Edición en formato digital: junio de 2021© 2021, Andrea Batres, @La Batres © 2021, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona© 2021, Be Fernández, por las ilustraciones© 2021, Josep Tienza, por las fotografías del interior© 2021, Iván Navas, por la fotografía de portadaDiseño: Penguin Random House Grupo Editorial / Isabel GonzálezPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright. El copyrightestimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyrightal no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.ISBN: 978-84-02-42588-1Compuesto en M. I. Maquetación, S. L.Composición digital: Newcomlab S.L.L.

Ilustraciones de Be FernándezLA BATRES /ANDREA BATRES

-7 LA BATRES Vale, pues aquí estoy yo, la Batres, toda divina con mis uñas fashion de la muerte pero sin maquillar, que hija, menos mal que no puedes verme, porque hasta después de las doce, es queyo no soy persona, cariño. Que no sé si a ti te pasa lo mismo, perolo de madrugar tendría que estar prohibido, y si ademástienesque ponerte a pensar en todo lo que te ha pasado en tu vida loca y en todo lo que quieres contarle al mundo… puescomo que las neuronas de mi cabecita me están gritando quequierenun cacao calentito antes de empezar a darle a la tecla.Pero ¡¡¡¿qué haces levantada a estas horas?!!!

8 -Estoy segura de que habrá quien piense que con diecinueve añitos poco tendrá que contar la Batres, que apenas le ha-brá dado tiempo a vivir. ¡Pues nanay, cariños! Que, según cómo los vivas, diecinueve años dan para mucho, y aquí una servidora decidió hace tiempo que por muy dura que sea la vida que a una le toque vivir, es la única que tenemos y no voyadejar que nada me frene. Vivir intensamente y con ale-gríadepende de cada una de nosotras y, créeme, de todo se saleytodo se puede superar si le echas un poco de morro ymuchos ovarios, ¡que me lo digan a mí!

¿Por dónde empiezo?_ Bullying_ Insultos_ Ser «diferente»_ Dramas familiares_ Homofobia_ Un lugar en el mundoEn realidad da igual por dónde empiece, todo sereduce a una sola cosa: ser una persona diferentea lo que el mundo considera «normal». La gran pregunta que lo desmonta todo es: «¿Qué es normal?»,y sobre todo: «¿Quién ha decidido lo que es normal y lo que no?».

10-Cualquiera que le dé la gana pararse un momento a pensar y a contestar alguna de estas preguntas se dará cuenta ense-guida de que lo que la sociedad considera «normal» no exis-te. El problema es que a algunas personas lo de pensar les queda grande, o a lo mejor les da miedo, que vete tú a saber lo que le pasa por la cabeza a según quién. No me gustaría asomarme a su cerebro, te lo juro, se me ocurren millones de sitios mejores donde meter la nariz.Total, que al final de lo que va a ir este libro es de ser una persona. Ni normal ni no normal, solo una persona, al natu-ral, sin conservantes ni colorantes. No es sencillo o, mejor dicho, sí que lo es, aunque a veces parece que el mundo entero está empeñado en complicarlo. No te dejes engañar. No te rindas. Sé siempre tú misma.Y, por fin, nos metemos en harina. Cariños, queridas todas, se abre el telón y aparece la Batres…

(chungos y no tan chungos) en la vida de la Batres

Primer capítulo del culebrón: la primaria Pero ¡qué majos son los niños!

A veces los profes también la cagan

A ver, que digo yo que en este mundo tiene que haber de todo y seguro que hay niños que han tenido una infancia superfeliz rollo unicornios y piruletas, pero no es mi caso. Bueno, para ser justa, tampoco es que fuera infeliz en plan esto es un infierno. Mi madre, mis tías, mis abuelos… Toda mi familia por parte de madre siempre ha estado a mi lado, apoyándome y queriéndome como soy. La cosa cambia cuando se trata de mi padre, su familia y el colegio… De mi padre solo voy a explicaros que él y mi madre se sepa-raron cuando yo tenía ocho años y estaba haciendo cuarto de primaria. Desde entonces: «Bye bye, papi», «Adiós, muy

16-buenas», «Si te he visto no me acuerdo y ni falta que hace». Punto final. Yo no tengo padre, nunca lo he tenido y nunca lo he echado de menos. Creo que con eso ya te haces una idea.Mi madre, mi hermana pequeña y yo estuvimos a dos velas, sin tener ni para llevar un plato de arroz a la mesa, tanto que nos tuvimos que ir a vivir con mis abuelos porque no teníamos un techo para nuestros cuerpos serranos. Chungo, muy chungo.Además de perder la figura paterna (que visto ahora, casi mejor que se largara), quedarnos sin dinero y sin trabajo… Bueno, pues qué te voy a contar, mi vida no pintaba nada bien.A todo esto, mi madre llamó al colegio para explicarles cómo estábamos en casa —si no había dinero para el alquiler, mucho menos para libros—, y la buena mujer confió en el sistema educativo. Les pidió que tuvieran en cuenta nuestra situación y que no me preguntaran a mí para no pasar ver

-17güenza ni hacerme sentir mal, lo que viene siendo lo normal cuando se trata de niños de ocho años que no tienen la culpa de nada y que no deberían sufrir por culpa de descerebrados (por no llamarlos otra cosa). Pero ¡ay, qué inocente mi madre! Unos días después, en clase de inglés, empieza el momentazo: aquí la Batres atendiendo toda modosita a la profe, y la buena mujer va y me pregunta que dónde está mi libro de inglés, que por qué no lo he traído. Zas. Me muero. Pero la Batres es la Batres desde pequeñita.No lo tengo. No sé si has hablado con mi madre, si ella te ha contado…