19430.jpg

Las chicas guerreras están por todas partes, solo hay que fijarse un poco. Piénsalo un momentín… tu madre, tu abuela, tu hermana, aquella profe que tuviste, quizá aquella escritora que tanto te gusta… Las chicas guerreras son todas esas mujeres alucinantes que puede que no sean famosas, pero que le plantan cara a la vida como auténticas estrellas del rock. Y por eso mismo el mundo entero debería rendirse a sus pies. Right now.

Pero eso no ha sido siempre así a lo largo de la historia de la humanidad. En todo lo que llevamos andado, ha habido muchas chicas guerreras que no han quedado registradas en los libros, precisamente por eso, por ser chicas. Para subsanar un poco estas injusticias y olvidos históricos varios, hemos reunido aquí las vidas alucinantes de 26 chicas superguerreras. Algunas son muy famosas y otras no han tenido la misma suerte, pero todas ellas han hecho cosas increíbles por las que se merecen estar en el olimpo de los dioses. Que debería ser también el olimpo de las diosas, así que… ¡vayan haciendo sitio! Que las chicas guerreras han venido para quedarse forever and ever.

Veréis que, para las chicas guerreras, el único límite es el cielo. La pena es que estas páginas sí tienen un límite y no nos caben todas las que son. Pero sí son todas las que están. Mujeres en la historia que han hecho cosas increíbles, sin hacer caso a los que decían «no puedes, eres una chica». Chicas que se ataron la coleta y crearon inventos, obras de arte, misiones secretas, pensamientos políticos… acciones por y para los demás, que hacen que ahora todos nosotros vivamos mejor. Y en muchos casos el mundo todavía no se ha enterado ni de que existieron. ¡Eso hay que solucionarlo!

Pasad la página y empezad a alucinar con la valentía, la creatividad, la inteligencia y, sobre todo, el poder de estas 26 chicas guerreras que merecen que se les dé la capa de superheroínas pero ya. Girl power!

cap

19431.jpg

1697.jpg

Fecha y lugar de nacimiento

Año 355 o 370 (Alejandría, Egipto)

Su mayor logro

Convertirse en la primera mujer científica de la historia, en un mundo dominado por hombres.

Su lema

«Defiende tu derecho a pensar, porque pensar de manera errónea es incluso mejor que no pensar.»

Cópiale

No dejes de hacer lo que crees correcto aunque nadie piense como tú.

1697.jpg

Cada 11 de febrero se celebra el día de la Mujer en la Ciencia y se rinde homenaje a las mujeres que estudian ciencia o se dedican a la investigación. Una de las chicas que nunca, nunca, nunca falta en este homenaje es Hipatia de Alejandría, a quien se considera la primera mujer científica de la historia (lo cual tiene muchísimo mérito ya que en su época, hace más de 1.600 años, el mundo era muy, muy de hombres).

1709.jpg

Aparte de su mente privilegiada, Hipatia tuvo mucha suerte al nacer en la familia en la que nació: fue hija de Teón de Alejandría, el último director de la mitiquísima Biblioteca de Alejandría, donde se guardaba la mayor concentración de documentación escrita de la Antigüedad. Este edificio legendario formaba parte del Museo de Alejandría, que no era lo que ahora entendemos como museo con sus obras de arte y tal, sino que era una especie de universidad donde estudiaron los mayores pensadores y la flor y nata del mundo antiguo. Y en medio de este ambiente superacadémico y culto estaba Hipatia, la única mujer que correteaba por los pasillos de la Biblioteca, siempre buscando información para aprender cómo funcionaba el mundo. Como no podía ser de otro modo, heredó la pasión por las ciencias y por la búsqueda de lo desconocido de su padre y, con el tiempo, Hipatia se convirtió en una gran matemática, filósofa y astrónoma, que, además, llegó a ser también profesora en el Museo. Muchos decían que Hipatia logró ser incluso más brillante que su propio padre, sobre todo a la hora de observar las estrellas. Con razón le pusieron el nombre de Hipatia, pues significa «la más grande».

Hipatia.tif

Hipatia tenía mucho carisma y todos sus alumnos quedaban atrapados por su magnética personalidad. Al parecer, era también conocida por dar los discursos más bonitos que se habían escuchado nunca. Y es que suyas fueron frases tan geniales que merecen ser estampadas en una camiseta, como por ejemplo: «Defiende tu derecho a pensar, porque pensar de manera errónea es incluso mejor que no pensar». Nota mental: no dejar nunca de pensar.

1709.jpg

Además de ser una de las mentes más brillantes de su tiempo, Hipatia era admirada también por su gran belleza. Decían de ella que tenía la mente de Platón y el cuerpo de Afrodita, ¡casi nada! Sin embargo, a pesar de que tuvo pretendientes a mansalva, Hipatia no estaba interesada en las relaciones con hombres que la alejaran de sus estudios, que era su verdadera pasión, así que pasó de todos y se mantuvo soltera toda su vida. Ella siempre pensó, además, que la verdadera belleza no era la del cuerpo o las cosas bonitas, sino que residía en el conocimiento, en la capacidad de saber cómo funcionaban las cosas. Pensad que la mayoría de las mujeres de su época no tenían acceso a la educación y además dedicaban casi todo su tiempo a cuidar de la casa y de la familia. Esta forma de ser tan original para su época convirtió a Hipatia en uno de los primeros símbolos históricos de la liberación de las mujeres.

Pero Hipatia no solo sentía pasión por la ciencia, sino que también era muy hábil construyendo cacharros tecnológicos, como un astrolabio sumamente sofisticado para la época (un instrumento de navegación que usaba la posición de las estrellas para orientarte), un hidrómetro (para determinar el peso de los líquidos) y un aerómetro (para medir la densidad del aire u otros gases). No solo era una chica de ciencias, las letras también la apasionaban y quiso dejar por escrito sus estudios. Sin embargo, no conservamos nada de lo que escribió, puesto que quedó todo destruido cuando los romanos se cargaron la Biblioteca. ¡Tanto trabajo para nada!

1709.jpg

A pesar de que fue una chica muy guerrera que se dedicó en cuerpo y alma a lo que la apasionaba sin importarle lo que pensaran los demás, Hipatia no pudo escapar del mundo en que vivía y, un día, cuando volvía a casa después de dar una de sus clases, fue brutalmente asesinada por una muchedumbre de cristianos, que veían amenazadas sus creencias por el pensamiento científico. Hipatia se convirtió así en una «mártir de la ciencia».

Aunque no conservamos sus escritos, su valentía y su sed de conocimiento continúan siendo un ejemplo para todos nosotros. Y, a pesar de que ella fue una mujer superespecial y única en su mundo, también dio una lección de humildad: fue una de las primeras personas que dedujo que la Tierra no era el centro del universo, y que, en cambio, todos orbitábamos alrededor del Sol.

En honor de Hipatia y su enorme influencia en la historia del pensamiento, hay un asteroide y un cráter lunar que llevan su nombre. Porque Hipatia merece estar siempre allí arriba, entre las estrellas.

ThinkstockPhotos-503870876.tif

cap

19437.jpg

1697.jpg

Fecha y lugar de nacimiento

30 de agosto de 1797 (Londres, Reino Unido)

Su mayor logro

Ser la autora de la novela gótica por excelencia, Frankenstein.

Su lema

«Ten cuidado; pues no conozco el miedo y soy, por tanto, poderosa.»

Cópiale

Convierte tus miedos en tus mejores armas.

1697.jpg

En 1816, el año del verano que nunca llegó, en una noche de agosto más fría y oscura de lo normal, Mary Shelley se sintió superinspirada y se dispuso a escribir las primeras palabras de su nuevo cuento: «Fue una terrorífica noche de noviembre…».

1709.jpg

Mary y sus amigos intelectuales se habían tenido que refugiar del mal tiempo en la casa de veraneo que habían alquilado a orillas del lago Leman, en Suiza, porque el verano parecía no querer asomarse aquel año. La razón de aquella rareza meteorológica no la sospechó nadie entonces, y menos aún en una época en la que el cambio climático todavía no era un problema urgente. Ahora sabemos que la explicación de tanta oscuridad estaba a miles de kilómetros de Suiza, más concretamente en la remota Indonesia, donde un poderoso volcán había entrado en erupción y había escupido tal cantidad de ceniza a la atmósfera que consiguió tapar el sol y el mundo quedó más oscuro que el culo de un mono.

Mary-Shelley2_fmt.tif

Aquella inesperada oscuridad inspiró a todo tipo de artistas románticos a dar rienda suelta a sus pensamientos más emos. Y, claro, Mary Shelley y sus amigos, en vez de lamentarse por no poder bañarse en el lago, se dedicaron a hacer fiestas de pijamas alrededor del fuego y a contar historias de miedo. Nunca había habido un mejor momento. Por supuesto, de allí solo podía salir oro puro, porque si juntas a Lord Byron, Mary Shelley, Percy Shelley (su señor marido), John William Polidori y Claire Clairmont, lo último que puedes esperar es un relato aburrido. Y es que no hemos de olvidar que, además de creativos, esta tropa intelectual era conocida por sus ideas revolucionarias, su libertad sexual (¡alegría, alegría!) y sus excentricidades varias, como que cada vez que se encontraban se saludaban echando la cabeza hacia atrás y aullando como si fueran hombres lobo recién convertidos. ¡AUUUUUU!

Así pues, para pasar todas aquellas horas muertas sin poder tomar un baño en el lago por culpa del dichoso volcán indonesio, Lord Byron se entretuvo retando a sus amigos para comprobar quién era capaz de escribir el cuento más terrorífico de todos. Fue en ese momento cuando a Mary se le encendió la bombilla y decidió dar vida a Frankenstein o el moderno Prometeo, quizá la primera historia moderna de ciencia ficción. A pesar de que solo tenía 19 años, cuando Mary empezó a contar su relato, sus competidores se pusieron blancos y probablemente soltaron algún equivalente decimonónico al OMG o al WTF. ¡Y es que les sobraban los motivos! No era para menos. Lo que salió de la imaginación de Mary Shelley era un monstruo: un tío enorme hecho con trozos de cadáveres que revivía tras caerle un relámpago en el laboratorio del Dr. Frankenstein. ¿Qué hay más WTF que eso?

1709.jpg

A pesar de que ahora a todos nos viene a la cabeza un hombre grandote de color verde, con tornillos en el cuello y de movimientos medio robóticos, el monstruo de Frankenstein que describió Mary no se parecía en nada a eso, que fue una invención total de Hollywood. El monstruo original era amarillento y tan ágil y rápido como un felino. Y no solo eso: si en el cine el monstruo de Frankenstein se limitaba a decir «Grrr» y pocas onomatopeyas más, en la novela de Mary hablaba de forma hiperculta, pues aunque su cerebro fuera prestado, al parecer el monstruo luego se había preocupado de educarse a sí mismo leyendo El paraíso perdido, de Milton (¡casi nada!). Vamos, que era como un zombi gafapasta.

1709.jpg

Así de genial era Mary. Hija de dos filósofos, William Godwin y la feminista Mary Wollstonecraft, Mary había crecido rodeada de libros y de todos los intelectuales que venían a visitar a su familia. Era una chica feminista, liberal, rebelde, que cuestionaba lo establecido y nunca hacía nada sin preguntarse por qué. Una mujer que vivió una vida tan literaria como sus novelas, llena de amor y horror a partes iguales.

Aquella noche crepuscular, gracias a la imaginación de aquel grupo extraordinario, fue el caldo de cultivo de toda clase de monstruos que nos producen miedete, sí, pero los suyos eran monstruos que también producían un poco de tristeza. El monstruo de Frankenstein de Mary fue el más original y terrorífico, quizá el más recordado. Pero aquella velada también nació el primer relato moderno sobre vampiros, El vampiro, escrito por Polidori.

En definitiva, se puede decir que Mary sufrió una transformación espiritual aquel verano gótico gracias a un volcán cuya existencia nadie conocía. Un verano sin verano que más tarde ella misma describiría como el momento en el que saltó de la infancia a la vida real.

Ay, la intensidad de los Románticos...

19438.jpg