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Edición en formato digital: octubre de 2019© 2019, Juan de Aragón© 2019, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 BarcelonaPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright.Elcopyrightestimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyrightal no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.ISBN: 978-84-17809-03-4Compuesto en M. I. Maquetación, S. L.Composición digital: Newcomlab S.L.L.www.megustaleer.com
Introducción:Mis héroes favoritos¿Qué es un héroe? Existen, según la Real Academia Española, varias definiciones de esta palabra, pero la que probablemente más se ajuste para describir a los personajes que aparecen en este libro es «Persona a la que alguien convierte en objeto desues-pecial admiración». Por este motivo, he reunido en estas páginas a mis héroes favoritos, héroes que hanluchado con la espada, la pluma, o con ambas a la vez en muchos casos, ya que, más allá de lo que se pueda pensar, muchos de estos hombres no solo eran habilidosos con las armas, sino que también estaban instruidos en las artes, las ciencias, las letras,la astronomía y las matemáticas, la cartografía, la lengua, etc. Efectivamente, muchosatesoraban una variedad de conocimientos que les permitió llevar a cabo los más in-creíbles viajes por tierra, mar y aire, llegar a ser los primeros en pisar lejanos y exóticosreinos, hacer grandes descubrimientos en beneficio de toda la humanidad o vencer enel campo de batalla a peligrosos adversarios.Como ya señalé en Heroínas secretas de la historia de España, es imposible incluir en un solo tomo a todos los personajes valientes y geniales que ha dado esta tierra, así que me limito en esta nueva entrega a contar las historias de aquellos que más me llaman la atención o me sorprenden por sus hazañas y aventuras.
Juan Luis Vives (1492-1540) Del socorro de los pobresJuan Luis Vives, nacido en Valencia, vino al mundo el mismo año en que se decretóla expulsión de los judíos en un intento por homogeneizar el nuevo reino. Sus padres,falsos conversos, eran unos prósperos comerciantes que hacían sus negocios en la zonalevantina, pero los descubrieron en una sinagoga y el Santo Oficio comenzó a investi-gar a la familia en un proceso que duraría muchos años. Juan Luis comenzó sus estu-dios superiores en la Universidad de Valencia entre 1507 y 1509. Más adelante, supadre, preocupado por su futuro y el de la familia, lo envió al extranjero a continuarsus estudios. El joven estudió en la Sorbona parisina y, tras alcanzar el grado de doctoren 1512, marchó a la ciudad flamenca de Brujas, su ciudad de acogida. Juan Luis pasó una temporada en Inglaterra y, tras su regreso a Brujas, en 1527 comenzaron a brotar en él una serie de ideas humanistas inspiradas por el incipiente movimiento renacentista, sobre todo por la influencia de pensadores como Erasmo de Rotterdam. Juan Luis Vives se convertiría en un gran defensor español del eras-mismo.Como humanista que era, Juan Luis abordó un grave problema de la ciudad de Brujas y de tantas otras en aquella época: los pobres y mendigos que abundaban en las calles. Esta cuestión lo animó a escribir el que puede considerarse el primer ma-nual moderno sobre asuntos sociales, titulado Del socorro de los pobres y las necesida-des humanas. En este tratado, Juan Luis busca soluciones a este problema procuran-do implicar a las instituciones públicas, y llega a la conclusión de la necesidad de un servicio de asistencia social alejado de la visión de la caridad. Mostraba con ello ser todo un adelantado a su tiempo en un asunto que, por desgracia, hoy en día sigue suponiendo un problema social.
Alonso de Salazar y Frías (1564-1636) El fin de la caza de brujasQue la Inquisición fue algo bárbaro es innegable desde nuestra óptica actual, si bien no fue tan distinta de otras expresiones de justicia civil de la época, sobre todo com-parada con otros lugares de Europa. En 1609, en Labrot, en el País Vasco francés, se inició una caza de brujas lidera-da por Pierre de Lancre, enviado por el rey francés Enrique IV. Se acusaba a una serie de supuestos brujos y brujas de adorar al diablo y de provocar todo tipo de males y desgracias. A consecuencia de ello, muchas familias señaladas cruzaron los Pirineos y llegaron a Navarra. Fue en Zugarramurdi donde se desató la locura al producirse una serie de acusaciones de brujería entre vecinos, que llegaron a oídos del Santo Oficio. Como resultado, seis personas fueron quemadas y cinco murieron en efigie (es decir, en su lugar se quemaron estatuas antropomorfas, ya que los con-denados habían fallecido durante el proceso), y se propagó la histeria colectiva.Para Alonso de Salazar, inquisidor, fiscal y consejero del Consejo Supremo, todo aquello de la brujería era cosa de risa. Consideraba que lo ocurrido en Zugarramurdi respondía a otros motivos que habría que investigar, pero que estos nada tenían que ver con brujas ni con el maligno ni demás patrañas.Salazar consiguió del Consejo Supremo un permiso para investigar y dedicó ocho meses a viajar por Navarra, Guipúzcoa y Vizcaya recogiendo testimonios y elaborando un informe completo, en el que llegó a la conclusión de que todo el asun-to de la brujería era fruto de la superstición, de enfermedades mentales y de rencillas y odios entre vecinos.Su trabajo fue elogiado y el Supremo dictó nuevas doctrinas basadas en su in-forme. En ellas, la brujería dejaba de ser tenida como una amenaza real. La cazade brujas, al menos en España, se había erradicado en gran parte gracias al trabajo deAlonso de Salazar, un hombre de razón.12
José Celestino Mutis y Bosio (1732-1808) Un botánico sabioNacido en Cádiz, Celestino Mutis estudió en el colegio de cirugía de dicha ciudad y,acabados esos estudios, continuó su formación como médico en la Universidad deSevilla. Trabajó cuatro años en el hospital de Cádiz y, trasladado a Madrid, lo hizo enel Jardín del Soto de Migas Calientes, donde amplió sus conocimientos de botánica.En 1764 partió hacia el virreinato de Nueva Granada (en la actual Colombia) y recibió el nombramiento de médico personal del virrey Pedro Mesía de la Cerda (cuya vida también se relata en este libro). Mutis, que era un hombre ilustrado, tenía intereses por la botánica, la geografía, las matemáticas y, por supuesto, la medicina. Ya a su llegada a Nueva Granada, en dos ocasiones propuso organizar una expedi-ción para explorar la zona en busca de nuevas plantas, pero no tuvo demasiado éxito. Así pues, pasado un tiempo, Mutis se ordenó sacerdote y se dedicó a otrasactividades, como la enseñanza o la minería. Finalmente, Carlos III acabó intere-sándose por su propuesta de una expedición y esta se llevó a cabo a partir de 1782.Eltrabajo de campo se prolongaría treinta años, durante los cuales se recogieron ingentes datos sobre la flora y la fauna locales.Otra de las principales actividades desarrolladas por Mutis, aparte de sus estu-dios y tratados de botánica, fue la recopilación de vocabularios y gramáticas de len-guas indígenas autóctonas, tales como el chibcha, el mosca y el sáliva. En total se compusieron diecinueve volúmenes a modo de diccionarios dedicados a estas len-guas, incluida su traducción al español. Los conocimientos de botánica de Mutis fueron decisivos a la hora de encontrar nuevos fármacos para el tratamiento de enfermedades como la malaria o la viruela. Entre ellos destacan sus investigaciones en torno al uso de la quina, la corteza de un árbol que tiene propiedades balsámicas, astringentes y antisépticas. El trabajo de una vida dedicada al estudio le reportó a Celestino Mutis un sorprendente reconoci-miento: ser nombrado miembro de la Real Academia Sueca de Ciencias.14