de 50.000 ejemplares e incluso publicar El ejército infan-til, “órgano de la Gran Mutualidad Infantil Española”.Los “felices” años treintaLos siempre cambiantes vientos políticos son hábil-mente esquivados por Pulgarcito. Transita sin excesivos problemas por la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) y por la “dictablanda”del general Dámaso Berenguer (1930-1931), mientras sus contenidos van El niño Pulgarcito asoma en el n.º 1 de la portada de la revista que lleva su nombre (junio de 1921).Según los responsables de Pulgarcito, La Gran Mutualidad Infantil Española llegó a agrupar hasta 25.000 agremiados, convirtiéndose en “la más grande asociación infantil del mundo” (Pulgarcito, suple-mento al n.º 52, junio de 1922).El heroísmo de los soldados españoles en la guerra del Rif fue reflejado durante un tiempo en Pulgarcito (n.º 7, agosto de 1921).
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7evolucionando. A los textos de, entre muchos otros, Félix P. Tomasetti (P. Tostti), Félix Pérez Gómez, Joaquín Arquer, Miguel Balaguer o Juan Ruiz, se suma una creciente pre-sencia de historietas, básicamente de autores españoles como Urda, Donaz, Clapera, Vinaixa, Arturo Moreno, Niel, Arlet, CPlá, Robert o Tínez. La década de los años treinta conllevará cambios enPulgarcitoque seguirá, eso sí, con su cadencia semanal.Aumenta su tamaño, aunque vuelve a las 8 páginas, yllegan nuevos colaboradores gráficos como Emili Boix,Salvador Mestres, Celemín o Sabatés. Sin abandonar sus“historias gráficas”, cede paso a una historieta más “mo-derna”, que aboga por el uso de los bocadillos (sin renun-ciar a los textos complementarios). En 1933, por aquellode ser más exactos, en el n.º 603 (16 de enero), hay unametamorfosis radical en el logotipo de Pulgarcito, estavez con el dibujo del rostro del niño que da título a la ca-becera realizado por Emili Boix, y una historieta comple-ta en portada que integra bocadillos, aunque reserve unbreve texto explicativo al pie de cada viñeta. Se trata, ade-más, de una serie narrada por entregas: el viaje por todoel mundo de Pulgarcito y sus cuatro amigos (Tolín, Tolón,Tin-Ton y Ton-Tin; sí, han leído bien), realizada por Niel,El Gato Negro publicó muchas revistas, entre ellas una en catalán, Sigronet(portada de su primer almanaque, diciembre de 1924), o Bo-bín (historieta de Niel, n.º 157, junio de 1933).Robert (Josep Robert Picariu), colaborador de revistas satíricas y pu-blicaciones infantiles, fue uno de los más originales historietistas de la primera etapa de Pulgarcito (n.º 269, agosto de 1926).
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8que se extenderá hasta los primeros meses de la GuerraCivil; una saga pletórica, llena de ironía, buen humor yaventuras, tocada de un imaginativo halo de fantasía. Pasa el tiempo, más cambios (excepto el PVP, que no pasa de los 10 cts.). En 1934, un año después del falleci-miento de Joan Bruguera (la empresa quedó al cargo de Francisco y Pantaleón Bruguera, dos de sus hijos), Pul-garcitorecupera las 16 páginas y, aunque permanecen algunos textos, la mayor parte de su contenido es histo-rieta, mezclándose, todavía, las viñetas con textos al pie con páginas rabiosamente modernas. Ahí están, como dibujantes, Niel, Arturo Moreno, Emili Boix, Ramon Sa-batés, Donaz, Urda, Robert, Salvador Mestres, Celemín y algunas historietas de procedencia británica. A la serie de Pulgarcito y compañía, se añadirán otras, como: Las correrías de Boby y Baby(Celemín), Emocionantes aven-turas de Betty, Nicky y Boby(Boix) o Aventuras de Miau y Bobín (Niel). Y en 1936 estalla la Guerra Civil.Una guerra incivilAquí, la historia de Pulgarcitose niebla de dudas, perohay algunos hechos evidentes. En el diario La Vanguardiadel 28 de agosto de 1936 se anuncia que el día anterior laGeneralitat de Catalunya había ordenado la intervenciónde diversas empresas, entre ellas la “industrial editorial ElGato Negro”. Un comité de la CNT se hace cargo de la edi-torial, apartando a los hermanos Bruguera de sus cargosdirectivos. Francisco Bruguera marcha al frente con el ejér-cito republicano, pero los anarquistas descubren rápida-mente que necesitan a su hermano, Pantaleón Bruguera,quien, de hecho, sigue al frente del negocio. La “socializa-ción”finaliza en el verano de 1937, cuando se suspende elDecreto de Colectivización decretado por la Generalitat.Durante este tiempo, pasan algunas cosas en Pulgarci-toy en El Gato Negro. Inicialmente, los contenidos de larevista no sufren grandes cambios, añadiéndose algunaserie, especialmente de Niel (Kakahuete, el hombre micoy Kikirikí, Patoso y Orejitas, aventuras de tres mosqueteros decorral) y de Salvador Mestres (con las series de aventurasTom Relámpagoy Las aventuras de Tim Harlen). Niel, ade-más, realiza una saga protagonizada por cinco pequeñosmosqueteros republicanos; fue en esta serie, y en algunasde las historietas del mismo autor protagonizadas porStan Laurel y Oliver Hardy (los famosos El Gordo y el Fla-co), donde la revista refiere de manera directa el conflicto.En lo que sí afecta la dirección cenetista es en algu-nas nuevas ediciones. Por ejemplo, se ponen en marcha revistas como Camaradas(33 números, 1937), Calderi-lla(unos 42 números, 1937-1938) y Almanaque Pionero(único número, 1937), que sí son más de orientación republicana, amén de diversos recortables dedicados a milicias y soldados del Ejército Popular.Imaginación y fantasía en la serie de Emili Boix para Pulgarcito: Aventuras de Betty, Nicky y Boby (n.º 686, agosto de 1934).Pulgarcito y sus amigos Tolín, Tolón, Tin-Ton y Ton-Tin han dado la vuelta al mundo y vuelven a Editorial El Gato Negro para contarlo; primera entrega de esta imaginativa saga de Niel (Pulgarcito, n.º 603, enero de 1933).
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9La pervivencia en el tiempo de la contienda dificulta enormemente la continuidad del semanario (por la mí-sera situación general y la falta de materias primas e in-cluso de autores). Así, hacia octubre de 1937 la editorial tiene que reducir el ritmo de su maquinaria, y cierra la que sería primera etapa de Pulgarcitoen su número 852. Ese mismo año, El Gato Negro recupera esta cabecera, pero en una etapa muy breve (entre 5 y 15 números) que incluye en 8 páginas exclusivamente material reeditado de años anteriores.Es a finales de 1937 o a inicios de 1938 cuando aparecela “tercera época”(como reza en portada) de Pulgarcito, más el Almanaque para 1939. “La mejor revista infantil”,que así se subtitula, apuesta por un formato grande (20,5 x29 cm), 8 páginas y un precio que aumenta progresiva-mente de 15 a 50 céntimos. Según las fuentes consulta-das, consigue publicar entre 24 y 48 números que apare-cen de forma irregular; limitada técnicamente (los últimosnúmeros pierden la cuatricromía en la portada y el papeles de una calidad ínfima), incluye mucho material ree-ditado; apenas hay algunas historietas nuevas de Niel ode Salvador Mestres. El Almanaque para 1939se publicateóricamente a finales de 1938; poco después, el 26 deenero de 1939, las tropas fascistas llegan a Barcelona. Lasimprentas empezarán a enmudecer. Tras unos 900 núme-ros regulares y 17 extraordinarios (en sus tres etapas), Pul-garcito es relegado (momentáneamente) al olvido.El éxito de Pulgarcito, eso sí,favoreció la presenciade otras tres cabeceras que incluían este título: Alelu-yas de Pulgarcito (1921), Cuentos Infantiles de Pulgarcito(1926) o Calcomanías de Pulgarcito (1929). Pero lo quemás fomentó la excelente marcha editorial de Pulgarci-tofue la continuidad de El Gato Negro en el mercado delas revistas infantiles, hasta el punto de publicar cercade 30 nuevas cabeceras. Publicadas entre 1922 y 1938,destacaron por su longevidad: Crispín (1922-1932), Co-lorín (1922-1927), ¡Hay que ver...! (1923-1927) [estas dospublicadas originariamente por Editorial Magín Piñol],La Alegría Infantil / Shirley Temple (1923-1938), Sigronet(1924-1928), Charlot (1928-1934) o Bobín (1930-1935).1. La Violetera (letra de Eduardo Montesinos, música de José Padilla, 1914).2.Los datos pertenecen a un libro aún inédito sobre la historia de ElGato Negro y Bruguera escrito por Vicenç Palomares (1933-2016), exce-lente técnico editorial que trabajó muchos años en Editorial Bruguera. Laurel y Hardy, convertidos en personajes de Pulgarcito, formaron parte del ejército republicano durante la Guerra Civil (historieta de Niel, n.º 814, febrero de 1937).Portada de Niel para el n.º 25 de la tercera época de Pulgarcito(oc-tubre de 1938), en el que sería uno de sus últimos números antes de su primera desaparición; la precariedad del papel y de la impresión hacían evidente el confl icto bélico del momento.
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10Capítulo 2La supervivencia (1939-1945)y un Pulgarcito renacido (1946-1952)
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cudo a una entrevista que le realicé a Alfons Figueras en 2006, cuando este gran historietista2me comentó que a sus 17 años (o sea, en 1939, ya finalizada la guerra) había estado trabajando en la imprenta de los hermanos Bruguera. Por entonces, Francisco Bruguera estaba preso en un campo de prisioneros, por lo que Pantaleón Bruguera era el responsable de la editorial, todavía denominada El Gato Negro. Figueras me aseguró que por entonces imprimían desde propaganda a las quinielas del frontón barcelonés, y que Pantaleón le encargó pequeñas publicacio-nes con historietas protagonizadas por actores de cine como Laurel y Hardy o Buster Keaton. Lo cierto es que, aparte de ello, El Gato Negro también edita en 1939 algunas colecciones de libros infantiles, así como la colección de cromos Cultura. De tebeos, al menos hasta 1940, aparecerían algunos números de la tercera etapa de La Alegría Infantil / Shirley Temple(con muchas páginas reedita-das), un monográfico titulado Historietas(con material de Urda y Salvador Mestres) y una colección diminuta (de 7 x 7 cm), Miniatu-ras (con las series Mari-Pili y Toni, de Mestres, y Bobito, de Niel).Especificar exactamente en qué año El Gato Negro pasa a con-vertirse en Editorial Bruguera forma parte de esa incertidumbrede la que hablaba antes. Si nos ceñimos a los hechos (aunque nosin ciertas dudas), el sello de Editorial Bruguera empieza a luciren las portadas de, precisamente, una nueva etapa de Miniatu-ras(1942), esta vez con nuevos personajes realizados por RafaelBataller. También en nuevas entregas de los álbumes de cromosCulturay, a partir de 1943, en diversas colecciones de libros deliteratura popular, concretamente en la colección Iris. Respecto alos tebeos, entre 1942 y 1945 Bruguera publicaría tanto coleccio-nes o números únicos de historietas de humor (con material deSabatés, Mestres, Bataller, Cifré, Ayné, Francisco Alpresa y cómicsde Walt Disney) como de aventuras (con viñetas de Cifré, MiguelBernet, Francisco Darnís, Juan G. Iranzo, Sabatés, o Luis Poch), in-“Tengo una vaca lecheraNo es una vaca cualquieraMedalechemerengada Ay, que vaca tan salada!, tolon, tolon.Tolon,tolon”.1´´´´´!En tiempos de hambre a nadie debería extrañar que una canción que hable de una vaca fuera la más popular en 1946. Pero no adelantemos acontecimientos. Estábamos en 1939, y hemos de co-mentar que algunos aspectos de lo acaecido en El Gato Negro y Editorial Bruguera entre ese año y 1945 permanecen en las brumas de la duda. Vayamos a los hechos. Finalizada oficialmente la Gue-rra Civil el 1 de abril de 1939 con el último parte de guerra firmado por Francisco Franco, empezaba una larga dictadura y, más concretamente, unos muy crudos años de posguerra, llenos de miseria social y económica, represión y hambre. Orejitas, Guau Guau y Morrofino (en la imagen) fueron los personajes protagonistas de la colección Miniaturas, la primera en la que aparecía el nombre de Editorial Brugue-ra en las portadas (ilustración de Rafael Bataller, 1942).Orejitas, Guau Guau y Morrofino (en la imagen) fueron los