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Edición en formato digital: junio de 2018© 2018, Juan de Aragón© 2018, Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 BarcelonaDiseño de portada: Penguin Random House Grupo EditorialIlustración: © El Fisgón HistóricoPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright.Elcopyrightestimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyrightal no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.ISBN: 978-84-17001-57-5Composición digital: Newcomlab S.L.L.www.megustaleer.com
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Introducción: Las mujeres que faltanComo usted imaginará no hay solo cuarenta o cincuenta mujeres importantes en la dilatadísima historia de España, hay miles, millones de mujeres que con sus actos diarios han contribuido a escribir su historia. Desde la más poderosa de las reinas tomando decisiones militares a la más humilde de las campesinas han servido para conformar el mundo que hoy conocemos. Esta selección es personal y arbitraria. Como autor he incluido las biografías que más interés me despiertan, que más admiración me producen o que simplemente me apetecía ilustrar. Sin sesgos políticos ni morales: en este libro hay mujeres bondado-sas, otras despiadadas, progresistas y conservadoras, artistas y guerreras, mujeres que quitaron vidas y otras que dieron la suya por salvarlas, nobles y del pueblo llano, unas conocidas y otras desconocidas por el gran público. Si tuviese que incluir a todas las mujeres importantes de nuestra historia necesitaría más de una vida en ese empeño. Por lo tanto, este libro es una pequeña recopilación que tiene como fin despertar enel lector su curiosidad, para que luego pueda investigar más a fondo en las fascinantesvidas de estas mujeres.Es por este motivo por el que dedico esta introducción a nuestras antepasadas, y aotras muchas que por suerte aún viven en la actualidad. Porque ellas sufrieron y sufrenlas guerras, las hambrunas, las epidemias, la intolerancia, la incomprensión y el ma-chismo de la época en la que les ha tocado vivir. Quede aquí mi homenaje.
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Capítulo 1:
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Mencía de Calderón y Sanabria (c. 1520-¿?): Una armada de mujeresAllá por mediados del siglo x,el Río de la Plata era un lugar poco eplorado por los conquistadores. Se había fundado la ciudad de Asunción, pero su gestión eradesastrosa.El etremeño don Juan de Sanabria fue nombrado adelantado. Debía, pues, partir con una epedición al Río de la Plata con nuevos pobladores españoles, sobretodo mujeres, para llevar a cabo la colonización. Por supuesto su esposa, MencíadeCalderón, lo acompañaría, pero don Juan de Sanabria falleció durante los prepa-rativos de la empresa. Como ella no podía tomar el título de adelantada, solicitó que se nombrara a su hijo Diego para llevar la epedición adelante.Temiendo que los portugueses se les adelantaran, Mencía decidió zarpar antes que su hijo junto a decenas de damas, doncellas y niños. Tras un tortuoso viaje reca-laron en Santa Catalina, donde permanecieron con las naves inservibles y acechados por los indios tupis, una tribu antropófaga muy belicosa. Así que decidieron abando-nar el asentamiento y dirigirse a pie hacia Asunción, atravesando los 400 kilómetros de paraje desconocido lleno de peligros, aguantando el calor, la humedad, los insec-tos y el temor a un ataque de alguna tribu indígena.Finalmente, tras cinco meses de marcha desde el asentamiento, al fin llegó aAsunción la epedición de damas y doncellas que había partido desde Sevilla, hacía cinco largos años.14
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Inés Suárez (1507-1580): La conquistadora de ChileA Inés Suárez, originaria de Plasencia, se la conoce por haber sido amante del con-quistador Pedro de Valdivia, un veterano general que había luchado en Europa y que tomó las tierras americanas en nombre del emperador Carlos. Sin embargo, doñaInés era muchísimo más que eso: fue una mujer inteligente, fuerte, valiente, volunta-riosa, algunas veces brutal, pero, por encima de todo, ingeniosa. Inés, que se había quedado viuda, decidió embarcarse y probar suerte en lasAméricas. Cuando llegó a Cuzco, conoció a Pedro de Valdivia. Al principio, fue susirvienta y se hizo cargo de su hogar. Pero poco después lo acompañó, junto a sustropas, a la conquista de Chile. Las crónicas de la época destacan su disposición aayudar a los heridos, socorrer a los enfermos y a cualquier actividad que pudiese ayudara la empresa. Fue en el desierto de Atacama cuando Inés sacó a relucir su ingenio por primeravez al encontrar agua cuando las tropas estaban a punto de sucumbir a la sed. Tam-bién cuentan las crónicas que, durante un ataque a Santiago de Chile, Inés se plantóen mitad de la plaza para animar a las tropas y que ella misma ejecutó a unos caciquescon una espada para acabar así con la moral de los atacantes.Pese a que obligaron a Inés y a Valdivia a separarse forzosamente por lo «poco mo-ral de su situación», Inés recibió recompensas por su actuación durante las campañas.16
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María de Estrada (1475 o 1486 - entre 1537 y 1548): «La Vieja» guerreraTodos tenemos en mente a Hernán Cortés y a sus soldados como conquistadores de Méico, pero entre tanta cota de malla, yelmos, capacetes, morriones y arcabuces, también había mujeres. Se encontraba entre ellas una dama a la que apodaban «La Vieja». Aunque solo rondaba los 35 años, en el duro siglo x,era una edad consi-derable para una dama que se unía a tal empresa.Nuestra «vieja» se llamaba María de Estrada y no tenemos muy claro si era anda-luza o cántabra. Mostró ya desde el principio una capacidad guerrera memorable, como lo recogen las crónicas de la época.Participó en combates desde Cuba a Veracruz, la sangrienta batalla de Otumba o la toma de Tenochtitlán.Cortés compensó a María por sus acciones nombrándola encomendera de varias ciudades, y ella, posteriormente, no dudó en enfrentarse a Carlos I en protesta por una subida de impuestos.18
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Beatriz Bermúdez de Velasco (¿?-¿?): La toma de TenochtitlánDurante la ya mentada toma de Tenochtitlán, capital del Imperio Azteca, a manos de las tropas españolas del conquistador Hernán Cortés y sus indios aliados, apare-ció otra de estas mujeres guerreras que no dudaban en agarrar la espada y salir al combate.No tenemos muchos datos sobre la vida de Beatriz. Sabemos que era de «noblelinaje», que era esposa de Francisco Olmos del Portillo y que había llegado al nuevomundo en la epedición de Pánfilo Narváez, que tenía como objetivo castigar aHernán Cortés por orden real. El caso es que Narváez fue capturado y los soldadosque viajaban con él se unieron al contingente de Cortés, entre ellos Beatriz.La toma de la capital azteca comenzó en mayo de 1521, cuando los españoles e indios aliados bloquearon los accesos a la ciudad tomando los puentes y las orillas del lago: la ciudad estaba construida en el centro de una laguna. Por mar, decenas de balsas y bergantines armados con cañones deshicieron a la flota de guerra azteca. Por tierra, la batalla se volvió un espantoso combate urbano.Fue en un momento de debilidad de los asaltantes en el que apareció Beatriz armada con un escudo indio, un casco y una espada española, gritándoles a sus com-patriotas duras palabras y poniendo en duda su valentía. Estas palabras insuflaron valor a los soldados, que lograron vencer a los aztecas que les rodeaban. 20
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