Berta y sus padres se van de vacaciones. ¡Qué emoción!Le habría gustado llevarse a Miau, su gato, pero es imposible. La vecina se ocupará de él.El taxi ya está aquí. Papá sale con las maletas y mamá se asegura de que no se olvidan nada.
Al llegar al aeropuerto, mamá va a buscar un carrito para llevar el equipaje. Entonces entran en una inmensa sala llena de gente. Todos caminan deprisa, porque no quieren perder su avión. Asombrada, Berta mira alrededor: ¡hay muchas tiendas y restaurantes! ¡Y hay escaleras mecánicas! En un cartel muy grande se indica la hora de salida de cada vuelo.