LIBR
O
DE FILIPO
Pedro Alonso ’choro
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Edición en formato digital: abril de 2020 © 2020, Pedro Alonso O’choro, por los textos© 2020, Magü, por las ilustraciones© 2020, Tatiana Djordjevic, por el prólogo© 2020, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 BarcelonaPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright.Elcopyrightestimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyrightal no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autoresy permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.ISBN: 978-84-1775-279-8Compuesto en M. I. Maquetación, S. L.Composición digital: Newcomlab S.L.L.www.megustaleer.com
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ÍNDICEPrólogo7A propósito de las ilustraciones150 Preludio171 La misión: la ida252 Primer contacto visual con Yilak 393 Barbudos474 El poste695 Grial916 Amaliah1157 Corte de acuerdos1338 Oro santo1539 La misión: el regreso17310 La cena o de avellana y leche18511 La muerte de19512 Epílogo211
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A Purita a dos caldeireiros y a Antonio da Chora. Mi padre y mi madre. Y a Pablo. Y a Toño. Y a mi amada hija, Úriel. Y a su mamá. Y a Coco.También a mis amigos y maestros. No todos vivos.Incluso a mis pinches tiranos.Y por supuesto a ella. A Tatiana Djordjevic, mi amor, mi cocapitana, por aparecérseme de nuevo y llevarnos uno al otro de la mano y con el corazón en la boca, a una nueva orilla.
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PRÓLOGO¿Y si, como las estrellas que tapizan el universo en expansión, hicieranfalta cientos o incluso miles de vidas encarnadas para que un alma puedacrecer y elevarse en la eternidad?Muy pronto, en distintos lugares y épocas del mundo, el principiode la transmigración del alma se teorizó en los múltiples textos espirituales y religiososSu mención más famosa es sin duda la del hinduismoy el budismo, en los que la noción de «karma» (una ley según la cualcada persona está determinada por sus acciones —buenas o malas—cometidas en sus vidas pasadas) está generalmente admitidaEl hombreevoluciona en un ciclo perpetuo de vida y muerte llamado Samsara o«corriente sucesiva de nacimientos», al que está encadenadoCarga conla responsabilidad de cada uno de los renacimientos que experimentacon arreglo al karma acumuladoSegún los hinduistas, el hombre, perfeccionando su ser, puede liberarse del Samsara y volver a la unidad del ser inmóvil, atman, consideradocomounabsolutoimpersonalParalosbudistas,alaluzdelaexperienciadel Buda, el hombre, después de cierto número de encarnaciones en lacarne, acabará convenciéndose de que todo es mera ilusión y matriz, enparticular el deseo, del que acaba desprendiéndose para liberarse y fundirse en lo Absoluto, llamado NirvanaSegún el Libro tibetano de los muertos (o Bardo Thödol), el principio es el mismo pero tiene una sombra: el difunto halla su última libertad cuando reconoce la luz fundamental y aprendea unirse a ellaNo obstante, la creencia en la metempsicosis no solo tiene raíces asiáticas; también encontró un eco en las antiguas tradiciones helenísticas7Póg
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y especialmente en el rito órfico del siglo vaC, cuando, consideradacomo un conocimiento secreto, se reservó a los iniciados de las religionesde MisteriosPlatón también la menciona en su mitologíaInfluido por el pensamiento pitagórico, afirma en su Timeoque el alma es inmortal pero poseeuna naturaleza imperfecta, por ser dualAtrapada en un cuerpo de carney en una realidad material a causa de la atracción que siente por los bienesefímeros, está condenada a vagar de vida en vidaY aunque cada reencarnación está determinada por las experiencias de una vida anterior, elhombre puede alcanzar la liberación si tiene una conducta moral y practica la filosofía y la contemplación de lo bello y lo buenoSolo por esta víapuede el alma vivir en paz entre los diosesBajo la influencia del neoplatonismo, los gnósticos, que fueron de losprimeros cristianos, difundieron ampliamente la teoría de la reencarnación, adoptada por los coptos de EgiptoNo fue hasta el siglo vidCcuando la Iglesia, en proceso de estructuración, excluyó en el Conciliode Constantinopla del año 553 todos los textos que hacían referencia a latransmigración del almaAlgunas corrientes del islam llamadas esotéricas, como el sufismo, también admitieron la transmigración como principio fundamental del cicloevolutivo del almaEn distintos grados, la reencarnación fue, por tanto,una creencia admitida en distintas tradiciones del África subsahariana yde los nativos americanosRecientemente, en los años setenta, varios psiquiatras estadounidenses(los más conocidos son Edith Fiore y Brian Weiss) descubrieron inopinadamente regresiones avidas anteriores gracias al trance hipnóticoLo quedebía ser una sesión clásica de hipnosis clínica se convirtió en un viaje auna memoria residualLos dos médicos animaron entonces a sus pacientes a desarrollar el relato del que eran testigos, ayudándoles a enfrentarsecon acontecimientos conflictivos, dolorosos o traumáticos que jalonabanesos recuerdos inmemoriales¿Son estas experiencias simples proyecciones mentales? ¿El ejerciciode un sueño despierto o la pura fantasía de la mente? Me han hecho estas8LIBRODEFILIPO
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preguntas muchas veces, y merecen destacarseSi hoy la ciencia realizainvestigaciones serias sobre la herencia epigenética (teoría según la cualla memoria de los antepasados puede transmitirse a los genes de su descendencia), también cabe preguntarse si el hombre posee una concienciasuperior y si guarda recuerdos de esta conciencia superiorHoy por hoy, lamentablemente, laciencia no puededar respuestasclaras y definitivas a estas preguntas, y aún es incapaz de demostrar o refutar un argumento o su contrario con resultados convincentesDe modoque dos verdades, de entrada paradójicas, pueden coexistir perfectamentesin que se descarte una de ellasEn estas circunstancias cada cual debeser libre de sacar sus propias conclusiones con arreglo a sus creencias, reflexiones o experiencias personalesSin embargo, tanto si estos recuerdos son vestigios de un pasado realmente vivido como si no lo son, siempre es interesante hacer balance delas experiencias recordadas bajo hipnosisMuchas veces los pacientes,al desprenderse de residuos emocionales antiguos, sienten cierto alivioy adoptan comportamientos nuevos frente a sus dificultades diarias, conuna perspectiva diferente de sus conflictos personalesSon muchos losque durante estas sesiones conectan con su sabiduría interior y encuentran así elementos de respuesta a problemáticas que en plena concienciaparecían hasta entonces insolublesHe aquí uno de los motivos por losque he decidido formarme en esta prácticaLa aventura humana narradaen unos relatos ordinarios y extraordinarios a la vez, así como la profundidad de las conversaciones a las que he asistido, me han ayudado aaprender del otro, a verle y escucharle con más empatíaPero adentrarseen esta senda, parecida a una iniciación, requiere valor para enfrentarse a las propias tinieblas, para verse con cierta distancia en una dimensiónnuevaCon estas nuevas consideraciones, pertinentes, el individuo adquiere una lucidez de la que pueden extraerse muchas lecciones, tantopara él, viajero, como para su acompañanteCuando conocí a Pedro, hace ya dos años, él no tenía una opiniónformadasobreelasunto, peroporcuriosidadnaturalestabaabierto aexperimentar el proceso y a construir su idea particularFue así como 9Póg
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una noche de febrero, en Giverny, ambos viajamos a un pasado antiguoAl término de la sesión los dos estábamos emocionados por esa historiaantigua, pero con una resonancia que nos parecía muy modernaNoshallamos ante una ventana que se abre a una percepción, una reflexiónprofunda sobre el ser humano y la trama política en la que se mueveEsuno de los motivos por los que Pedro optó por escribir y compartir la historia de Filipo, pues en cierto modo, a través de él, muchos puedenidentificarse con sus dificultades y sus dudasFilipo es un soldado con la cabeza en su sitio, un fino estratega pero detemperamento sanguíneo, a las órdenes de una autoridad prestigiosa a laque sirve con lealtadDestinado a un brillante porvenir militar y político,se encuentra en una encrucijada decisiva de su vidaDebe tomar decisiones y entablar luchas que tendrán un impacto definitivo en su futuroAunque este futuro se le presenta prometedor, el hombre está destrozado y arrastra consigo una furia que actúa como un veneno de efectosdevastadoresPodrá escoger entre dejar que se endurezca y seguir su camino hacia un destino victorioso o canalizarla para tomar una senda biendistintaPero para encontrar su propia verdad, ¿qué riesgos es capaz de correr?¿Está dispuesto a perderlo todo?Sin saberlo realmente, irá al encuentro de una verdadera revolucióninterior que hará estallar el conflicto entre su furia y su miedo y la generosidad de su amor, entre atracción y repulsión, entre orgullo y honor yhumillación y vergüenza, entre confianza y duda, entre inquietud y quietudTodo un abanico de sentimientos naturales, pero también de duelosque tendrá que aprender a reconocer y superarPor difícil que resulte abrir una mirada lúcida sobre sí mismo y enfrentarse a ella, gracias a unencuentro y a la construcción de una amistad con lazos fraternos, Filipoacometeráeltrabajoiniciadorytransformadorque lellevaráapreguntarse sobre lo que es esencial y justoAl final, después de haberse supeditado a lo que le es ajeno, a lo desconocido, deberá ante todo olvidar lo aprendido y desprogramar todos susprejuiciosEs en ese preciso instante cuando la magia puede intervenir,10LIBRODEFILIPO
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cuando su conciencia y su corazón se abren a nuevas eventualidades, aoportunidades potencialesDe estos dos hombres tan opuestos, pero unidos por una profundaamistad, hay mucho que aprenderAntes que nada, una lección de valentía, la valentía de expresarse con honradez y humildad manteniendo suintegridad moral, incluso cuando el miedo encoge el estómago y el peligroacechaEs con este último acto de libertad como el hombre puede liberarse,masparaelloprimerodebeasumirunaresponsabilidadantesímismoy ante los demásUna responsabilidad que, sobre todo, consiste en aprender a vivirPues lo que ignoran los hombres es que nacen medio vivos ymitad humanosVivir y convertirse en ser humano es un aprendizaje largo y completo que requiere saber respirar, mirar, escuchar, sentir, tocary amar con una aplicación especialLos niños tienen el instinto de la vida porque están presentes a sí mismos, pero este instinto se pierde al crecer, con los traumatismos sufridoso la programación mental a la que son sometidos para integrarlos en losmarcos estructurales formados por la sociedadCrecemos con la culpabilidad de ser, y con la tristeza de no ser conformes a nuestra naturalezaprofunda, porque se ha reprimido¿Acaso no es este el pecado que mencionan las religiones monoteístas?Del arameo katay del hebreo hatta’tla palabra «pecado» se traduce literalmente por «errar el blanco», e indica un error que debe rectificarse, como,por ejemplo, el estar descentrado¿Acaso saber vivir no es aprender a estar centrado?Estar centrado requiere evidentemente colocarse en la buena frecuencia energética, tener una intención clara y acompañarla con un pensamiento justo, un lenguaje justo y una acción justaEste ejercicio sin dudanecesita un esfuerzo constante, pero a la larga es muy gratificanteY esuna de las valiosas enseñanzas que el amigo de Filipo le transmitiráMás que una revolución ideológica, este libro pone de relieve otraforma de revolución, esta vez políticaFrente a la vieja autoridad rígida, pretenciosa y esclerosada por la corrupción, Filipo, que es uneslabón fuerte deella, no optará por laobedien11Póg
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cia ciegaEste comportamiento le llevará a veces a tomar decisiones tachadas de individualistasPero en los tiempos que corren su proceder plantea algunas preguntas importantes¿Por ser un soldado de la nación, está obligado a hacerse cómplice delos abusos de un imperio que tiene una política destructiva, cuyos planesson la sumisión, la explotación y la humillación del territorio convertidoen vasallo? Y si el hombre reniega de una política agresiva, haciendo loque le dicta su conciencia, ¿eso le convierte en un traidor a su nación? Endefinitiva, ¿qué es peor, traicionar a la patria o traicionar a la humanidad?La Historia nos muestra muchos ejemplos lamentables del comportamiento egoísta de hombres todopoderosos, codiciosos, violentos, belicosos, cuya autoridad tuvo consecuencias desastrosas por el enorme dañocausado, y todo porque ninguna persona clarividente supo o pudo atajarsus horrores y, por miedo, más bien los acrecentó a vecesCreo que cada individuo tiene la responsabilidad de determinar su posición en la sociedad, de ponderar los pros y los contras, de sopesar loque es justo y lo que no, de apelar a su conciencia y obrar en consecuenciay con audaciaHe aquí lo que inspira el ejemplo de Filipo, y en estos tiempos tan cruciales en que empezamos a pagar el precio de un capitalismo desmesurado, este razonamiento cobra mayor fuerzaMuchos se sienten herederos de un sistema que en realidad no hanelegido y, frente al mastodonte, algunos se ven completamente desarmadosLo cierto es que en el transcurso de unos pocos decenios la máquinase haembalado,la brecha entrelosultrarricosylos más pobres sehaensanchado enormemente y nuestras conciencias, adormecidas por unosmedios que transmiten machaconamente información no siempre verificada, todavía parecen anestesiadasNo obstante, a la mayoría de nosotros nunca se nos pasaría por la cabeza la idea de vivir con un montón de basura dentro de casa, y entoncesmepregunto: ¿acaso el planeta Tierrano es una extensión de nuestracasa? ¿No es un organismo vivo que merece ser tratado con consideracióny respeto?12LIBRODEFILIPO
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La verdad es que hoy, a causa de nuestras grandes industrias occidentales que a menudo tienen un comportamiento cruel con nuestroecosistema,dejamosquenuestrosríos,maresyocéanossecontaminen con vertidos sumamente tóxicos o con nuestros propios desechosplásticosLa mayoría de los bovinos, aves de corral y porcinos se críanpara matarlos rápidamente en unas condiciones intolerables, como sicarecieran de una inteligencia emocional o fueran incapaces de sentirmiedo y sufrirContaminamos nuestros suelos con un número incalculable de pesticidas, y nuestros cuerpos con los productos químicos en los alimentos queingerimos, además de toda clase de cremas y champús químicos que nosuntamos y que se infiltran en nuestra sangre También está comprobado que ingerimos microplásticos y que el aire que respiramos está contaminado; hasta nuestro planeta se desplaza ya por el universo arrastrando unanillo de basura espacialPor no hablar de nuestras muchas adicciones, como los medicamentosde los que abusamos, el alcohol, el tabaco o las drogas para paliar un estrésconstante o un malestarNuestro sistema ha propagado un veneno lentoe insidioso para nuestros cuerpos, nuestros animales, nuestras plantas, nuestra agua, nuestro planetaEn estas condiciones, no es de extrañar que el cáncer sea la enfermedad del sigloY aún menos que, con unahumanidad que vive en un caos interior, el mundo en el que evolucionasea igual de caóticoPor consiguiente, y en distintos grados, tenemos laperentoria necesidad de hacer una limpieza generalEl momento es importante, porque con el cambio climático nos enfrentamos a un ecocidio, al cual, consciente o inconscientemente, participamos todosFrente a las empresas poco cuidadosas con las condicionesde trabajo y el medioambiente, permanecer en una especie de letargoconsumista es una forma de participar en estos prejuiciosNo obstante, ladesobediencia mediante el boicot, como hacen Filipo y Yilak, puede tenerefectos inesperados, porque tomar la decisión de no elegir o comprar unproducto en lugar de otro es también una forma de restituir nuestro poder personalAl final, nuestro destino común está en nuestras manos13Póg
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A nosotros nos corresponde pensar la manera en la que queremos escribirnuestro futuro porque aún estamos todos juntos a tiempo de establecer ladiferencia, en el intento de realizar el sueño común del respecto a unomismo, al otro y al medioambienteTatianaDjordjevic
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A PROPÓSITO DE LAS ILUSTRACIONESMagü en unas líneas…Del antiguo persa magus, es una referencia al mago, a la magiaPero ¿quées realmente la magia?Olvidada por los hombres que optaron por un racionalismo cartesiano(objetivamente útil para comprender mejor el mundo), ha tenido que soportar frecuentes burlas y tópicos, de los que le cuesta deshacersePero lamagia nunca ha dejado de existir realmenteSilenciosa, ha atravesado lasedades gracias a la fuerza de las creenciasParte del principio de que cadahombre puede ser un catalizador potencial que no necesita intermediariospara entrar en contacto directo con la energía que rige el mundo y el universoEste contacto puede asumir distintas formas, puede ser un primerlatido de corazón, una respiración profunda, una mirada extasiada antelos colores tornasolados de una puesta de sol, una ola de estremecimientosal escuchar una música emocionante, lágrimas de felicidad cálidamentevertidas, un entusiasmo trascendente, el amor, los sueños, etcAmbos, Pedro y yo, hemos tratado de reflejar en nuestras pinturas lossentimientos y emociones suscitados por esta místicaYo en el trabajo abstracto y la ornamentación minuciosa, Pedro a través del desarrollofigurativo, a menudo totémicoCon estas obras realizadas a cuatro manoshemos tratado de superarnos individualmente para alcanzar una identidad común y un resultado que nunca habríamos podido igualar de haberacometido esta labor por separadoUna mirada nueva, y una visión común emergente fruto de un reparto y un intercambio que dio vida a Magüun día de enero de 2018TatianaDjordjevic15APPóSITDEASIUSTACINES
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París, GivernyEl 29 de enero de 2018, aterricé en París.Al salir del hotel, en el barrio de Montmartre, ya por la tarde, y sin ape-nas un plan previsto, acabo subiendo hasta la plaza de los pintores y la basí-lica del Sacré-Coeur. Y arriba, me encuentro con «la vista», sin tener ni ideaantes de llegar de que desde allí podía ver lo que la vista ofrece.París a tus pies.Esa promesa. Ese espectáculo. Tantas veces pospuesto, está esperandopor ti. Y ahora es la hora.Llegó a convertirse en una recurrencia a lo largo de los años. Varias vecesaparecía la posibilidad de ir a la capital de Francia, y por un motivo u otro,al final siempre se volvía imposible.Circunvalé la «ciudad de la luz» varias veces en furgoneta, cuando traba-jaba en la Fura dels Baus, durante aquella gira que nos hacía cruzar Europauna y otra vez, de arriba abajo.Tenía entonces veintidós o veintitrés años, pero cuando yo les decía amis colegas de la compañía: Dejadme aquí, ya llegaré al bolo —donde fue-ra que se celebrase la siguiente actuación—, siempre había alguien que seencargaba de demostrar que si bajaba, me sería imposible llegar en hora anuestro próximo destino. De modo que me tuve que conformar en más deuna ocasión con ver la torre Eiffel en la distancia.Literalmente.19PEUDI
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Como en un sueño que, por alguna extraña fuerza, se resistía. Y así encada ocasión que la posibilidad se hacía presente.Años después, incluso llegué a estar en la misma puerta de embarque de unavión con el billete en la mano, hasta que alguien anunció por megafonía quetodos los accesos a París estaban bloqueados por una monumental tormentade nieve. Otras veces, cuando quería, no tenía dinero. Daban igual las razones.Visto desde hoy, solo cabe pensar que semejante espera estaba configu-rando un valor que se hacía más y más grande a cada paso. Como si una conciencia invisible, casi perversa, se entretuviese en retrasarme, en hacerlo imposible para evitar que llegara a donde estoy a punto de arribar, preci-samente ahora.Tras ver cómo cae la luz desde el mirador, bajo las escaleras y deambulopor las calles.Hay días, me digo. No corras. Has estado más de un año y medio sinparar. Date una tregua.Tú no pienses. No calcules. Ni tan siquiera te informes.No decidas.Camino hacia delante. Pero también hacia atrás. Sin rumbo.Todo lo que veo es precioso. Ya oscurece, busco una terraza. En las te-rrazas hace calor, a pesar del frío. Aún abiertas, están preparadas con puntoscalientes, para disfrutar al aire libre, como esta que elijo.Pido algo de cenar. Algo ligero. Cuando llevo apenas un par de minutosahí, ella cruza. Aún no lo sé, pero se llama Tatiana Djordjevic. Me rebasa,gira la cabeza, nuestros ojos se encuentran. Un segundo, stop.Y es su cuerpo y no su mente quien responde.Gira sobre sus pasos, se acerca y comenzamos a hablar.Repito. Es lunes 29 de enero de 2018. Nunca he reparado especialmenteen las fechas. Ni suelo acordarme. Pero quiero que conste.20LIBRODEFILIPO
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Desde ese día, nos conocemos. Aunque hoy he de reconocer que decir talcosa no es preciso en absoluto. Lo que va a pasar solo se explica tras habercoincidido antes en otra vida. Y hoy, 9 de febrero de 2018, solo once díasdespués, me atrevo a asegurar que han sido varias.Aunque esto es algo que ya sospechábamos el día 4. Ella también.Como sabíamos que nosotros no íbamos a besarnos. Estaba claro para mí.Y para ella, sin yo intuirlo, también lo estaba. No iba de eso.Aun así, el sábado 3, fuimos al teatro de Peter Brook; en un momentose destempló, se echó el abrigo por encima, pegado su hombro al mío (asílo hicimos desde el paseo del día 31, naturalmente y con absoluto y santorespeto, casi como si fuéramos ángeles en una película de Wim Wenders), ycuando al final de la función empezaron los aplausos, sin previsión posibleque lo imaginase, nos besamos.Fue algo ajeno al control. No es una frase. Es un hecho. Un big bang.En algún momento dije, refiriéndome la gente: «¡Que se vayan! ¡Quenos dejen solos!». Era una broma.(¿Lo era?)Cuando llegamos el domingo día 4 a Giverny para ver la casa de Monet,donde él mismo diseñó los jardines para luego pintarlos, alguien nos bajaa tierra.—Lo sentimos, pero no. Es imposible. Todo está anegado.La casa hotel en la que Tatiana reservó habitación es preciosa. No sal-dremos de ahí hasta la hora de irnos. Al día siguiente, cuando se acerquela noche.El mismo día 4, cenaremos platos que parecen obras de arte. Y lo son.Todo funciona de este modo entre nosotros. La realidad despliega como unmanto su regalo y su misterio. Que nos cubre.Pura confianza que se nos revela en tal grado que todo parece posible. Noes una forma de hablar. Cualquier cosa. Solo hay mimo.En algún momento, Tatiana dice:—¿Quieres que te haga una regresión?La miro.21PEUDI
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Una regresión a vidas pasadas.La sigo mirando.—Soy hipnoterapeuta. Si quieres, podríamos intentar viajar a alguna detus otras vidas.Quien me conozca y esté leyendo esto ya intuye que, si quien me lopropone me despierta confianza, y es el caso, ni por un segundo se me va apasar por la cabeza, ante semejante proposición, decir no.De modo que tras el postre nos dirigimos a una habitación y de su mano,madame Djordjevic, la hipnotista, me hará viajar a un otro tiempo.Los pliegos del abanico que han ido abriéndose en las últimas jornadastienen en ese punto una nueva inflexión que se alinea a cada una de lassacudidas anteriores.Cada una de ellas extraordinaria. Elocuente. Esotérica. Tribal. Mágica.Irresistible.Viajamos en la regresión hasta el tiempo de Yilak.Viajo hasta allí. Como Filipo. Y lo hago acompañado de la mano deTatiana. Sus dones. En los que confío y confío y confío a cada paso.A la altura del fin de semana, el alineamiento vuela y va más allá de loimposible. Es un hecho.El día después, sábado, la encargada de la casa dice:—Tenemos que irnos. ¿Os importa si os dejamos solos?¡Y nos dejan solos! Realmente nos dejan solos en la casa. Así lo pedimos.Como en un juego. (Sin decírselo a nadie más que a los invisibles.)Nos reímos.Aunque viniésemos aquí con la intención de ver los jardines de Monet,no podemos evitar reconocer que otro bien distinto nos espera. La nieve cae.Cae como cae la nieve un día de esos después de treinta años.22LIBRODEFILIPO
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Cae.Y nosotros estamos sentados, solos, como así pedimos, frente a una ven-tana antigua, en sendas butacas rojas, grabando un audio del viaje de lanoche anterior, el de la regresión, que nos ha llevado juntos al año cero.
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la ida, nueve días antes de la muerte de1Caballos.Mis regresiones parecen empezar siempre con caballos. Esta primera tam-bién. Es curioso, teniendo en cuenta que soy, en mi vida presente, absoluta-mentealérgico a su pelo. Mucho más que al de los gatos, que también meproducen alergia y que también amo. Pero si los gatos me parecen magnéti-cos,sientounamuy especial y honda conexión con los caballos. Algo distinto.Y,sin embargo, apenas puedo acercarme a ellos. El rechazo de mi cuerpo apa-rece rotundo en cuanto los respiro, y se multiplica imparable hacia el colapso.Tatiana, también conocida como madame Djordjevic, la hipnotista oMrs. Bird, dice:—En algún momento podemos «preguntar» al respecto.La miro.—¿Hacer una regresión para desentrañar el misterio, quieres decir?—Eso es.—Muy bien.Voy a caballo, como decía.Al principio de la primera regresión, tras la confusión y el desenfoque delos primeros momentos, empiezo a ver claramente que voy a caballo. Y estábien. Todo en orden. Cruzando el llano.—¿Qué haces? —pregunta Mrs. Bird.Voy en busca de una mujer.27LAMISIÓN:LAIDA
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—Con Malatesta. Mi caballo y yo. No solo de viaje. Es decididamentemucho más que eso lo que me fue encomendado.Tiempo después, cuando todo lo que tiene que ver con esta vida pasadaque empiezaadesplegarse ya está en marcha, reflexiono. ¿Meenvíamiamigo (ya dentro de la historia) en busca de aquella mujer para que, ademásde conducirla hasta él, me pueda tomar un tiempo a solas?Así es. No hay duda. Él sabe lo que se hace. Mi amigo. Las cosas con élsiempre son más de lo que parecen ser. Lo sabe de repente. Eso es lo que lohace distinto. Pero, cómo explicarlo, no hay premeditación en él.No hay cálculo.Simplemente percibe que, dadas las circunstancias y el momento de ten-sión que vivimos, estoy a punto de convertirme en un problema. Al mismotiempo siente que quiere volver a ver a la mujer, tiene que hacerlo, y enton-ces decide matar dos pájaros de un tiro.«Quiero que vayas a buscar a alguien»Porque también sabe, sin haberlo pensado, que serán varios días desilencio hasta llegar al lugar, encontrar a la persona y volver«Tendrás tiempo de tomar distanciaReposar la informaciónAplacartu fuego»Es algo que habita el aire cuando él decideUna forma de clarividenciaNo siempre lo tuve claro entonces, me hará falta toda una vida y máspara entenderloPero ahora mismo voy a caballo, decía, y me pregunto: ¿por quéella?Nodejo derumiaral respecto durantetoda latravesíaEstamujer, digo¿Qué necesita alguien como él de ella?La situación, lo iré recordando más tarde a medida que vayamos entrando en la regresión, es decididamente para nuestro grupo (he dicho28LIBRODEFILIPO
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nuestro) realmente complicadaTensaMás y más duraLa presión crecey se desborda día a díaAunque no será hasta mi regreso, días más tarde,cuando todo se precipite y compruebe realmente hasta qué extremoHasta qué punto todo se dirige de forma irreversible hacia el colapsoCabalgo a buen ritmo durante casi tres jornadas hasta el pueblo dondese crio mi amigo para ir a encontrar a una mujer de la que no sé absolutamente nada y, para mi asombro, lo hago sin ninguna otra informaciónmás específicaPorque confío en élEn mi amigoEs un hechoPero aun así, me resulta inaudito cabalgar en busca de alguien durantedías sin la más mínima certeza de a quién buscoNada sobre quién es,más allá de su nombreCuál puede ser su papel en todo lo que se estádesplegandoY, sin embargo, aquí estoyDispuesto a cabalgar de cabezahacia la nada, porque mi amigo me lo ha pedidoCuando llego al pequeño pueblo, pregunto por ellaLa señoraYodiEs una persona mayorUna mujer en apariencia sencilla, quepareciera haberse dedicado toda la vida a trabajar en las labores delcampo y de la casaPodría ser su abuelaPero no lo esLe digo quiénme envíaNo hace falta másApenas el tiempo para entrar en el hogar y avisar a los suyos, cogerlo imprescindible, y estará lista para iniciar la rutaA un tiro de piedra,achino los ojosParece una mujer humildeCasi una anciana¿Cuál essu secreto?Lo hayNo puede ser de otra manera¿Por qué la necesita ahora?29AMISIóN:AIDA
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2Tiene que haber algo másAlgo más de lo que la mujer diceDuranteel viaje de regreso, lo intento varias vecesSonsacarle algoPero ella noparece saber más de lo que cuenta, ser otra cosa que la que dice ser: unamujer de campoO quizá solo está jugando conmigoY no quiere desvelarme nada—¿Por qué crees que me ha enviado a buscarte? —le pregunto—¿No te lo dijo cuando te lo pidió?Niego—No lo sé —responde—Ya»Pero imaginas que será por algo —insisto—SíNo sé—No has dudado en dejarlo todo y venir conmigo—Si lo conoces y lo aprecias, tú sabes que con él es imposible negarse—Ya»¿Lo conoces de siempre?—Sí, claroLo vi crecerHasta que fue necesario para él indagar másallá de su pueblo en busca de respuestasY marcharse —explica—¿Y sabes a dónde fue?—NoSolo sé que desaparecióDurante un largo tiempo nadie supode élHasta que un día volvió de la nadaY entonces empezó todo—¿Y antes?—Antes, ¿qué?—¿Cómo era él? De niño—¿Cómo era él? Desde pequeño llamaba la atención por sus explicacionesLas cosas que decíaCómo hablabaLo que preguntabaA quién lepreguntabaPodía entrar en cualquier sitio, incluso en el templo, daba igualquién estuvieseY ponerse a hablar de cualquier asunto con quien fuera—¿Y contigo? También se dedicaba a hablar—NoVenía a mi casa a comer dulces—Se sonríe—Ya30LIBRODEFILIPO
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—Está mal que yo lo diga, pero no hay otros dulces como los míosVenía, algunas veces, sin previo aviso, algunos días en que se sentía llamadopor el olor de mi cocinaLe gustaba meterse debajo de la mesa—Y aparecer de la nada—Sí, justo esoY a mí me encantaba que lo hicieseSiempre le quisecomo si fuese un hijoEra difícil no hacerloTú también debes de quererlomuchosihasvenidohastaaquíabuscarmesinsaberporqué,soloporquete lo ha pedido¿Cómo está él?Cuando escucho la pregunta de la mujer, mi mandíbula se separa del resto de mi rostro y se deja caerComo en la cara de un perroUna bocanada deaire cálido con sabor a tierra entra en mis pulmonesPiensoEsta mujer nome mienteY sin embargo hay algo que no me quiere decirAlgo que callaAlgo que se esconde agazapado detrás de esta pregunta: ¿cómo está él?Un aluvión de impresiones mezcladas de aquello en lo que mi vida seha convertido revocan desde mi estómago y me llenan de ácido la gargantaMiro hacia el horizonteQuisiera responder lo que séLo que, cuandoestoy con él, percibo y sientoEso que es tan vivo y tan simplePero al mismo tiempo sé que una amenaza se cierne más y más sobremi amigo amado, cada día que pasaAlgo terribleY no me salen las palabrasNo consigo dormirNo quiero dormirEl misterio se abre y se ofrece ante mis ojos, inmenso en el cielo, comolas llamas de esta lumbre que nos calienta en la nocheComo un aliadoMe recojo entre las pieles de mi zurrónY al hacerlo, más expuestoprobablemente de lo que nuncaestuve, sientolamanodel eterno invisibleYodiLa mujer que llevo de camino, duermeObservo su respiraciónentregada al sueñoParece no tener problemas con hacer noche en mediode ninguna parte, junto a un extraño que es, además, a pesar de la barbaque disimula mi origen, un extranjero31AMISIóN:AIDA
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Un extranjero que ahora se ha dejado barbaLa barba invisibilizaNome hace un igual, no sirve para hacerme pasar por alguien del lugar, perodifumina los perfilesElla ha dicho: «Que él te lo haya pedido ha bastado para que cabalgases a mi encuentro durante días»Igualmente, ella ha recibido la llamaday únicamente se ha tomado el tiempo para avisar de su partida, prepararun pequeño hatillo y decirme: «Adelante»Ninguna pregunta sobre mi origenNada como: ¿qué hace un romano que soñó con la milicia desde niño,alguien que juró fidelidad eterna al Imperio, moviéndose por esta tierrade la mano de un hombre al que tu antigua gente considera a todas lucesun rebelde y un enemigo? ¿Cómo has llegado hasta aquí?La brisa seca de la montaña comienza su ronda en la noche¿Quépensarán de mí los de mi tierra, todos aquellos de los que fueron míos,cuando algún día sepan todo lo que fue de mí? Bien lo séY, sin embargo, nunca antes me pareció tan hermoso el brillo de lasestrellasEl hombre que está tumbado junto al fuego, al parecer, soy yoEn otra vidaHoy, dos mil años más tarde, su vida se ha convertido en un mapa sobrela pared de un apartamento de París, enel que Tatiana y yo intentamosubicar todas las piezas.Cuando estaba a estas alturas de la regresión, señalo, únicamente sé quetengo una misión: encontrar a una mujer. Y hacerla llegar hasta mi amigo.La travesía me llevará días.Por mi aspecto, sabemos que no soy alguien del lugar. Quizá por eso mehe dejado barba.Quizá no, y solo responda a que la urgencia apremia y es momento deconcentrarse únicamente en lo que importa.Lo que importa ahora, llevar ante mi amigo a esta mujer, es, al mismotiempo, un misterio que no acaba de aclararse. Se deduce de ello que lo que32LIBRODEFILIPO
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importa ahora me hace traicionar lo que fui. Mi forma de ser antes de esto.Probablemente no solo mi forma de ser.Lo que importa ahora se contradice con aquel que fui.Todas las preguntas que podría haber hecho sobre la misión que mi amigome ha encomendado, no se las hice. Me bastó saber que era necesario para élir a buscarla. Pero, cómo explicarlo, flota en el aire la sensación de que, antesde él, los cometidos eran órdenes, tareas, mandatos que cumplir, obligaciones.Pero ahora la situación ha cambiado. En esencia.Decir que ir a buscar a la mujer es una misión para mí quiere decir queantes de ahora un animal herido mordía y mordíasin fin dentro de misentrañas. Y con nada conseguía apaciguarlo. Y ahora... Ahora todas las pre-guntas que debía haber hecho antes de salir hacia la nada, no las he hecho.Y sin embargo, creo.3Después de conocer a Tatiana, a principios de año, continué mi viaje por lavieja Europa. Así lo había previsto antes de conocerla. De París a Luchon, enlos Pirineos. Y de allí a Italia, con la intención de recorrerla de sur a norte.Llego a Roma.A mi atención, en esos días, apenas le sobra fuerza para enfocar en todo loque la ciudad ofrece. El primer encuentro con Mrs. Bird en los días precedentes,su impacto, se imponen con su energía magnética como una canción antigua.No sé si nos conocemos de otras vidas. No sé si nos veremos en las próximas.Me resisto a entregarme a esa mirada. Esa tentación del amor románticopresta a imaginarse en otra civilización y otro lugar, otro momento de la33AMISIóN:AIDA
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historia, para confirmar que un amor es verdadero, me pone alerta. De sercierto, ¿quién te asegura, además, que lo vivido entonces haya sido de colorde rosa?Estoy en Roma. Después de París. Después de Luchon, decía. Antes deVenecia.Recibo los estímulos en la medida que puedo. Pero no empujo las cosas.En cierto modo, estoy en shock, integrando mis sensaciones ante esta puertainvisible e inmensa que se abre, que en realidad lleva abriéndose desde hacemás de dos años, especialmente desde mi viaje a México. Reconozco que, trasla descarga de París, soy atención atenuada.Pero mi espíritu lleva tiempo reactivándose. De otro modo. Eso es. Deci-didamente, todo lo que sucede tiene aspecto de ser una vuelta en toda reglahacia el instinto. Y el misterio. Donde no hay reglas.No entro en ningún lugar. Simplemente me dejo ir por las calles. Yescucho lo que vibra, casi desmadejadamente. En un mensaje a Tatianadesde Roma, escribo. Sé lo que es sentirse fuerte y joven en este lugar. Nome refiero al ahora.(Sí. Yo he estado aquí en otro tiempo.)Hablo de cuando fui Filipo. Así me llamaba. En la otra vida a la que re-gresamos en la sesión de hipnosis. Un tipo listo, Filipo, a su manera obtusa,ya hablaremos de esto. Fuerte. Decidido. Capaz.Con todo lo que se precisa para ser uno de los elegidos en la esplendo-rosa milicia del Imperio. Uno de los destinados a crecer en el organigramamilitar. Porque lo tengo todo.Todo, menos el control necesario cuando la bestia me habitaFuerzaNervioY un cuerpo duro y voraz que resiste cualquier cargaque procedaTengo la marca de un caballo nacido para la luchaSi quieroalgo, lo tomoLlamo a la puerta y ya entréQuiero lo que quiero, ¿no te34LIBRODEFILIPO