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María BastarósNacho M. SegarraIlustrado porCristina Daura
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Edición en formato digital: noviembre de 2018© 2018, María Bastarós Hernández e Ignacio Moreno Segarra, por el texto© 2018, Cristina Daura Mediano, por las ilustraciones© 2018, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 BarcelonaTraducción del poema de Therīgāthā citado en la Introducción de Jesús AguadoPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright.Elcopyrightestimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyrightal no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.ISBN: 978-84-264-0606-4Composición digital: Newcomlab S.L.L.www.megustaleer.com
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9IntroducciónTratar de abarcar la «Historia de las mujeres» en unlibro de espacio reducido es una misión imposibledesde el inicio. La palabra «Historia» constituye en símisma un problema de base, y para nosotras ha sidouna prioridad despojarla de su mayúscula y hacerlaplural. En Herstoryno hablamos de «Historia de lasmujeres», sino de «historias de mujeres», de micro-narrativas queseentrecruzanynosconducenhaciaotras historias para eliminar los tabiques del relato yabrirlo a mutaciones, a apuntes a pie de página, a bo-rrones y a contribuciones dispares.El que tenéis aquí es uno de tantos relatos que sepodríanhaberescrito,elaboradoacuatromanosydos cabezas y compuesto por cientos de notas que solo pretenden acercar a las lectoras a aquelloquenos ha parecido más trascendente, interesanteo curioso de la información que hemos recopilado.En nuestra búsqueda hemos recurrido a todo tipode fuentes y nos hemos sorprendido constantemen-te por sus inesperadas virtudes: hemos descubiertoanecdóticoscotilleosenenormesenciclopedias deaspecto vetusto, hemos encontrado datos de lo máscomplejo en ilustrativos vídeos de jóvenes youtu-bers, hemos hablado con expertas en las más diver-sasmaterias,hemospedidoconsejoenredessocialesy hemos aprendido de la generosidad de cientos deescritoras, estudiosas y académicas que han empren-dido proyectos similares en ámbitos como el univer-sitario, el literario o el del activismo y la autoedición.La elección de los temas fue especialmente com-pleja, debido en parte a la existencia de unos «impres-cindibles» establecidos para el feminismo y al deseode cada una de ahondar en aquellos fenómenos o per-sonajes de predilección personal. Sin embargo, esasdiferencias han sido positivas para el libro, pues hangenerado diálogos y reflexiones que no se hubieran dado en el caso de una sola autoría y nos han obligadoa ser generosas y a dejarnos influir por las propuestas de la otra. Finalmente, el momento actual en el que seencuentra el feminismo, con un gran repunte de lasluchas colectivas y el consecuente recrudecimientode las reacciones antifeministas, ha sido un criteriocomún de inspiración a la hora de seleccionar la in-formación y de generar un relato no progresivo, pla-gado de avances y retrocesos.Nuestro mayor reto ha sido realizar un texto conelque nos sintiéramos cómodas, teniendo en cuentaque el feminismo es —o debe ser— en sí mismo un es-pacio incómodo, de constante revisión y autocrítica,enelqueresultamuydifícilapoltronarselánguidaeindolentemente. Somos conscientes de que es proba-ble que, dentro de unos meses, nos sintamos tentadasde modificar o de hacer apuntes aquí y allá a lo largo deltexto, pero también sabemos que eso no debe su-ponernos conflicto, ni pena: el aprendizaje constante hasido nuestro mayor placer durante elprocesodeescritura del libro y lógicamente seguiremos apren-diendo una vez publicado este, lo que inevitablementeconllevará cierta dosis de autocrítica. Si algo enseña elfeminismo es a abrazar ese aprendizaje y a celebrarlo,a soltar lastre y a no agarrarse a aquello que dábamos porcierto; en suma, a ejercitar el desapego hacia los discur-sos y el cuidado hacia las personas. Si lográsemos queesta obra fomentase esas dos prácticas, nos sentiría-mos ya realizadas: que este sea un libro que se lea enreuniones de amigas, entre risas y confidencias, y nos descubra historias que nos hagan cambiar nuestra con-cepción del mundo desde lo lúdico y lo compartido.Gracias a Mireia Magallón, Silvia Querini y LolaMartínez de Albornoz por posibilitar e impulsar esteproyecto y a Cristina Daura por ponerle el lazo con susincreíbles ilustraciones. Gracias también a nuestrasfamilias y amigas, que nos han cuidado y acompañadomientras trabajábamos infinitas horas frente al orde-nador. Y gracias a ti, lectora, por acercarte a este libroy hacer que todas esas horas hayan merecido la pena.
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12PrehistoriaMujeres y estofado de mamut: las mujeres en la PrehistoriaNuestroslibrosdehistoriaescolaresnosmentíandesde el primer capítulo, ese con el que empezábamoselcurso,enel queseveíaunaamplia praderaconunosseñores prehistóricos que cazaban enormes animalessalvajes y unas señoras prehistóricas que limpiaban lacueva y cocinaban estofado de mamut. Esa divisiónsexual del trabajo, donde la figura del cazador resulta esencial para la evolución de la humanidad, tanto porel alimento que consigue como por la sociabilización—la cooperación entre varones para batir la presa—,constituye una muestra de cómo el estudio pretendi-damente científico del pasado ha servido para justifi-car ideas contemporáneas sobre género y para crearlailusióndequenuestrosrolesprovienendelanochecerrada de los tiempos sapiens. Sin embargo, ya que gran parte del estudio de laPrehistoria resulta especulativo, podríamos pregun-tarnos: ¿y si la clave hubiese sido la «fémina erecta»y no el Homo erectus?Para las estudiosas feministas de la Prehistoria,laposicióndelasmujeresenlassociedadespreviasalasentamiento de las ciudades en Eurasia —Europa yAsia— se aleja de la viñeta descrita antes. Las prime-ras asociaciones humanas, las de los cazadores-re-colectores —a partir de 40000 a. n. e.—, debían deser bastante flexibles e igualitarias con los roles y las ocupaciones de cada género, en una organizaciónsocial en la que los lazos familiares no primaban so-brelos del clan y en la que no existía una vigilanciaespecial sobre la sexualidad femenina. Utilizandolasherramientas de la antropología, se especula conqueenestassociedadescazadoras-recolectoras,enlas que la espiritualidad estaba marcada por la figura deladiosa—lasfamosas estatuillas de las Venusprehistóricas—, las mujeres tendrían una especialimportancia, porque, tal como aparecen retratadasenmuchas pinturas, se encargaban de la recolecciónde frutas, de hierbas, de raíces y de semillas, lo que,enconjunto,seestima que aportaba un 70 por cien-todelaenergíadela dieta. Dada la trascendencia dela localización y de la selección de estos alimentos, sufunción sería, por tanto, muy relevante. Además de lorecolectado, una parte importante de la alimentacióndebía de provenir de pequeños animales, como cone-josopeces,encuya capturalasmujerespudieronpar-ticipar,comodemuestranalgunosrestosfunerariosencontrados en Escandinavia, en los que las mujeresaparecen enterradas junto a anzuelos. Frente al mitomasculino de la caza de enormes piezas, que implica-ba largos desplazamientos pero una pequeña partedel trabajo de subsistencia, las mujeres se encargabanen gran medida de la dieta de esos conjuntos huma-nos de alrededor de veinte personas en constante mo-vimiento; y, además,cuidaban delos recién nacidos.Alrededor de 12000 a. n. e. se produjo la revolu-ción, primero, del pastoreo nómada y, después, de laagricultura, lo que condujo a una organización colec-tiva alrededor de la familia. Una vez que la agriculturase asentó y que se produjo excedente alimentario, lasfamilias crecieron en extensión y —según especula laantropóloga Adrienne L. Zihlman en Women in Evo-lution—,muyprobablementegraciasalasmujeres,seprodujo el intercambio de comida entre los gru-pos:fue quizá compartir y no cazar lo que mejoró lasociabilidad humana. Con la llegada de las primerasestructuras familiares, las mujeres siguieron mante-niendo su posición elevada, tal como demuestran losrestos de la denominada cultura de la cerámica debandas —alrededor del Danubio, 5500-4500 a. n. e.—,cuya distribución social estaba relacionada con la fi-gura de la matriarca, la abuela. Estas organizacionesmatrifocales —en las que los esposos se iban a vivircon la familia materna— se repiten en otras zonascomo Japón, Corea o el sur de Italia.A pesar de que, cronológica y geográficamente, es-tamos hablando de un período muy amplio, en líneas
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13Prehistoriamuy generales podemos afirmar que, en la época del pastoreo nómada, el papel de la mujer no se encontra-ba regulado, ya que el trabajo no estaba especializa-do —las mujeres no hacían un trabajo específico—, yque, por sus conocimientos en hierbas y en semi-llas, su función en la aparición de la agriculturadebióde resultar esencial: para la especialista Mar-garet Ehrenberg, está claro que las mujeres, por mediode la observación y el ensayo, inventaron la agricultu-ra. Con la llegada del sedentarismo, ciertas labores setransformaron en específicamente femeninas, como el procesamiento de lácteos —a partir de 4000 a. n. e.—olarealización de lasprimeras prendas, lo queno quiere decir que estas tareas estuvieran devaluadas,como demuestra el hecho de que muchas mujeres fueron enterradas junto a las herramientas de estosoficios. Otras ocupaciones en las que participabaneran la domesticación de animales y la fabricación decerámica, así como el ejercicio de trabajos de curan-deraodechamán. EspecialistascomoJudithK.Brown afirman que, ya que en ninguna parte del mun-do los hombres se han encargado de la crianza, estasprácticaseranrealizadaspormujeres,porqueresulta-ban compatibles con sus labores de cuidados —noeran peligrosas, se desarrollaban cerca del asenta-miento, se apoyaban en la repetición y se podían inte-rrumpir—, mientras que una estudiosa como Jane I.Guyer expone que la peligrosa actividad de cocinarcon niños contradice esa teoría.También debemos señalar que, por supuesto,existían otras sociedades basadas en el padre —pa-trilineales—,enlasquelasmujeresteníanvetadosdeterminados ritos y en las que las niñas recién na-cidas debieron de ser sacrificadas, una posibilidad que se extrae, según estudios recogidos por la his-toriadora Catherine Clay, de la escasez de restosde mujeres adultas de determinados yacimientosarqueológicos. Lo que resulta claro es que la situación de las mu-jerescambiódeformaradicalconlallegadadelasciu-dades y de losprimeros Estados, un fenómeno que seprodujo alrededor de 35000 a. n. e. en distintos con-textos geográficos marcados por la presencia de ríos: el Nilo, en Egipto; el Tigris y el Éufrates, en el Crecien-te Fértil —Mesopotamia—; el río Indo, en Pakistán;y el Yangtsé (río Azul) y el Huang He (río Amarillo),en China. A pesar de las evidentes diferencias, en to-dos estoslugarestuvieron lugarimportantes cambiosculturales, tecnológicos y administrativos: la crea-ción de la agricultura a gran escala —alejada del tama-ño de las plantaciones del clan—, la militarización dela sociedad, la concentración de poder, la presenciade castas sociales con una división de la propiedad deexcedentes y una regulación mediante leyes escritas.En ese contexto, la importancia del padre y del patri-monio se extendió, lo que implicaba la aparición deuna regulación de la sexualidad de la mujer destinadaa asegurar la consanguinidad del emisor y del recep-tor de una herencia económica o de liderazgo. En ya-cimientoscomo losdelosescitas,vemoscómoeltra-bajo que realizan las mujeres deja de ser compartido eintercambiable con el de los hombres y, socialmente,se degrada, mientras que en Mesopotamia podemosapreciar cómo, por medio de matrimonios, se inter-cambia la capacidad reproductiva de las mujeres —delas hijas— por riquezas, influencia o estatus. En este contexto, el patriarcado se desarrolla almismo tiempo que la instauración de los dioses mas-culinos y de la esclavitud —las guerras generan unagran cantidad de mano de obra esclava— que alimen-tan las primeras ciudades. Este proceso estuvo lejosde ser uniforme, aunque, en muchos de estos centros,se tendió a proteger legalmente a las mujeres en el ám-bito doméstico, con el fin de asegurarles cierta estabi-lidad entre las paredes del hogar, pero se les cerró laetapa de los grandes horizontes.
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S.I Arranca la expansión de la religión cristiana en Israel, iniciada por un grupo de judíos y judías liderado por Jesús de Nazaret que toman del judaísmo el monoteísmo y el concepto de «mesías». Según la teóloga Elisabeth Schüssler Fiorenza, las primeras seguidoras de Jesús de Nazaret eran mujeres galileas, económicamente autosufi cientes, que se alejaron de la dependencia patriarcal.S.IV Durante un período de este siglo se cree que la llamada Dama de Cao gobernó al pueblo mochica, en el norte del actual Perú. Los moches fueron grandes ingenieros, autores de presas y constructores de gigantescos complejos arquitectónicos, como las Huacas del Sol y de la Luna, y han pasado a la historia por su celebrada cerámica erótica. 38 La viajera hispanorromana Egeria inicia un largo peregrinaje de tres años a Tierra Santa, relatado por carta a sus compañeras espirituales de una comunidad de mujeres devotas.211 El emperador romano Caracalla prohíbe por primera vez el aborto, al considerarlo un crimen contra los derechos paternos, y lo penaliza con un exilio temporal.2700 a. n. e.Entorno a esta fecha ejerce como médica la egipcia Merit Ptah, primera mujer de la que se tiene constancia en la historia de la ciencia. Su ejemplo es solo uno entre los muchos que pueblan la historia del AntiguoEgipto, cuya civilización fue mucho más avanzada en términos de igualdad que la griega y la romana.S.I La historiadora china Bān Zhāo escribe sus Lecciones pr ls mujeres (Nujie), que se convertirá en una importante fuente de consejos y conocimientos para las mujeres chinas durante siglos. Fiel refl ejo de los valores del confucionismo, sitúa al hombre en el puesto de privilegio y propone unaeducación femeninacentrada en servir al marido y a los hijos.a. n. e.00007722a. n. e.
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S.VIIa. n. e. En la época griega arcaica, durante la que se conforman los rasgos de la identidad cultural griega, emerge una tradición poética lírica con un brillante ejemplo en Safo, poeta de la isla griega de Lesbos nacidaen torno al 612 a. n. e.S.VI a. n. e. En India, 101 monjas budistas elaboran losTherīgãthã, poemas de ancianas sabias».S.IVa. n. e. Comienza el período helenístico en Grecia, durante el que la situación global de las mujeres mejorará.42 a. n. e. La oradora romana Hortensiada su famoso discurso contra el pago de impuestos femeninos en el foro de Roma.c. 400 En una Alejandría convulsionada por el aumento de la presencia y el fanatismo cristianos, la estudiosa egipcia Hipatia accede a la dirección del Museo, institución dedicada a la investigación y a la enseñanza fundada por Ptolomeo I. Astrónoma, matemática, música y fi lósofa neoplatónica, fue identifi cada como enemiga del cristianismo por los valedores de dicha fe, que identifi caban ciencia con paganismo. A la edad de sesenta y cinco años, una turba de fanáticos cristianos acabará con su vida.425 En un Imperio romano occidental asediado por los llamados bárbaros, Gala Placidia se convierte en regente durante la minoría de edad de su hijo Valentiniano. A la muerte de Gala, su hija Honoria, forzada a casarse en un matrimonio concertado que no deseaba, se ofreció como esposa al líder huno Atila, quien, ante la negativa del ya emperador Valentiniano a aceptar dicho enlace, invadió Roma. En el año 476 se produce la caída del Imperio.552244
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18Edad AntiguaEgipto y sus mujeres, una excepción a la norma antiguaA diferencia de lo que sucedía en las civilizaciones griega y romana, las mujeres del valle del Nilo gozarán de una mayor capacidad para actuar y de cierta relevancia pública: podrán heredar, estar al frente de negocios, ejercer la medicina, ser escribas y ocupar algunos cargos en el funcionariado. Además, fueron consejeras y accedieron al poder político como faraonas, ya que la divinidad vinculada con la sangre real se encontraba por encima de la línea masculina de sucesión. Mientras que en Grecia las mujeres eran consideradas como sempiternas menores de edad, en Egipto se las trataba de forma más igualitaria y se las respetaba dentro del matrimonio, hasta el punto de que podín inicir los trmites de divorcio. Con la llegada de los invasores griegos, asirios y de otras civilizaciones del Mediterráneo, esta relativa igualdad se ve limitada. En el período helenístico (323-30 a. n. e.), ejerce su poder Cleopatra VII, la última reina egipcia, que se alía primero con Julio César y, después, con Marco Antonio, con el fi n de mantener el poder en Egipto, hasta que la muerte de este último la deja a merced de Octavio, futuro primer emperador romano. Con la invasión de Alejandría por Octavio y el suicidio de Cleopatra, que se negará a ser llevada a Roma como trofeo de guerra, concluirá el autogobierno de la civilización egipcia.El helenismo y la apertura a la educación femenina en Grecia Durante el período helenístico, Grecia se halla en su apogeo político y cultural: las ciudades estado de Tebas y Atenas dejan sitio a Alejandría y Pérgamo, y se empieza a fraguar el germen de la civilización occidental. Las fuentes nos indican que durante este período la situación de las mujeres cambió de manera Hortensia, una romana contra los impuestos femeninos La sociedad romana será patriarcal y no permitirá que las mujeres asuman ningún puesto político ofi cial o público, salvo en el caso de las sacerdotisas vestales. Pese a ello, algunas mujeres de la élite ejercieron un poder no ofi cial mediante la infl uencia familiar. Hortensia, oradora romana del siglo I a. n. e., hija del famoso orador Quinto Hortensio, de quien se decía que había heredado su elocuencia, ejerció públicamente su oratoria en el contexto de una Roma sacudida tras el asesinato de Julio César. En el año 42 a. n. e., el triunvirato que gobernaba Roma decidió engrosar las arcas cargando con impuestos las posesiones de relevantes mujeres, lo que provocó la indignación de estas. En el foro, Hortensia ofreció un discurso ante mil cuatrocientas mujeres para protestar contra esta tasa. La prédica tuvo su efecto, pues redujo en gran medida la lista de mujeres que debían pagar el impuesto.sustancial: tenían más oportunidades de acceso a la educación, podían convertirse en fi guras públicas y hasta ser elogiadas públicamente. Una mujer que sobresale del resto es Hiparquía, fi lósofa cínica nacida en 350 a. n. e. Como el resto de los fi lósofos cínicos, abrazó una vida de mendicidad y se desentendió de cualquier convención social de género: mantenía relaciones sexuales con Crates de Tebas ante la mirada de todos y respondía a aquellos que cuestionaban que una mujer pudiera dedicarse a la fi losofía. Otra destacada mujer fue la poeta Ánite de Tegea, descrita por el crítico Antípater de Tesalónica como «el Homero de su sexo». Contrariamente a otras poetas de la época, como Nosis de Locri, Ánite escribió sobre temas tratados por hombres, como la guerra, y fue una pionera de la poesía bucólica, aunque debía su fama a sus conmovedoras elegías dedicadas a la muerte de mujeres jóvenes.De 2700 a. n. e. al siglo V
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19Edad AntiguaLos orígenes del cristianismo: de una relativa igualdad a una total misoginiaParece ser que la primera comunidad cristiana se oponía a las tradiciones judías de la lapidación y del libelo de repudio, una forma de divorcio unilateral exprés descrita en la Torá judía que afi rma: «Si un hombre toma mujer y consuma el matrimonio, pero luego la esposa deja de agradar al marido, por haber este encontrado en ella alguna fealdad, le escribirá el libelo de repudio y, poniéndoselo en la mano, la mandará fuera de casa» (DT 24, 1-4). Entre los primeros mártires ejecutados por los romanos ante la fuerza y el número de fi eles que congrega la nueva fe, habrá mujeres, como santa Tecla, venerada por los cristianos ascetas de Egipto, de Siria y de Armenia. La Iglesia a la que dará luz este primer cristianismo, sin embargo, no aceptará a las mujeres como líderes y solo los hombres podrán acceder al cargo de obispo, lo que la convertirá en una institución totalmente misógina. No debe olvidarse a este respecto a la emperatriz romana Helena de Constantinopla, que infl uyó sobre su hijo Constantino I para que reconociera el cristianismo en el edicto de Milán de 313 y que dedicó sus energías a la búsqueda de la cruz en la que el mesías habría sido crucifi cado.tras un aborto la mujer era considerada impura durante cuarenta días, lo que sugiere que se trataba de un procedimiento común. Los romanos continuaron practicándolo, y Sorano, médico de Éfeso del siglo II—considerado el padre de la ginecología—, hace una completa descripción de este en sus tratados, en los que nunca olvida decir que los métodos agresivos pueden poner en peligro la vida de la madre. Las primeras leyes romanas, sin embargo, otorgan a los maridos el derecho a abandonar a sus mujeres si estas emplean «sustancias o magias» para liberarse de un embarazo, y comienzan a alzarse voces masculinas que desean prohibir el aborto alegando que las mujeres lo practican para esconder sus infi delidades. En 211, Caracalla lo prohíbe.Los poemas de las ancianas sabiasEl Therīgāthā, los «poemas de ancianas sabias», es un conjunto de poemas orales que datan del siglo VI a. n. e. y que adquirieron su forma escrita en Sri Lanka en 80 a. n. e. Estos nos hablan de la vida de un grupo de monjas budistas indias que iniciaron su vocación entre 560 y 480 a. n. e, años en los que Buda difundió sus enseñanzas. Según Buda, las mujeres podían alcanzar el nirvana, el más alto grado espiritual, pero, en el caso de que optaran por el retiro espiritual, debían estar supeditadas a los monjes. En el Therīgāthā las mujeres rechazan de forma categórica los aspectos más materiales de su vida anterior y coinciden en la libertad que el hecho de haber sido ordenadas monjas les ha concedido —destacan el distanciamiento del matrimonio—, algo que sucede también con numerosas monjas cristianas. Una de sus autoras, de clase baja, casada con un cestero y conocida como «madre de Sumangala», exponía: «¡Libre, soy libre! Libre de la cocina y del mortero, del trabajo pesado de una casa, de los cacharros sucios. Libre de mi marido insoportable. Libre también de la sombrilla bajo la que trenzaba cestas de bambú (recordarla me produce escalofríos)».El aborto en el mundo antiguoEl aborto fue una práctica habitual durante el mundo antiguo: un texto egipcio, fechado en 1550 a. n. e., recomienda insertar en el cuello uterino fragmentos de papiro con el fi n de irritarlo y de fomentar el aborto, y algunas culturas sugieren la ingesta de ergot, un hongo del centeno que podía causar un envenenamiento fatal si se consumía en exceso. Los antiguos griegos mencionaron el aborto en sus textos sobre ginecología: recomendaban el uso del laurel para estimular las contracciones del útero, y existen inscripciones que atestiguan que
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593 A la edad de treinta y nueve años, asciende al trono de Japón Suiko, hija del emperador Kinmei y primera emperatriz del país. Al haber sido ordenada poco antes monja budista, contribuyó a difundir esta doctrina y se ocupó de darle carácter ofi cial mediante el edicto de los Tres Tesoros Florecientes.688 A la muerte del jefe bereber Kusalia, Dihia, reina y guerrera bereber de las tribus nómadas yarawa, se convierte en la fi gura principal de la lucha contra la expansión islámica que asola el norte de África desde mediados delsigloVII.690 La antigua concubina Wu Zetian se hace con el poder en China tras la muerte del emperador y el boicot a los Gobiernos sucesivos de sus dos hijos. El liderazgo de Zetian despertó las iras de los confucionistas, fi losofía que otorgaba un papel muy limitado a las mujeres y que se extenderá después a Japón, lo que contagiará su misoginia al país.748 Walpurgis, monja inglesa y primera escritora de Inglaterra y Alemania debido a sus Vids de sn Winibldo, escritas en latín, es enviada a Germania como misionera y se convierte en abadesa de Heidenheim. Fallecida en 779, se cree que su tumba fue abierta el 1 de mayo de 870 con el fi n de trasladar sus restos, lo que dio origen a la llamada Noche de Walpurgis. Esta fi esta evolucionó hasta ser conocida como la Noche de las Brujas, en la que se presumía que estas volaban sobre animales hasta Brocken, el pico más elevado de la sierra alemana del Harz, con el propósito de celebrar sus rituales. c. 841 En torno a este año, la dama carolingia Dhuoda redacta elqueseconsidera el primer tratado pedagógico de la historia escrito por una mujer: el Libermnulis.c. 525 Contraen matrimonio Teodora, antigua prostituta y bailarina,y el emperador Justiniano de Bizancio, sobre el cual su mujer ejercerá una notable infl uencia política. Teodora se encargará de prohibir la prostitución forzosa e instaurará, además, la pena de muerte por violación. Según Procopio de Cesarea, historiador bizantino contemporáneo de Teodora, su prioridad siempre fue la ayuda a las mujeres desafortunadas.776644
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c. 612 Al Khansa, poeta árabe nacida en Néyed, hoy Arabia Saudí, triunfa en los concursos públicos con sus elegías a fi guras fallecidas, en especial las dedicadas a sus hermanos (Sakhrs y Mu’awiyah) abatidos en el campo de batalla. Adulada por Mahoma y por el poeta Al-Nabigha, pasará a los anales como una de las mejores poetas árabes de la historia.632A la muerte de Mahoma, Aisha bint Abi Bakr, entre sus esposas, la predilecta, se convierte en una importante fi gura pública y participa en los designios políticos del islam durante los tres primeros califatos. Aisha, respetada por 653 Chen Shuozhen dirige una revuelta campesina en la China de la dinastía Tang y se proclama emperatriz, lo que la convierte en la única revolucionariachina que alcanzaráeste cargo.870 Los relatos sobre las atrocidades cometidas por los vikingos en su invasión de Escocia alcanzan la abadía de Coldhingam, en la costa norte de la isla. La abadesa —canonizada después como santa Ebba— y sus monjas deciden llevar a cabo una drástica acción.c.945La canonesa Hroswitha entra en la abadía de Gandershein, ubicada en la Baja Sajonia (Alemania), lo que le permite optar, como muchas mujeres de la época, por una vida religiosa que la exima del matrimonio y propicie su propio cultivo intelectual.c. 990 La cortesana japonesa Sei Shonagon escribe su célebre Libro de l lmohd, un fascinante collage literario a mitad de camino entre el diario, la crónica histórica, la poesía y el cotilleo.962 Subh,joven de origen vasco secuestrada en el área norte (cristiana) de la península Ibérica y llevada a la zona sur (islámica, Al-Ándalus), da a luz a un hijo varón del califa Alhakén II, lo que la convierte en su favorita.su conocimiento de la ley islámica y por su amplísimo bagaje cultural, era requerida con frecuencia para dirimir asuntos legales y fue la primera en establecer una madrasa, o escuela para mujeres, en su propia casa.999999
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24Siglos V a XIVDihia: la anciana guerrera que defendió el MagrebTras la muerte de Mahoma, en 632, comienza la expansión del islam, que atravesará el norte de África y culminará con la creación de Al-Ándalus en la península Ibérica. El avance desde Arabia se inicia en 647 con el califa Omar y comienza su conquista por Egipto. Kusaila, jefe bereber, defi ende el Magreb del avance islámico hasta 690, cuando, tras su muerte, ocupa su cargo la reina de las tribus nómadas yarawa: Dihia. A esta, ya anciana y viuda, sus enemigos le atribuyeron la capacidad para predecir el futuro y la llamaron l-Kāhin («la sacerdotisa»); de este modo explicaban sus continuas victorias. Tras luchar contra el califato Omeya en Tehuda, Dihia derrotó a los árabes en la batalla de Meskiana en Oum el-Bouaghi (Argelia), pero las tropas del califa consiguieron tomar Cartago (Túnez), lo que les colocó en una posición de gran poder. Decidido a frenar a los árabes, el ejército de Dihia practicó una política de tierra quemada sobre su propio territorio con el propósito de resistir, algo que volvió en contra de la guerrera a los cultivadores de la zona, que se aliaron con los árabes. Tras defender el territorio del Magreb durante décadas, Dihia perdió apoyos y, ante la inevitabilidad de la derrota, pidió a sus hijos que se aliaran con los árabes. A consecuencia de ello, en lugar de ser ejecutados, uno fue nombrado gobernador del Aurés y el otro, jefe de las milicias yarawa. Sobre la muerte de Dihia no existen certezas: hay cronistas que afi rman que falleció en el campo de batalla y otros que se suicidó al verse vencida.Dhuoda: manual para soportar laausenciaEn 810, Dhuoda, hija del conde de Aragón, contrae matrimonio con Bernardo, sobrino del emperador Carlomagno. Tras el enlace, Dhuoda fue enviada por su marido a Uzès, en el sur de Francia, donde debía defender sus intereses en la zona. Entre tremendas intrigas familiares en torno a la sucesión Santa Ebba y las mártires vírgenes: la disciplina de la pureza La hagiografía —relatos de las vidas de los santos— y los martirologios —compendios de pequeñas narraciones sobre los mártires— se hallan plagados, desde sus inicios, de nombres de mujeres que protegieron su virginidad a ultranza y que, con frecuencia, eran asesinadas. La Iglesia las engloba en la causa martirial In defensum cstittis («En defensa de la castidad») y se pueden citar numerosos ejemplos —santa Eulalia, Dula, Eufrasia de Nicomedia...—, pero hay uno muy relevante: el de santa Ebba, abadesa de Coldingham.Durante la invasión de Escocia llevada a cabo por los vikingos, los relatos de sus terribles atrocidades llegaron a oídos de la abadía. Al ser conscientes de que los bárbaros las forzarían en cuanto alcanzaran de Carlomagno, en 826 nace el primer hijo de Dhuoda y Bernardo. Con el fi n de mantenerlo a salvo, su padre lo traslada a Aquitania y lo aleja de su madre. En 841 nace el segundo vástago, que es entregado de inmediato a la corte de Carlos el Calvo, nieto de Carlomagno, como prueba de la lealtad de Bernardo, una práctica común en tesituras políticas similares, en las que los potenciales aspirantes al poder eran eliminados o mantenidos a raya mediante métodos como la retención de sus hijos. Despojada de sus dos hijos, Dhuoda emprendió la redacción de un manual de educación para ambos. El libro, Libermnulis... («Manual para mi hijo»), contiene alusiones a la Biblia y a textos escritos por seglares y constituye una guía de comportamiento para un joven cristiano. Además, la obra nos habla del papel de las mujeres nobles en la época: pese al deseo de estar con sus hijos, prima siempre, para Dhuoda, la obediencia ciega a su marido, cuyos designios se consideran los únicos válidos. La obra fue traducida al francés en 1978, lo que permitió su difusión entre los estudiosos, y en la Universidad de Barcelona el centro de estudios sobre mujeres fue bautizado como Duoda Centre de Recerca de Dones.Del siglo V al año 1000
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25Siglos V a XIVSubh Umm Walad, una vasca en Al-ÁndalusDesde 711, el reino de Al-Ándalus fl orece en el sur de la península Ibérica y muchas jóvenes procedentes del norte cristiano llegan a él para entrar en sus harenes. Si alguna de ellas daba a luz a un hijo varón, su estatus ascendía de inmediato y recibíael nombre de Umm Wld («madre del hijo»). Uno de los ejemplos más llamativos es el de Subh, una joven de origen vasco que llegó a Córdoba de niña y que acabó ejerciendo un enorme poder en la vida cortesana. Según el historiador Iñaki Egaña, el califa Alhakén II, de cuyo harén formaba parte Subh, era, en realidad, homosexual, por lo que, con el fi n de ganarse sus favores, Subh solía vestirse de efebo y usaba nombre masculino; un caso de cross-dressing, aunque no existen pruebas que lo atestigüen.Subh dio a luz a dos hijos varones del califa, lo que la convirtió en la favorita de Alhakén, que la colmó de riquezas. Para asegurar su futuro político, Subh escogió como aliado a un recién llegado a la corte, el célebre Almanzor, a quien convirtió en su administrador, en el defensor de los intereses de sus hijos y, probablemente, en su amante. A la muerte del califa, Almanzor y Subh sofocaron las conspiraciones que pretendían apartar al hijo de esta del acceso al trono, y Almanzor, dada la minoría de edad de este, actuó como regente. Pronto sus intrigas delataron Cortesanas japonesas: pluma e ingenio en la era HeianDurante el período Heian japonés, la corte se convertirá en un centro intelectual y creativo en el que las cortesanas tendrán un gran protagonismo ydarán pie a nuevos géneros literarios. Dentro del granabanico de damas ocupadas en la creación literaria, se encontrará Sei Shonagon, nacida en torno al 965 y autora del célebre Mkur no sōshi («Libro de la almohada»). La obra, cuyo título proviene del nombre que recibían los textos escritos por los cortesanos antes de irse a dormir, guardados de forma más o menos secreta en compartimentos bajo la almohada, reúne diferentes géneros y proyecta la imagen de Shonagon como una mujer culta, sensible y perspicaz, que hacía la vida imposible a quienes le caían en desgracia. Sorprendentemente contemporáneo en el manejo del lenguaje, claro e incisivo, el libro describe escenas de la corte, de la naturaleza, incluye poesías y refl exiones sobre la condición de las mujeres —en las que se lamenta por aquellas que viven fuera de la corte al servicio de sus maridos— y propone listas tan originales como, por ejemplo, una de «cosas que causan una impresión patética», dentro de la cual fi gura, entre otras, «la expresión de una mujer depilándose las cejas».Otra fi gura imprescindible de la creación literaria de Heian es Shikibu Murasaki, que escribió la que se considera la primera novela moderna y de corte psicológico de Japón: Genji Monogtri. Compleja y de gran extensión, comparte con el Mkur la ausencia de estructura narrativa. Nos acerca a la historia del príncipe Genji y sus aventuras bélicas y amorosas, y se adentra en la psique de los personajes de una forma totalmente inusual para la época.su refugio, las mujeres de Coldingham decidieron extremar sus medidas: para ahuyentar a los vikingos se cercenaron la nariz y el labio superior, lo que dejó sus rostros completamente desfi gurados. Cuando los invasores se presentaron, la acción de las mujeres provocó en ellos una enorme repulsa, por lo que las juntaron y prendieron fuego al edifi cio con ellas dentro.Estas historias ejemplarizantes sobre la defensa a muerte de la pureza no solo sitúan la virginidad como un valor primordial de las mujeres, sino que establecen una jerarquía moral en función de la defensa que estas hagan de aquella.sus aspiraciones al trono, por lo que Subh, tras hacerse con el dinero de las arcas del califa, trató de derrocarlo auspiciando rebeliones desde Al-Ándalus y el Magreb. Derrotada por Almanzor, murió expulsada de la corte, en 999, mientras se designaba para ocupar el trono a los hijos de este último.
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c.1000Mama Uqllu (Ocllo), junto con su hermano y esposo Manco Cápac (Manqu Qapaq), funda el Imperio inca y su extenso linaje de gobernantes. Estas dos fi guras históricas están rodeadas de una leyenda mitológica según la cual el dios Sol hizo salir a ambos del lago Titicaca. Provistos de un báculo dorado, encontraron tierra fértil en Cuzco, donde levantaron su imperio y donde Mama Uqllu, diosa de la fertilidad, enseñó a tejer a las mujeres incas.1141 Santa Hildegarda de Bingen, una de las mujeres más destacadas de la Edad Media, recibe una serie de revelaciones divinas.c.1100 La autora conocida como Trota de Salerno escribe o dicta su famoso De curis mulierum («L cur de ls mujeres»).c.1200 Se genera el mayor número de canciones de mujeres trovadoras en el sur de Francia.1205 La noble occitana Esclarmonde de Foix es nombrada prefecta dentro de la religión cátara, la cual, debido a sus ideas heréticas, es perseguida con saña por el papado. El catarismo, en un inicio, era más respetuoso con las mujeres, tal como demuestra el hecho de que estas pudieran alcanzar la prefectura; pero, con el paso de los años, y a consecuencia de la persecución que sufren, su misoginia irá en aumento.1253 Se traduce del árabe El libro de los engños y de los symientos [ensañamientos] de ls mujeres dentro de la corte de Alfonso X. Conocido también como Sendebr, se convertirá en uno de los muchos escritos misóginos de este período.1258 Una ley en Castilla impide que las mujeres cristianas, judías y musulmanas trabajen como criadas en hogares que no profesen su religión.1115 Eloísa d’Argenteuil, una joven culta que vivía en París con su tío Fulberto, conoce a Pedro Abelardo, un joven escolástico que empezaba a destacar por su erudición. Su romance ilícito se deriva en un embarazo, ante el que Fulberto toma una drástica decisión: castrar a Abelardo. A pesar de su resistencia, Eloísa acaba entrando en un convento desde donde escribirá sus famosas cartas.00000011