Nota editorial¿Qué es el amor? Es una de las preguntas que se ha venido haciendo la humanidad desde el inicio de los tiempos, y quiénmejor que Quino y Mafalda para responderla con su parti-cular mezcla de sabiduría y humor. «¿Vos qué opinás del amor, Manolito?», le pregunta Susa-nita a su amigo, a lo que este contesta: «¿Del amor a qué?». Y esque el amor no tiene por qué dirigirse a alguien, ni muchomenos ser un amor romántico y acaramelado, ni atormenta-do y secreto, ni tampoco vincularse a una pareja. Quien co-nozca (¡pero ¿hay alguien en este mundo que todavía no lohaga?!) a Mafalda sabrá que Quino jamás pondría en su bocalas tramas de princesas o las obsesiones por el amorío que amenudo asociamos a la imaginación de una niña. En todocaso, es a su amiga, la irremediable Susanita, a quien corres-ponden esos clichés, en una versión tan exasperada comoirresistiblemente cómica. En la mencionada tira en la queMafalda y Manolito conversan sobre el amor, ella lo describecomo flotar entre tules mientras oyes música de violines,pero para él es más bien como columpiarse en una hamacamientras le tiras cascotazos a un tambor. El amor según Ma-falda, y por tanto según Quino, habla mucho más de amis-tad, compasión, empatía y solidaridad, de amor al prójimo,amor propio y amor a las pequeñas cosas de la vida: la radio,los Beatles, el Pájaro Loco, los caramelos, las historias de cow-boys, los libros o Brigitte Bardot. Y como es natural, tambiénhabla de su reverso: el odio, los celos, la incomprensión, elegoísmo, la desafección.Quino lo sabe: la imaginación de un niño es mucho másgrande de lo que nos dicen. El amor de un niño es muchomásgrande de lo que nos cuentan. La amistad de un niño esmucho más grande de lo que jamás sospechamos. Y por eso haconstruido a una familia de personajes preparados para ensan-char nuestro órgano bombeador y amatorio. Ya sea desde laternura que desprenden Guille, Miguelito o Felipe, desde unaversión más que original del espíritu, tan característica de laspersonalidades de Manolito, Susanita y Libertad, o desde la po-tentísima energía renovable que es siempre el discurso de Ma-falda, la selección de viñetas que aquí presentamos podríaasumirse como una guía de comportamiento ante las injusti-cias del mundo. Porque lo importante del amor no es ya el ro-manticismo de colores pálidos, sino la capacidad de contener-nos, el trabajo de la amistad más atenta y, por último, el cuidadode los nuestros pero también del amplio mundo que habita-mos para que siga siendo habitable en el futuro.7